El cambio climático obligará a cuidar el agua que tenemos
La afirmación de que la infraestructura hidráulica nacional “se está volviendo vieja”, es una realidad. En Distritos de Riego las presas de almacenamiento se construyeron hace 60, 70 y 100 años. En diverso grado, los embalses están azolvados y las redes principales de conducción y distribución del agua en los sistemas de irrigación, presentan deterioro; se ha diferido su rehabilitación. Esto se refleja en baja eficiencia en el uso del agua capturada en presas.
En extracción del líquido del subsuelo, aumenta la eficiencia, pero se requieren recursos económicos cuantiosos e inversiones en nuevas tecnologías, consideró el coordinador general de la Red del Agua de la UNAM, doctor en Hidráulica, Fernando González Villarreal.
Es necesario tener presente que gran parte del potencial de agua para diferentes usos, está comprometido y que, casi la totalidad de los sitios apropiados para su aprovechamiento con fines de organización de nuevos distritos de riego, ya se ocuparon, señaló el también académico del Instituto de Ingeniería de esta institución.
Sin embargo, hay muchas cosas por hacer en materia de uso eficiente del agua en el futuro de México. “Hay que emprender esquemas de modernización y adecuación de la infraestructura actual, frente a nuevas condiciones de crecimiento de las poblaciones urbanas y rurales y, sobre todo, de acciones inmediatas a las que nos obliga el cambio climático. “Aun sin cambio climático, tenemos que hacerlo, porque es parte vital de la evolución de la demanda y, de alguna manera, también de la ocupación de las cuencas”.
En la medida en que esto ocurre, añadió, cambian las condiciones de conducción. Por ejemplo, se requiere crear y ampliar la infraestructura para control de inundaciones, de tratamiento de aguas residuales y su reúso, así como para la recarga de los acuíferos del subsuelo.
“A la hora de pensar en el tema de infraestructura, tendríamos que hacerlo en el marco de una mezcla de ‘infraestructura verde’, que es la que tiene que ver con la calidad del agua y el medio ambiente, y una ‘infraestructura gris’, que es básicamente la construcción de obras mediante el uso de concreto”.
En México tradicionalmente construimos obras hidráulicas en la parte árida del país, en donde tenemos el estrés hídrico mayor. En las zonas tropicales empezamos a construir obras en las décadas de 1980 y 1990, pero en esta materia nos falta un camino muy grande por recorrer, para construir una infraestructura de producción agrícola especial para el trópico.