Viven adicción e indigencia además del rechazo social
La mayoría de los indígenas son atendidos por Organizaciones No Gubernamentales (ONG), mismas que les proporcionan alimento, medicamento, vestimenta y a veces se les proporciona un lugar para que duerman.
Muchos de ellos son víctimas del propósito frustrado de cruzar a Estados Unidos, migrantes que se quedan varados en las ciudades fronterizas como Tijuana y Mexicali, en donde deambular por las calles es su principal actividad.
Algunos están afuera de las tiendas de autoservicio limpiando parabrisas o en algún crucero de las ciudades fronterizas, donde se adaptan a un modo de vida sin arraigo ni pertenencia a la sociedad en donde son ignorados.
Las autoridades municipales en Mexicali cuentan con un centro de atención a indigentes, El Hijo Pródigo, en donde se puede atender a 100 personas por noche, pero este espacio es pequeño para la necesidad de la ciudad.
La mayoría de los indigentes se encuentran concentrados en el Centro Histórico de Mexicali, encontrando espacios para vivir en los edificios abandonados de la decadente zona comercial.
El alcoholismo y las adicciones son parte de la problemática de los indigentes que no son atendidos en esta materia, esporádicamente gobierno del Estado realiza jornadas médicas para atender a este sector, tarea que es olvidada por la pandemia que se presenta en este momento.
Generando un rezago en materia de vacunación y atención médica en la comunidad indigente quedando en el desamparo total de los pocos servicios que se le brindaban a esta comunidad.