AMLO convierte mensaje de Cumbre en una ''mañanera''
Entre risas y abrazos Los Tres Amigos refrendaron que son “más fuertes y mejores” trabajando juntos, como corolario de la X Cumbre de Líderes de América del Norte.
El audio oficial llamó a los funcionarios de los tres países a ocupar sus lugares. Segundos después, en el Patio Central de Palacio Nacional se escuchó una carcajada del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien junto al presidente Joe Biden y el primer ministro Justin Trudeau caminaba por el primer piso del inmueble.
Los invitados detuvieron su paso para escuchar un comentario del presidente López Obrador sobre el mural Epopeya del pueblo mexicano, donde Diego Rivera plasmó la historia de México desde la época prehispánica hasta el siglo XX en la escalera principal de Palacio Nacional.
Los mandatarios se vieron por última vez hace 14 meses, cuando se encontraron en la Casa Blanca, en Washington. Ayer, circunstancialmente, los tres eligieron el traje azul para volver a abrazarse.
El presidente Biden destacó que los tres son “verdaderos aliados” trabajando mancomunadamente, con respeto mutuo y generando integración de unos con otros con miras a un futuro más próspero para nuestros pueblos.
Trudeau lo secundó al señalar que, como tres grandes democracias comprometidas con la libertad, los derechos humanos, la igualdad y la creación de oportunidades iguales para todos, compartimos vínculos profundos como amigos y socios comerciales.
De buen humor, el anfitrión, destacó que “el solo hecho de reunirse como buenos vecinos, en un ambiente de respeto para buscar juntos el bienestar de nuestros pueblos, ya es en sí mismo un acontecimiento histórico”.
Relajan las comitivas
Los minutos previos al mensaje final de Los Tres Amigos sirvieron para que las comitivas de sus países se relajaran de las sesiones de trabajo que comenzaron desde el mediodía.
Los primeros en bajar al Patio Central fueron los mexicanos. Ahí los secretarios de Defensa, Luis Cresencio Sandoval, y de Marina, José Rafael Ojeda Durán, intercambiaban puntos de vista.
El alto mando naval incluso le tomó una fotografía al embajador de México en Washington, Esteban Moctezuma. Mientras, la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, recordó que es reportera de profesión y con teléfono en mano fotografió a los más de 150 representantes de los medios de comunicación de México, Estados Unidos y Canadá.
Y como favor con favor se paga, el embajador de México en Wa- shington también retrató a la encargada de la política de seguridad mexicana frente a los medios de comunicación.
A su vez, el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, y Christopher Dodd, asesor presidencial especial de EU para América, caminaron junto a su delegación, mientras el secretario de Estado, Antony Blinken, ocupó un lugar junto a John Kerry, enviado especial para el Clima de Estados Unidos.
Abrazos en medio del frío
En la sesión de preguntas y respuestas, ocurrió lo inevitable. El presidente López Obrador tuvo una alocución de 24 minutos como en sus conferencias mañaneras. El presidente Biden lo tomó con calma, a veces con seño adusto y otras sonriendo. Se acomodó tarjetas dentro del saco y de su bolsillo tomó un pañuelo que puso sobre el atril.
“Pues todo esto es lo que hemos tratado. Ya me pasé del tiempo y hay mucho frío”, reconoció López Obrador, mientas Biden sonreía y Trudeau movía la cabeza de izquierda a derecha, bromeando por lo dicho por el Ejecutivo mexicano.
Por la noche, el matrimonio Biden se trasladó al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, y no al AIFA, para regresar a Estados Unidos a bordo del Air Force One.
Así fue la cumbre de Los Tres Amigos, que se volverán a encontrar el próximo año en Canadá, ya en la recta final del gobierno del presidente López Obrador.