Negocios de venta de oxígeno y laboratorios ¡Hacen su agosto!
La familia de don Arturo ha pasado “las de Caín” en esta época. Su esposa tiene Covid y su hijo estuvo al borde de la muerte por la misma enfermedad.
“He tomado las medidas necesarias, Jehová no me deja, él me ayuda, pero no la gente que vende oxígeno, ellos solo piensan en el dinero”, dijo Don Arturo.
Platicó que hace un par de meses, su hijo tuvo complicaciones respiratorias las cuales concordaban con los síntomas que provoca el virus SARS Cov 2, por lo que su médico le pidió que se hiciera unos análisis y una prueba PCR.
“Fui a un laboratorio en la calle quinta y constitución en el Centro y les pedí estos estudios ¡me cobraron 2 mil 400 pesos!, le di los resultados al doctor y me dijo que no eran esos los que me había pedido, que no traían la prueba PCR y en el laboratorio me dijeron que iban a ser otros 2 mil 400 pesos, no es justo, ¿Quién los regula? Nadie, cobran lo que quieren”, dijo Arturo.
Durante el tratamiento de su hijo, llevado a cabo en casa, Arturo señaló que usaba 3 tanques de oxígeno, cada uno de 8 horas y le costaba alrededor de 300 pesos llenarlo, por lo que, al día gastaba 900 pesos, solamente en oxígeno para su hijo, quién ya está recuperado.
Sin embargo, ahora es su esposa quien se encuentra contagiada de la nueva cepa del coronavirus. Don Arturo gasta alrededor de 4 mil pesos en medicamentos y dijo que no es ese el problema, sino que ahora el tanque de oxigeno se lo venden en 800 pesos y sólo le alcanza para 4 horas, es decir que, para un día de vida de su esposa, en oxígeno gasta 4 mil 800 pesos.
“Yo vivo en la Francisco Villa y hay ocasiones en las que debo ir hasta la 5 y 10 para llenar un tanque de oxígeno, porque, mi mujer con 5 minutos que no tenga oxigeno pues se me muere”, comentó.
Dijo Don Arturo que en empresas como Oasa le piden que deje el tanque y que regrese otro día por él, ya que les dan prioridad a los tanques de los hospitales o de gente que puede pagar más de lo que cuesta para que le llenen el tanque primero.
“Hay ocasiones en que tengo que dejar pagado por adelantado algunos tanques en otro lugar para ya nomás pasar por ellos y que no me hagan esperar”, relató Arturo.
Hoy gasta entre 8 y 10 mil pesos al día para mantener viva a su esposa, para luchar contra el Covid. ¿Cómo le hace? “Sólo Dios sabe”, afirma.