En la frontera de Tijuana, niños migrantes desplazados por la violencia en México dejaron sus juguetes para apoyar en la construcción un albergue; activistas estiman que este año incrementará el contingente en la caravana migrante centroamericana ante la intención del presidente de los Estados Unidos Joe Biden de eliminar la restricción de asilo político que impone la Ley del Título 42.
El Pastor Albert Rivera Colón, Presidente de la Asociación Civil Ágape aseguran que se están preparando para la inminente llegada de una nueva caravana de migrantes a la ciudad.
"Hemos recibido llamadas de distintos lugares diciendo que si los podemos recibir, y pues están desesperados en venir", dijo.
Migrantes centroamericanos tienen una difícil tarea, pues el Instituto Nacional de Migración (INM) no les permite el acceso a tierras mexicanas. Situación que los orilla a contratar servicios de 'coyotes' para que los ayuden a ingresar a México o pedir favores para que funcionarios les agilicen su trámite.
"No hay duda se van a dejar venir", debido al 'semáforo verde' de acceso con la eliminación de restricción de asilo de la Ley del Título 42.
Es importante señalar que el acceso al albergue Ágape es únicamente si las personas están llevando un trámite totalmente legal de su situación migratoria en el país.
Una problemática en México es la trata de personas y con migrantes es potencialmente peligrosa, pues 'coyotes' los internan al país por rutas perjudiciales (para evitar ser vistos o atrapados por autoridades mexicanas), cayendo víctimas de la violencia en algunos casos.
Para Albert Rivera existe un doble discurso pues no le queda claro cuando autoridades estadounidenses instan a turistas a no visitar México por la inseguridad, diciendo que el 30% del territorio es peligroso, pero cuando se trata de migrantes ya no lo es tanto.
"Eso no lo puedo entender... en pocas palabras como que Estados Unidos está interesado en proteger a sus ciudadanos pero no interesados a proteger la seguridad de los migrantes".
Actualmente trabajan en el proyecto para que el albergue crezca al doble de su capacidad, construyendo un edificio de tres pisos que podría albergar hasta 1,200 personas. Todos los trabajadores involucrados son migrantes, adultos, jóvenes y hasta niños se involucran para ayudar.