William Alexis Ortíx Noh, un joven de 22 años de edad, después de 8 meses de trabajo y sin apoyo de ninguna autoridad, logró armar el primer robot "humanoide" de Yucatán, el cuál es capaz de medir la temperatura corporal con sensores infrarrojos, hablas en lengua maya y proporcionar gel antibacterial.
“La verdad es que fue un trabajo muy difícil, pues en las comunidades mayas no hay mucho apoyo, ni recursos para los jóvenes que trabajan con tecnología”, explicó el largo camino que pasó para lograr su objetivo.
William se reconoce como indígena, entiende la lengua maya y es oriundo de Tepich Carrillo, una pequeña localidad rural de poco menos de mil habitantes, ubicada a 40 minutos de Mérida, la capital yucateca.
En la mencionada localidad, la mayoría de los jóvenes suelen dedicarse a las labores del campo, la apocultura o la ganaderia. Debido a las carencias económicas, es poco probable para ellos soñar con estudiar o desarrollar nuevas tecnología.
No obstante y pese a las limitaciones, el joven manifestó que su proyecto nació en medio de la pandemia, cuando surgió la disyuntiva entre reactivar la economía y cuidar la vida de la gente.
“Observé que algunos comercios comenzaron a reabrir y tenían la obligación de designar a empleadas y empleados en filtros sanitarios en las entradas de los establecimientos, lo que podía aumentar el número de contagios de Covid-19 entre el personal y la clientela”, declaró.
Ante ello, y con ayuda de su conocimiento en electrónica y programación desarrolló un sistema computacional que le permite al “robot yucateco” moverse de manera autónoma y realizar algunas tareas como dar la bienvenida en lengua maya y español, decir alguna "bomba" yucateca o una frase positiva, dar las gracias, registrar el calor del cuerpo y ofrecer sanitizante en las manos, todo a través de sensores.
El dispositivo pesa aproximadamente 10 kilogramos, mide alrededor de un metro y fue construido con fibra de vidrio en el patio de su hogar. En la parte frontal instaló una pantalla (tipo tablet) que simula ser un rostro y muestra el estado de ánimo del robot.
Al igual, tiene termo-motores, cableado eléctrico, sensores infrarrojos y otra pantalla digital que le indica al cliente si puede acceder al establecimiento, en caso de no registrar fiebre o calentura.