La toma de posesión del morenista empresario Jaime Bonilla, como nuevo gobernador en Baja California, no fue distinta de lo que se ha visto desde el 1 de diciembre de 2018 en el país con críticas al neoliberalismo, celebraciones de cambio y alardes de una Cuarta Transformación en curso.
Los nuevos tiempos también llegan a Baja California y al nuevo mandatario no parece importar la judicialización que aún pesa del proceso electoral llevado a cabo en junio, para definir si el periodo de su mandato será de dos o cinco años.
Son las 23:50 horas y en la sala Benito Juárez García, el todavía Presidente de la Mesa Directiva del Congreso Local, Catarino Zavala, instala la sesión solemne. Horas antes, Catarino solicita licencia para separarse del cargo a partir de este viernes a las 07:00 horas porque se integra al gabinete de Bonilla, como secretario de Educación.
A las 00:00 horas se recibió a la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero visiblemente emocionada y a cada paso que dio hasta llegar a su lugar, llevó su brazo derecho hacia el pecho, en el lado del corazón e hizo reverencias en señal de agradecimiento a los aplausos y vivas lanzados.
Jaime Bonilla, cercano al Presidente Andrés Manuel López Obrador, dueño de medios de comunicación y fanático del béisbol, entra al salón de plenos en medio de alardes, saludando a cuanta mano le estiraron y rematando con un beso en la boca a su esposa Rita Fimbres, lo que arrancó esos comentarios de: "ahhhh", por parte de algunas de las presentes.
A las 00:13 horas de este viernes 1 de noviembre, Jaime Bonilla Valdez rinde protesta como nuevo gobernador de Baja California, para el periodo 2019-2024, porque así quedó asentado en la Constitución modificada en julio pasado.
Pero la ceremonia protocolaria destaca por la presencia de 123 invitados, entre familiares y amigos, del hoy gobernador en funciones.
Pero también resaltan las ausencias. Ningún gobernador de esa entidad ningún ex gobernador panista de los últimos 30 años. Tampoco llegó el gobernador saliente, Francisco ‘Kiko’ Vega de Lamadrid a entregar el mando, ni tampoco nadie que lo representara.
Apenas en 13 minutos, concluye la ceremonia con el canto de Baja California.
Bonilla y Olga Sánchez Cordero se dan tremendo abrazo triunfal. La 4T ya se instala en la entidad donde, paradójicamente, hace tres décadas se puso fin a la hegemonía del partido único.