Auxilio, dice asilo de ancianos en Maneadero
Con 10 años manteniendo de manera altruista la Casa del Abuelo Amistad de Maneadero en la parcela 412, Angélica María Vargas Ramírez subrayó la impotencia por no poder ayudar a los más de 25 adultos mayores, en su mayoría abandonados, que cuida a 100 metros del arroyo San Carlos, donde son vertidas aguas negras de Ensenada desde hace 4 años.
“Hace más o menos cuatro años empezaron a llegar olores del arroyo, nosotros vivimos a un lado del arroyo de San Carlos y empezaron a echar las aguas negras para acá, entonces empezaron los problemas, porque tenemos abuelitos que están discapacitados que son indefensos y que están viviendo una situación extremadamente difícil desde hace mucho tiempo ya” dijo.
Indicó que hace varios años, un grupo de americanos donó e instaló paneles solares, sin embargo, las pilas se agotaron, por lo que no hay energía eléctrica en el complejo que alberga 25 habitaciones con baño privado, pero que, en temporada de calor, necesita tener aire acondicionado o mantener las ventanas abiertas.
El verano es muy difícil, dijo, porque sin electricidad, los abuelitos quieren abrir las ventanas, pero la peste, las moscas y los zancudos, son un verdadero foco de infección, entonces es imposible abrirlas, y entonces tenemos que sacarlos, y afuera, quedan completamente expuestos a todo, señaló.
La directora del asilo subrayó que del gobierno, la única comunicación que tiene, es cuando le piden ayuda para que reciba algún abuelito abandonado, ya sea de DIF, del Escuadrón Violeta o del Hospital General, más allá de eso, dijo, no hay ningún tipo de apoyo para el centro que tiene una década funcionando.
Vivimos de donaciones, hay personas o amistades que vienen y nos apoyan y vienen los grupos de americanos que ayudan en construcción y a veces familiares que perdieron a algún ser querido vienen y nos traen ropa, comida o despensa.
Sabemos que las moscas eran normales, señaló, pero hoy es demasiado y es un problema grave porque muchos de los abuelitos que tenemos, están discapacitados de sus manos, hay abuelitos con demencia, con sillas de ruedas y ellos mismos no pueden levantar sus manos para espantarse las moscas, ellos quieren estar en el sol y es muy triste ver que no podemos hacer cuidarlos como se merecen porque literal, son miles de moscas todos los días, todo el tiempo.
Relató que, en primer lugar, viven el apeste de las aguas negras que hace la vida insoportable, y el apeste trae enfermedades, los abuelitos sienten ganas de vomitar y vomitan, los zancudos infectados, las moscas que transportan el excremento y se paran en la cara, en la boca de los abuelitos que no pueden espantarlas y no alcanzamos a protegerlos, dijo.
“Todo eso es daño para sus cuerpos, por eso le pedimos a las autoridades que vengan y hagan algo, que vivan la situación que están viviendo nuestros abuelitos, ellos son los más vulnerables y necesitan ayuda, es urgente” puntualizó.