Comunicólogos condenan asesinato de Margarito Martínez
El Colegio de Comunicólogos de Baja California A.C. expresa su enérgica condena por el asesinato del periodista gráfico tijuanense Margarito Martínez Esquivel y demanda una investigación a fondo y transparente.
Se exige a la autoridad investigadora explorar todas las posibilidades que llevaron al homicidio del fotógrafo y no excluir a priori una posible relación con el ejercicio diario de la libertad de expresión de Margarito, un derecho que debe estar garantizado por el Estado.
Su muerte conmocionó a periodistas y comunicólogos que convivimos con él y fuimos testigos de su trabajo, que quedó de manifiesto en medios nacionales e internacionales para los cuales colaboró con gran entusiasmo y profesionalismo.
El homicidio de Margarito, cariñosamente conocido como “4-4”, no es un hecho aislado, es parte de una realidad en la que decenas de personas son asesinadas diariamente en México y Baja California. Es urgente reflexionar sobre esta cotidianidad y contribuir a un cambio como miembros de la sociedad y como comunicólogos desde el ejercicio libre y crítico de la expresión.
Por lo que respecta al periodismo en México, nadie puede negar que es una profesión de alto riesgo y los indicadores muestran que no existe una voluntad política por parte de los gobiernos para garantizar este ejercicio crítico de la comunicación.
El homicidio de Martínez Esquivel es el segundo del 2022. Según el registro permanente de periodistas asesinados en México del Centro de Investigación y Capacitación Propuesta Cívica en el año 2021 hubo 10 periodistas asesinados; y durante el sexenio actual la lista suma 47 periodistas.
Un informe de la organización Artículo 19 documentó de enero a junio de 2021 un total de 362 agresiones contra la prensa, lo que equivale a 1 cada 12 horas. Baja California aparece como el sexto estado con mayor número de agresiones.
La violencia cotidiana afecta no solamente a quienes ejercen el periodismo. Integrantes del Colegio de Comunicólogos han sido víctimas del robo de sus vehículos (en un caso a mano armada) y de otros delitos del orden común.
Esto significa que la violencia que estamos viviendo en particular en Tijuana no proviene solo del crimen organizado, sino que se extiende a la delincuencia común y parece no retroceder sin importar el gobierno que esté en turno.
Un reporte de la Guardia Estatal de Seguridad e Investigación (GESI) indica que el año 2021 cerró con casi 2 mil asesinatos y hubo más de 6 mil 700 robos de vehículos, de los cuales más de mil fueron violentos.
Nos ocupa que las autoridades no estén respondiendo a las expectativas de una sociedad bajacaliforniana trabajadora y noble que lo único que pide es que le garanticen su seguridad.
La intensidad de la violencia criminal y común no ha disminuido, por lo que exigimos de las autoridades responsables que no quede impune ni éste, ni ningún otro asesinato; ni tampoco queden sin resolverse el resto de los delitos que aquejan a la sociedad bajacaliforniana y mexicana.
¡Exhortamos a las autoridades a que se investigue a fondo el asesinato de Margarito y exigimos condiciones para el ejercicio crítico del periodismo!