Alfonso Rosiñol Lliteras; El hombre del mar
Fue negociador ante el Banco de México y Ban Pesca para el impulso al sector y en los 90´s fue un férreo defensor de la flota atunera mexicana llevando el juicio hasta Washington; murió a los 74 años en Ensenada
El Lic. Alfonso Rosiñol Lliteras, nació un (raro) 29 de febrero de 1948 en Ixtepec Oaxaca, creció en Ciudad del Carmen, Campeche antes de llegar a Ensenada en 1958, realizó sus estudios en Administración de Empresas en la Universidad Nacional Autónoma de México, realizó una Maestría en Políticas para Empresas Públicas en Países en Desarrollo, de la Universidad de Harvard, y fue distinguido con un Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Newport.
En 1978 Rosiñol Lliteras se incorpora al departamento de Pesca con el puesto de Subdirector de Delegaciones, con el encargo de organizar y establecer las representaciones federales en todos los estados de la república.
Posteriormente se hace cargo de la Dirección General de Administración de la recién creada Secretaria de Pesca, deja el cargo para asumir el manejo de la Delegación Federal de Pesca en el Estado de Campeche, donde operaba permanentemente con los delegados de Tabasco, Yucatán y Quintana Roo.
Durante ese periodo desarrolló el cultivo acuícola de tilapia, cocodrilos y de pato pekinés, también elimino por completo la pesca ilegal dentro de la laguna de términos, lo que permitió la reaparición del camarón azul.
Al concluir el sexenio del presidente López Portillo, se incorporo como Subdirector Agropecuario en la Dirección General de crédito de la Secretaria de Hacienda, dirigida por José Ángel Gurría.
En 1982 se retira del servicio público, a dirigir la empresa la familiar en la ciudad de Ensenada, propietaria del Buque de Mar (B/M) Ciudad del Carmen, dedicado a la pesca de atún, donde empieza a participar dentro de la Cámara Pesquera, con el propósito de resolver los gravísimos temas que agobiaban a la industria, primero la falta de mercado para su producto, ya que el primer embargo fue implantando en 1980 y el mercado nacional era muy pequeño, segundo las dificultades para obtener recursos para cubrir los adeudos que se encontraban en moneda extranjera.
En 1984 asume el papel de negociador y firma el primer convenio de FICORCA (Fideicomiso para la Cobertura de Riesgos Cambiarios) con los representantes del Banco de México y de BanPesca, lo cual otorgó un gran alivio a la industria atunera para continuar sus operaciones productivas y salir adelante del bloqueo comercial generado por el embargo atunero.
Durante este año participa con otros armadores en las primeras exportaciones de atún hacia el mercado europeo.
En 1987 negoció con BanPesca, el arrendamiento de las embarcaciones B/M Convemar y B/M Cancún, construidos en los astilleros de la Secretaría de Marina en Tampico y Salina Cruz, los cuales nunca habían sido operados.
Al poco tiempo el B/M Convemar estaría encabezando las listas de captura del océano pacifico, y en 1994 establece el récord de captura en un año con un total de 9,474 toneladas.
A finales de 1989 establece una asociación productiva con Don Antonio Suarez, quien en ese momento era propietario de dos embarcaciones atuneras y de la planta de procesamiento de atún en Manzanillo, Colima, sociedad que continua hasta la fecha.
En 1990 participa en la creación de la sección atún de la cámara pesquera, convirtiéndose en su vicepresidente, a su vez EUA implanta el embargo atunero secundario, el cual, amenaza a cualquier otro país que compre el atún mexicano, de cerrarle sus puertas al mercado estadounidense.
En 1992 junto con Antonio Suarez y Felipe Charat, inician las actividades de cabildeo en Washington D.C. para modificar las leyes que imponían los embargos atuneros.
En 1997 después de años de esfuerzo consiguen modificar la ley de protección de mamíferos marinos, con lo cual se eliminan los embargos atuneros, para entonces la industria atunera ya había desarrollado el mercado nacional y se había convertido en el principal destino del atún mexicano.
En 1998 es electo presidente de la Cámara Nacional de las Industrias Pesqueras (CANAINPES), donde promueve que se amplié el objeto social de la cámara y se cambie su denominación a Cámara Nacional de las Industrias Pesqueras y Acuícolas (CANAINPESCA) para incluir la atención de los asuntos de la industria acuícola.
En el año de 2003, adquiere la instalación frigorífica localizada en el Sauzal de Rodríguez, donde constituye a Océano Industrial para construir una planta de procesamiento de productos pesqueros, entre ellos sardina, macarela, calamar gigante y loligo entre muchas otras.
En 2008 es cofundador del Patronato de Baja Seafood Expo, organismo diseñado para impulsar la exportación los pescados y mariscos de la Baja a los principales mercados internacionales, y en los años subsecuentes impulsó para que también se fomentara el consumo en los restaurantes de la localidad, culminando con la creación del evento Cocina La Baja.
Durante 2015 Océano Industrial se incorpora a Grupomar y ordenan la construcción de la embarcación más moderna para la captura de pelágicos menores el B/M La Peque, en 2016 se adquiere otra embarcación sardinera en Guaymas, Sonora, y se trae a Ensenada a operar bajo el nombre B/M Mariale.
En 2017 inauguran una planta enlatadora de sardina, única en la región, generando empleos y derrama económica al darle un mayor valor agregado a la sardina. Asimismo, en 2018 empiezan operaciones de una planta harinera, para lograr el aprovechamiento integral de la sardina y otras especies.
Alfonso Rosiñol fue un fuerte impulsor del consumo de pescados y mariscos por sus beneficios para la nutrición y aún más fuerte defensor de los pescadores.
Al Lic. Rosiñol lo sobreviven sus hijos Valeria y Alfonso, y sus nietas Loreta y Luciana.