El maestro Carlos Barboza Castillo fue electo de manera unánime como fiscal especializado contra delitos electorales.
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Carlos Barboza presentó su renuncia como fiscal electoral en Baja California, por no estar de acuerdo en quitarle autonomía a la Fiscalía.
Un día después que el Congreso del Estado aprobara que la Fiscalía Especializada en Atención de Delitos Electorales y la Fiscalía contra la Corrupción dependan de la Fiscalía General del Estado.
La mañana de este día, Carlos Barboza acudió al Congreso del Estado en Mexicali, a presentar su renuncia.
Apenas el pasado 24 de noviembre del 2020, Carlos Barboza había sido elegido fiscal electoral de Baja California por el Congreso del Estado.
En cinco meses le quitaron su independencia, y fue muy poco lo que hizo.
El político hankista fue invitado por el gobernador Jaime Bonilla para ocupar esa Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales en Baja California.
Todo hace indicar que se irá a la campaña de Jorge Hank, candidato del PES a la gubernatura de Baja California.
El maestro Carlos Barboza Castillo fue electo de manera unánime como fiscal especializado contra delitos electorales.
Barboza Castillo tomó protesta de inmediato al estar presente en el salón Benito Juárez del Poder Legislativo del Estado.
El nuevo Fiscal especializado para la atención de delitos electorales forma parte de la corriente seguidora de Jorge Hank Rhon, quien pudiera ser candidato a gobernador por el grupo de partidos opositores PRI, PAN, PRD y PBC.
Barboza Castillo fue coordinador de la campaña de José Antonio Meade en Baja California, fue parte de la terna enviada por el gobernador Jaime Bonilla Valdez.
En dicha propuesta también estuvieron nombrados Francisco Javier García Tenorio quien fue representante del PT en las pasadas elecciones y María Adolfina Escobar López quien encabeza la Confederación de Colegios y Asociaciones de Abogados de México (CONCAAM) pero ninguno de ellos consiguió el apoyo de los legisladores.
El consejero nacional del PRI, Carlos Barbosa aspiró a dirigir al Revolucionario Institucional antes de ser nombrado coordinador de campaña del candidato a la presidencia José Antonio Meade en 2018.
Digan lo que digan, Héctor Mares Cossío, nuevo oficial mayor del Estado y Laura Torres Torres, secretaria de Bienestar en Baja California, tienen genes priístas, y ella es del grupo del ingeniero Jorge Hank Rhon.
Tanto que en el 2016 cuando compitió por la presidencia municipal de Playas de Rosarito, la campaña la coordinó su entonces novio y ahora pareja, el tijuanense Carlos Barboza Castillo, fiel al hankismo y además aspirante a fiscal electoral.
Hubo priístas del grupo de Jorge Hank dentro de esa campaña de Laura Torres, y al perder regreso a la diputación local del PRI.
El padre de Laura Torres, el empresario Hugo Torres Chabert, es militante del PRI y dos veces alcalde de Playas de Rosarito —aunque la primera vez fue a través de un Concejo Municipal—, con mucha cercanía con los ex gobernadores panistas Ernesto Ruffo y José Guadalupe Osuna Millán.
Laura Torres Torres la nueva secretaria de Bienestar del gobierno del Estado que sustituye a Cynthia Gissel García investigada por presuntos “moches” a cambio de contratos a proveedores.
Hace mes y medio, en una entrevista con el periodista Carlos Loret de Mola, el todavía gobernador electo, Jaime Bonilla acusó al ingeniero Jorge Hank de ser el vicegobernador en la administración de Francisco Vega de Lamadrid y que eso ya no iba a suceder.
Por lo pronto, ya tiene como secretaria de Bienestar a una hankista, Laura Torres.
Respecto a Héctor Mares Cossío, nuevo oficial mayor del gobierno del Estado, fue ex diputado federal y local, es una persona muy cercana al gobernador Jaime Bonilla Valdez, gracias a su amistad ha logrado escalar políticamente.
Pero antes, Héctor Mares y toda su familia eran de genes priístas, su hermana Rosa Elena Mares fue regidora en Tijuana gracias al PRI y a su él que tenía buenas ligas con priistas.
Héctor Mares fue secretario particular de Justo Ceja, secretario privado del presidente Carlos Salinas de Gortari, entre 1989 y 1994.
Así están las cosas en el gobierno de Jaime Bonilla Valdez, el reto de aquí en adelante es que otros funcionarios no caigan en presuntos hechos de corrupción.