Ejército busca revivir Aguililla, cuna de “El Mencho”, líder del CJNG
El canto de los gallos sobresale entre el silencio que inunda a Naranjo de Chila, en Aguililla, la tierra natal del líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho o Señor de los Gallos.
Parecería un pueblo fantasma si no es porque más de 300 elementos de las Fuerzas Especiales y de la Brigada de Fusileros Paracaidistas del Ejército, con la Guardia Nacional y la Policía de Michoacán, vigilan desde hace una semana la zona, como parte de una estrategia del gobierno federal para recuperar el Estado de derecho y las actividades económicas en esa región castigada por grupos criminales.
Uno que otro habitante se acerca a pie o en vehículo por la desierta plaza principal. Los habitantes desplazados por la violencia aún tienen temor de regresar a sus hogares, pese a la presencia militar, única autoridad en este territorio.
Una capilla con cinco cruces recuerda que ahí murieron cinco integrantes de la familia Ruiz Mendoza y anuncia la entrada a Naranjo de Chila, a través de un camino de terracería que se abre entre sembradíos de maíz y agave, así como el ganado que regresó a pastar a las parcelas que fueron abandonadas por los campesinos ante el acecho de los integrantes del CJNG.
Casas abandonadas y baleadas se ven por las calles del poblado; son las huellas de la guerra de los cárteles que colocó a Michoacán en el primer lugar nacional en víctimas de homicidio doloso.
Los pocos habitantes que permanecen en la comunidad se asoman con sigilo al ver pasar las tropas militares con vehículos artillados y camiones blindados, y elementos policíacos.
Entre el calor característico de la región colindante con Colima y Jalisco, un hombre de más de 30 años que reside en Naranjo de Chila, señala a la calle 12 de Octubre, donde asegura que vivió en su infancia Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho.
“Aquí vivió de niño con sus papás, pero se fue chico a los Estados Unidos y allá se metió a eso del narcotráfico”, asegura a condición de anonimato.
Su mayor temor es que cuando el Ejército se retire haya mayores enfrentamientos porque tanto el CJNG como los Cárteles Unidos buscarán retomar el control de este territorio.
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“Tenemos años diciendo ojalá ahora sí esto baje, pero ahora el temor es que cuando se vayan los soldados entren los que estaban aquí [Cárteles Unidos] antes del CJNG se va a armar un enfrentamiento fuerte”, explica.
María Mercedes, madre de tres niños, que pasa por el centro de Naranjo de Chila comprando comida, dice que se siente segura con la presencia del Ejército.
La joven que llegó de El Aguaje, porque “allá se oían cosas más feas”, tiene claro que en algún momento los militares se retirarán, entonces “pedirá a Dios que no vaya a pasar nada”.
Las Fuerzas Armadas y del Estado realizan todos los días patrullajes de vigilancia en vehículos artillados y operaciones para desactivar artefactos explosivos improvisados, identificados como minas antipersonales, sembrados por el Cártel Jalisco Nueva Generación en brechas y casas del Naranjo y San José de Chila, ambas localidades que dividen al municipio de Aguililla.
Desactivan minas sembradas por el CJNG en Aguililla
Más de 250 artefactos explosivos improvisados, sembrados como minas antipersonales por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en caminos de terracería, casas y bodegas abandonadas de Aguililla, Tepalcatepec y Coalcomán, han sido desactivados hasta el momento por Fuerzas Especiales del Ejército.
Desde finales de enero, los militares desplegados en dichas localidades detectaron los primeros artefactos enterrados a 10 centímetros de profundidad, que ya provocaron la muerte de un campesino y heridas de gravedad a su hijo en El Aguaje.
Según autoridades militares, el grupo criminal liderado por Nemesio Oseguera, El Mencho, colocó los explosivos para evitar el ingreso de sus rivales con los que se disputa el territorio.
Todos los días, militares del Grupo de Respuesta a Emergencias y de la Brigada de Fusileros Paracaidistas peinan zonas de Aguililla y Tepalcatepec para localizar, retirar y destruir los artefactos elaborados con un tubo de metal relleno de pólvora y fragmentos metálicos.
Al momento, las fuerzas federales han barrido más de seis kilómetros en la comunidad de Naranjo de Chila, donde se encontraron la mayoría de los explosivos; a 150 metros de distancia entre uno y otro, según el encargado de un grupo militar experto en explosivos.
Grupos de cuatro elementos realizan barridos en brechas, casas y bodegas. Al detectar un posible artefacto, un elemento ingresa al terreno con un detector de metales para confirmar la existencia del explosivo.
Al confirmar el punto, otro elemento entra acción con un traje especial para verificar, desenterrarlo y desactivarlo. “No sólo se han encontrado en la orilla, también hemos visto en el interior de la comunidad”, lamentó un mando militar.
De acuerdo con fuentes castrenses, tras la llegada del Ejército a Aguililla, como parte de la estrategia del gobierno federal para recuperar el Estado de derecho en Tierra Caliente, presuntos integrantes del CJNG se habrían replegado a Colima donde enfrentan al grupo de Los Mezcales, que al parecer rompió su alianza con El Mencho.
Avanza reactivación en comunidades
Con labores sociales, el Ejército mexicano busca contribuir al restablecimiento de las actividades sociales y económicas en los municipios de la Tierra Caliente de Michoacán, azolados por la guerra entre los cárteles de la droga.
En Aguililla, Tepalcatepec y Coalcomán, los batallones militares desplegados ofrecen servicio médico gratuito, odontológico, de peluquería y mecánico a los habitantes, que poco a poco se animan a regresar a sus comunidades de origen al ver la presencia de las fuerzas de seguridad.
Aunque “la gente todavía tiene miedo de salir”, admite un mando castrense en la comunidad de El Aguaje, en Aguililla, donde además de la seguridad brindan atención médica y realizan labores de limpieza en calles y escuelas, se constató en un recorrido realizado por EL UNIVERSAL.