Todo un viacrucis se ha convertido realizar un trámite en la subdelegación del IMSS donde los derechohabientes tienen que acampar prácticamente desde antes de las 8, hacer largas filas con demoras de horas y recibir malos tratos de los empleados que para colmo llegan horas después del horario establecido.
Derechohabientes del IMSS se quejan de que tienen que padecer los efectos negativos de la burocracia cuando van a la subdelegación de esta dependencia ubicada en el bulevar Agua Caliente.
“A las ocho de la mañana la fila de personas prácticamente le da la vuelta al edificio, y no hay nadie que supervise la sana distancia y mucho menos que le dé celeridad, ya que la mayoría de los empleados sindicalizados llegan a la hora que les da la gana”, aseguró un testigo.
“No me atendieron, tengo que regresar mañana”, decía un hombre visiblemente molesto a su interlocutor por el celular, y luego se retiró.