ión Ejidatarios de Maneadero, alistan la segunda fase de la rehabilitacde las parcelas invadidas, informó el presidente del Ejido Nacionalista Sánchez Taboada, Raymundo Carrillo Huerta.

Indicó, que se tratan de 500 hectáreas que se reactivarán con aguas tratadas, la cual daría trabajo a más de 3 mil personas.

“Desde el 2014 se inició con la primera fase reactivando más de 500 hectáreas, las cuales de encontrarse desoladas, se volvieron prósperas para la siembra de flor y pastizales para alimento de ganado”, dijo.

Carrillo Huerta, agregó, que los últimos años se frenó este proyecto, pero ahora se retoma para beneficiar a los ejidatarios, para lo cual se tendrá una inversión de 2 millones 600 mil pesos, la cual estará enfocada en equipo de rebombeo, para destinar el agua a las parcelas asentadas al sureste del ejido.

“Se tiene previsto que con esta activación, al llegarles agua tratada y salvar las parcelas también se generen en promedio 8 empleos por hectárea, la cual va desde el vigilante hasta quienes siembran y cosechan las tierras una vez que empiecen a productor”, enfatizó.

La falta de inversión ha retrasado los trabajos para mejorar el reúso de aguas tratadas en la zona ejidal de Maneadero, por ello, ejidatarios del Nacionalista Sánchez Taboada, señalaron la urgencia para conseguir recursos por parte de la federación y el estado para rehabilitar la planta de tratamiento de aguas residuales de El Naranjo.

El presidente del ejido Raymundo Carrillo Huerta, comunicó que el crecimiento que ha tenido el valle agrícola de Maneadero ha sido exponencial y la reinyección de aguas en el subsuelo para alejar la salinidad del manto freático es notoria.

Además de la recarga de los pozos de agua, una parte de las aguas tratadas de la planta de El Naranjo son enviadas al Ejido Nacionalista para regar con ellas flores y forraje para darle de comer a los animales.

“Pedimos la intervención del diputado federal Reyes Ledezma, para que la planta encargadas de limpiar las aguas negras y volverlas grises reciba un recurso adicional y con ello mejore su funcionamiento, dando con ello un mejor rendimiento y como consecuencia, los ejidatarios puedan extender sus siembras de flores”, sostuvo.

La planta de tratamiento de Punta Bandera, que tenía como función tratar la mitad de las aguas negras para Tijuana, tiene diez años que dejó de operar, con la consecuente contaminación a trece desarrollos habitacionales a la orilla de la playa.

Los 19 mil 200 litros por segundo de aguas negras arrojadas a la zona costera ha dejado como saldo una severa depreciación en la zona.

Ante este panorama, el Gobierno Federal tiene la propuesta de construir una nueva planta de tratamiento, por parte de la iniciativa privada, adelantó Salomón Faz, secretario del agua en Baja California.

Durante la intervención mañanera en redes sociales, del gobernador Jaime Bonilla, adelantó que el costo de tratamiento sería de la mitad para la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana, si se realizara, además que el agua tratada se puede enviar a Valle de Guadalupe para uso agrícola.

Los detalles de la propuesta se darán a conocer en los próximos días, lo que vendría a resolver la contaminación por descargas de aguas negras en la zona costera.

Aunque se comprometió a que este miércoles se presentará un informe completo y detallado de los adeudos del Club Campestre de Tijuana, el gobernador Jaime Bonilla Valdéz, adelantó que detectaron entre otras irregularidades, que sin los permisos, ni los pagos correspondientes, se ha permitido que durante años, tomaran aguas residuales para tratarlas y ser utilizadas en la irrigación del campo de golf.

Junto con el secretario del agua, Salomón Faz, recordó que parte de las aguas residuales del Fraccionamiento Chapultepec van a dar ahí.

Bonilla refirió que el agua sin tratar cuesta alrededor de 87 centavos el metro cúbico, y entre siete y ocho pesos el agua tratada para reuso. Adicionalmente, aseveró, está pendiente que paguen el predial correctamente.

Hace unos días se registró nuevamente un derrame de aguas negras en la zona de Playa Pacífica, cercano al humedal conocido como La Lagunita y los desechos se evidenció iba a parar al mar.

Para deslindar responsabilidades, la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Ensenada (Cespe) dio a conocer que dicho derrame no es provocado por alguno de los sistemas de la paraestatal, se trata de un pluvial. 

El titular de la dependencia, Marcelino Márquez Wong señaló que el Cárcamo y la Planta de Tratamiento se encuentran operando adecuadamente. 

“Esa tubería se utilizó únicamente durante la contingencia por la emergencia en el Cárcamo El Ciprés, pero para poder hacerlo se requiere todo un procedimiento técnico y los permisos correspondientes”, dijo.

Márquez Wong dijo que se está investigando si hay alguna empresa cercana a la zona que esté conectada a la misma toma vertiendo sus desechos.

Ejidatarios de la zona de Maneadero, alistan la segunda etapa de riego con aguas tratadas.

El presidente del ejido, Raymundo Carrillo Huerta, dijo que hace tres años se inició con este proyecto como una medida para frenar la entrada del agua salada a las parcelas, las cuales eran improductivas.

“Expertos investigadores de UABC han avalado el mecanismo, sin embargo al mismo tiempo volvimos productiva el campo que por muchos años había quedado en el olvido, sacando del descanso a 450 hectáreas”, mencionó.

Hoy, agregó, se han tenido pláticas con CespeSñ, Gobierno del Estado y Sedagro para darle continuidad a la segunda etapa, la cual ya cuenta con una inversión de tubería de 12 pulgadas que se encuentra enterrada en la zona que lleva de Maneadero a Cañón Buena Vista, por la zona del arroyo.

Esta obra no afectará negativamente a la comunidad, pero que generará por lo menos 8 empleos directos por cada hectárea rescatada.

“Con esta agua, la cual es lanzada al mar en este momento con monitoreo de calidad, la meta es sembrar en los primeros meses 200 hectáreas y luego otras 200 hasta sumar 800”, comentó.

El presidente del comisariado, comentó que las 450 hectáreas regadas en la primera etapa se sumarían a las 800 como meta en la segunda etapa, donde se podrá sembrar flor y forraje, mismo producto que tiene una alta demanda y por ello se vuelve un mercado importante para desarrollar.