Científicos estadounidenses crean la primera vacuna experimental para combatir la adicción de drogas. Para evitar su uso desmedido, los expertos bloquearon el acceso de la oxicodona al cerebro, una clase de analgésico opioide que genera la sensación de euforia, que en exceso, puede afectar los centros respiratorios cerebrales y desencadenar la muerte por sobredosis.
El trabajo, liderado por Investigadores de la Universidad de Columbia, se llevó a cabo a propósito del aumento sin precedentes de muertes por sobredosis, durante el 2020. Las cifras oscilaron entre los 87 mil fallecidos, un 74% más en comparación de los casos registrados en 2019, en la que se estimaron 50 mil muertes.
Sandra Comer, neurobióloga de la universidad, expresó que si bien ya existen tratamientos que reducen el consumo de drogas, el 50% de personas vuelven a utilizarlos después de seis meses.
"Una vacuna que dura varios meses, administrada en combinación con cualquiera de estos medicamentos, podría ayudar a muchas más personas a vencer su adicción y potencialmente protegerlas de una muerte por sobredosis si un paciente recae", aseguró el psiquiatra Jeffrey A. Lieberman.
Marco Pravetoni, quien desarrolló el antígeno, explicó que está diseñado para generar anticuerpos contra la oxicodona, un opioide que es recetado en medicina y del que, comúnmente, se abusa por los efectos que produce en el cerebro.
De acuerdo con el estudio, publicado en "Eureka Alert!", si una persona consume oxicodona tras haberse vacunado, un grupo de anticuerpos se adherirá al medicamento.
Esto evitará que el psicoactivo rebase la barrera hematoencefálica, la que se encarga de obstruir el paso que las sustancias dañinas que buscan penetrar en el encéfalo, que a su vez, se encarga de controlar el pensamiento, la memoria, las emociones, las habilidades motoras, entre otras.
"Dado que el opioide no llega al cerebro, el usuario no se coloca. La vacuna también puede proteger contra la muerte por sobredosis debida a depresión respiratoria, que ocurre cuando la oxicodona actúa centralmente en el cerebro", señalaron los estudiosos.
En las fases tempranas del ensayo clínico, la vacuna fue administrada en animales. Luego de la inoculación, redujeron la autoadministración del fármaco. Gracias a estos resultados, la Universidad de Columbia integró a 24 voluntarios que recurren al uso de opioides.
Según los especialistas, esta fase del ensayo demuestra que la vacuna es bien tolerada, segura y produce suficientes anticuerpos, el número de participantes aumentará, pues sólo de esta manera podrán dimensionar la eficacia que desencadenaría.
Uno de los beneficios que ofrece es que no interfiere con otros medicamentos, a base de opioides, que han sido desarrollados para tratar otras afecciones, como es el caso de la naloxona, un fármaco capaz de resucitar a las personas que sufren una sobredosis.
“Los médicos podrían administrar la vacuna de oxicodona a las personas que usan principalmente ese medicamento en particular, pero también podrían administrar vacunas opioides adicionales para quienes usan otros opioides o para evitar que los pacientes cambien a otro opioide”, destacó Comer.
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