Celso Piña estuvo internado de emergencia en el hospital San Vicente en su natal Monterrey y falleció a causa de un infarto al corazón.
Minutos antes de su muerte fue grabado en video mandando saludos desde el quirófano, "aquí desde la mesa del quirófano, en San Vicente", fueron las últimas palabras de "El rebelde del Acordeón".
De acuerdo con sus familiares, el músico de "Cumbia sobre el río", que falleció a los 66 años de edad, era atendido por los médicos cuando le dio el fulminante paro al corazón.
De acuerdo con su página de internet el compositor y arreglista fue pionero en la mezcla o fusión de sonidos tropicales como base, conjugándolos con todo tipo de géneros populares.
Al llevar a cabo la conjugación entre ritmos como sonidero, ska, reggae, rap y hip-hop, entre otros, es que se le ha considerado como uno de los mejores músicos de México, Latinoamérica y Estados Unidos.
Celso fue uno de los músicos mexicanos más reconocidos en todo el mundo gracias a sus creaciones.
Nacido en Monterrey el seis de abril de 1953, Piña inició el recorrido por la cumbia y el vallenato, aprendiendo a tocar "de oído" el acordeón, al escuchar una y otra vez en discos de acetato, las interpretaciones de los gigantes de la música colombiana Aníbal Velázquez y Alfredo Gutiérrez, en el viejo barrio de La Campana donde vivía, al sur de Monterrey.
Impulsado por su entonces manager Rubén Mojica, el 31 de agosto de 2004, Celso Piña tuvo el privilegio y la osadía de cantar durante una velada para periodistas invitados por la Fundación FNPI-Cemex, en el Museo de Arte Contemporáneo (Marco), para el premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez y el empresario Lorenzo Zambrano, "Hasta siempre, comandante", tema compuesto por el cubano Carlos Puebla, en homenaje al guerrillero argentino Ernesto "Che" Guevara.
Esa noche, Gabriel García Márquez y su esposa Mercedes, se deleitaron bailando, al ritmo de la "Cumbia Sampuesana", interpretada por la Ronda Bogotá de Celso Piña.
El músico regiomontano, acostumbrado a dar autógrafos a su fans, ese día recibió quizá uno de los más notables que ha haya dado Gabriel García Márquez, pues el genio de Aracataca escribió en el ejemplar de "Cien años de Soledad" que Piña le presentó: "Para Celso, de tu hincha: Gabo".
Celso Piña, también haciendo mancuerna con Rubén Mojica en la representación artística, logró que el desaparecido escritor Carlos Monsiváis, le prologara el disco homenaje por sus 20 años de carrera artística, que lo catapultó a los escenarios nacionales e internacionales.
Ahí Monsi bautizó al músico regiomontano como "El acordeonista de Hamelín", por su virtud y magia para encantar a las masas, principalmente los jóvenes.