La vieja tradición de despedir el año y dar la bienvenida al nuevo año con largas serenatas con disparos al aire de toda clase y calibres de armas de fuego, entre ellas las automáticas, volvió a repetirse por todos los sectores de la capital del estado, pese al operativo que se desplegó con durante las fiestas navideñas con el Ejército, la Guardia Nacional y policías.
Como todos los fines de año, la capital del estado volvió a cimbra, por las continuas detonaciones, tanto de juegos de pirotecnia de gran potencia, como por las cadenas de disparos en ráfagas de las armas automáticas, como el AK-47 y el AR-15.
La ciudad, desde muy temprano se vio desierta, la mayoría de las familias festejaron resguardados en sus hogares, en esta ocasión, por dos motivos esenciales: la pandemia y el temor a las balas perdidas.
Pese a los llamados del sector Salud y del Consejo Estatal de Seguridad Pública de no adquirir, ni detonar artefactos de pirotecnia y de no hacer más difícil la situación que se vive, con la celebración con disparos al aire en Culiacán, no se acataron las recomendaciones.
En colonias como Universitarios, la Lima, Seis de Enero, Seis, Cinco de Febrero, Tierra Blanca, Las Quintas, La Campiña, la Miguel Hidalgo, Villas del Río, Infonavit Cañadas, Barrancos, Infonavit Las Flores y La Guadalupe, las balaceras iniciaron minutos antes de las doce de la noche y culminaron en los primeros 30 minutos del nuevo año.
Marco César Zamudio Amezquita, Jefe del Servicio de Traumatología y Ortopedia del Hospital General desde muy temprano lanzó una alerta a los padres de familia para no comprar a sus hijos juegos pirotécnicos, ante los daños que provoca en menores de edad, cuando estos artefactos les explota cerca de sus manos o rostros.
Advirtió que cada año, decenas de pacientes con lesiones en brazos, piernas, rostros u ojos, son atendidos en los servicios de emergencia por el manejo de artículos explosivos, cuya venta está prohibida.