La Comisión Estatal del Agua (CEA) de Baja California canceló el proyecto de la desaladora de Playas de Rosarito y le avisó al consorcio Aguas de Rosarito, informó Mark Robak, miembro de la Junta del Distrito de Agua de Otay, en California.
"La CEA informó a Aguas de Rosarito, (consorcio) creado para entregar el agua desalada de mar, que se terminaba el contrato realizado desde agosto del 2016", tuiteó hoy el funcionario del organismo de agua.
Robak mostró un documento en el que se exponen las causas de la cancelación, entre ellas que el proyecto no es financieramente factible debido a aumentos en los costos de construcción, operación y financiamiento.
Así como cambios negativos en las tasas de interés y de cambio de divisas, y que había presión para aumentar las tarifas de agua.
"Obliga al gobierno estatal a cubrir los déficits de costos, evitando así el gasto en inversión o programas sociales. Afecta negativamente el interés general", dice una de las razones enumeradas.
La carta también solicita a ADR que se haga un inventario de los activos del proyecto, incluidos 24.2 millones de dólares en propiedad y costos de derecho de paso.
El Distrito de Agua de Otay, un proveedor público de agua, agua reciclada y servicio de alcantarillado en Estados Unidos, ubicado en la zona colindante con Tijuana, esperaba que México le vendiera el líquido, a través de la desaladora, por lo que tenía su propio comité de seguimiento.
En una memoria de una reunión en diciembre de 2017, se expone que la junta del organismo debería esperar hasta 2020 para ver el curso del proyecto.
"Después de las elecciones presidenciales del 2018 y las elecciones para gobernador del 2019", indica la minuta.
Además se hace referencia a una tubería aprobada por el Gobierno de Estados Unidos en mayo de 2017 para la importación de agua.
El pasado 2 de julio, el Secretario para el Manejo, Saneamiento y Protección al Agua del Estado, Salomón Faz Apodaca, informó en conferencia que el Gobierno de Baja California revisaría este mes si seguiría el proyecto de la planta desaladora.
Apenas el 29 de marzo de 2019, el ex Gobernador panista Francisco Vega solicitó una actualización del presupuesto original para el proyecto, que se dio a conocer públicamente en 2015.
El 7 de noviembre pasado, el actual Gobernador Jaime Bonilla, quien presidió el Distrito de Agua de Otay por varios años, expresó que el estado no podía pagar 158 millones de pesos mensuales.
Las alternativas
El Secretario para el Manejo, Saneamiento y Protección al Agua del Estado, Salomón Faz Apodaca, dijo que queda abierta la opción a hacer un proyecto de menor tamaño, que cumpla con las necesidades de agua de Tijuana.
"Ya se iniciaron los procesos de notificación a la empresa Aguas de Rosarito sobre la recisión del contrato, ya lo están viendo áreas con miras a negociar la no continuación del proyecto".
"(Se canceló) por el tamaño del proyecto y el impacto en las finanzas públicas del estado, fundamentalmente ese fue el tema que nos llevó a esa decisión", agregó.
Faz Apodaca precisó que se necesita una nueva propuesta.
"Se requiere una nueva propuesta con un tamaño adecuado para Tijuana, la ciudad necesita para los siguientes años entre 500 mil y un metro cúbico por segundo, y eso nos da una holgura de 10 años por delante", dijo.
"En esa figura (de antes) de asociación público privada, en el que entramos como socio, si vamos pagando el metro cúbico y la planta para que sea del estado, pues tiene impacto en las finanzas públicas, y fueron recibidas muy comprometidas en gasto, con deudas con maestros y proveedores", explicó.
El Secretario subrayó que por ello fue responsable no asumir obligaciones derivadas de un proyecto tan "sobrado" para las necesidades de la ciudad.
"Tijuana debe tener la seguridad de agua a largo plazo, opciones de corto plazo son pozos, el acueducto (desde el Río Colorado, en Mexicali) está llegando al 100 por ciento de su capacidad, finalmente vamos a terminar obteniendo agua de mar como una alternativa de mediano y largo plazo para el desarrollo de la zona", reconoció.
Créditos: Aline Corpus, El Reforma