Cada vez más empresas e instituciones están desarrollando nuevas tecnologías revolucionarias para la aviación. Ya sean asientos que prometen ser comodísimos, cabinas que permitan la sana distancia, aviones mucho más veloces o sistemas que auguren un viaje más amigable con el medio ambiente.
La aerolínea KLM es una de esas compañías, y actualmente trabaja en un avión con diseño en forma de “V” que, con el fin de consumir menos combustible, incorporará los asientos para pasajeros en las alas. Hace unos días fue anunciado que la primera prueba con un modelo a escala del avión se realizó con éxito.
La aeronave en cuestión se llama Flying-V y es una colaboración entre la aerolínea de Países Bajos y la Universidad Tecnológica de Delft, cuyo proyecto fue anunciado en junio de 2019. Todo surgió a partir de la tesis presentada por Justus Benad, un estudiante alemán de la institución.
¿Por qué en forma de “V”?
La forma que simula una letra “V” es aerodinámica y está pensada para reducir el peso del avión, lo que consumiría 20% menos combustible que el Airbus A350, una de las aeronaves más avanzadas que existen actualmente. Por esta misma razón la cabina de pasajeros, el área para equipaje y los tanques de combustible están integrados en las alas.
El diseño del Flying-V se hizo pensando justo en el Airbus A350 como punto de comparación. El nuevo avión será menos largo que el A350, pero mantendrá la misma envergadura (distancia entre el extremo de un ala y la otra). También tiene la misma capacidad para pasajeros (314 personas, como estándar) y logrará cubrir largas distancias (como referencia, el A350 es capaz de recorrer más de 15 mil kilómetros en un solo viaje.
Además, el nuevo avión cabe en un hangar como el que se utiliza para los aviones de Airbus y encaja con la infraestructura que actualmente existe en los aeropuertos, por lo que no sería un problema adaptarlo en el futuro.
Para volver más sustentable el viaje, estaría equipado con los motores turbofan más eficientes en consumo que existen hoy en día. Todavía utilizará queroseno (empleado como combustible), pero permitirá adaptarse en un futuro cuando se desarrollen nuevas tecnologías más sustentables.
Pero, ¿será cómodo?
Los desarrolladores prometen que sí, e incluso más que los aviones que todos conocemos. Para empezar, la cabina de pasajeros será de forma ovalada y tendrá cuatro tipos de asientos:
-Los convencionales, pero no acomodados en fila recta para que den sensación de privacidad y espacio.
-Grupales. Conjuntos de cuatro asientos encontrados con una mesa en medio, como los compartimentos de un tren.
-Tipo “lounge”. Permitirán acomodarse en varias posiciones, pensando en los pasajeros que quieran trabajar, por ejemplo.
-Tipo cama. Serán pequeñas literas para dormir en vuelos largos. Tendría un espacio con banca donde los pasajeros se sentarían durante el despegue y aterrizaje.
Cabe mencionar que los materiales de la cabina serían más ligeros de lo normal. Por ejemplo, los asientos más convencionales pesarían cuatro kilos menos que los de un avión para vuelos largos.
La prueba
Para este primer experimento, se creó una versión a escala del avión Flying-V: tiene un largo de 2.76 metros, un peso de solo 22.5 kilos y una envergadura de tres metros.
La prueba se llevó a cabo a partir del mes pasado. Un equipo de investigadores, ingenieros y un piloto de drones viajaron a una base aérea de Alemania para hacer el vuelo. Este tipo de pruebas sirve para revisar el desempeño de la aeronave (dirección, velocidad y balance, por ejemplo) en circunstancias reales de vuelo. A partir de los resultados se hacen algunos reajustes o se verifican ciertos cálculos.
Sin embargo, hacen falta muchas pruebas más para que el avión sea una realidad. Para que te des una idea, tomó un año y medio el desarrollo del proyecto para llegar a la prueba con el modelo a escala.