Tijuana en jaque por 60 sicarios: Leyzaola
El polémico jefe policiaco de origen militar que en el 2007 paró en seco la ola delictiva en Tijuana, Julián Leyzaola Pérez, afirma que urge poner orden en esta ciudad, donde un grupo aproximado de 60 sicarios, tienen en jaque a casi tres millones de habitantes.
Estima que en lo que de la presente administración estatal van conservadoramente cinco mil homicidios.
“Es materialmente imposible destinar un elemento de la Policía Ministerial a investigar cada homicidio, andamos en 900, mil elementos de la Procuraduría y no todos están en homicidios. La investigación judicial está rebasada. Debe haber primero orden en las calles. No lo va a poner una corporación aislada, deben trabajar unidas la Federal, la Ministerial, la Municipal y la Guardia Nacional.
“¿Si hoy fuera objeto de un delito, a qué autoridad se acercaría?, pregunta. El mismo se responde que no hay una autoridad, una corporación o institución que nos brinde la confianza de que vamos a ser atendidos y va a ser resuelto el problema.
“Mientras no tengamos una corporación que logre la confianza de los ciudadanos, vamos a estar en una situación de anarquía y vamos a avanzar hacia un estado caótico”.
Leyzaola afirma que por hablar de un cártel con presencia local, se trata de 80, 60 personas quienes realmente son sicarios dedicados a la ejecución de personas.
Argumenta que a uno de los asesinos más buscados en el 2007 se estimaron 300 asesinatos, es decir, deteniendo a uno solo de estos delincuentes, se resuelven decenas de casos, por ello urge enfrentar el problema e ir tras los asesinos.
“No son los grandes ejércitos, son pequeños grupos que saben cómo moverse, con táctica, con experiencia es como debemos ir tras ellos.
“Cuando hablo de anarquía o falta de autoridad, en todo el país, me refiero a que cuando circulas por la Avenida Internacional y ves a la gente drogándose en la calle, te das cuenta que no temen que la policía los detenga, lo mismo cuando realizan sus necesidades al aire libre, esa es a la Tijuana deteriorada y caótica a la que estamos avanzando y a la que si no se pone orden, nos vamos a acostumbrar”.