Los enemigos de la paz intestinal

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Sin duda en casa tú eres la guardiana de la paz intestinal de tu familia. Sin embargo, cuando sales rumbo a la escuela o al trabajo, todo cambia, pues siempre podemos caer en riesgo de contraer bacterias.

Por eso te ayudamos a identificar 5 escenarios cotidianos que pueden poner en peligro la salud digestiva de tus seres queridos:

1. La garnacha nuestra de cada día. Las prisas, el final de la quincena o el antojito nos acercan, una vez más, al puesto de los tacos, las quesadillas o las hamburguesas al carbón. La dudosa higiene en la preparación de los alimentos, así como la exposición al calor, el aire y el polvo hacen de estos lugares verdaderos focos de riesgo sanitario.

2. Pague con cambio y anticipe su bajada. Sea parte de la rutina u ocasional, el transporte público también representa una amenaza para la salud digestiva. Por la cantidad de personas que movilizan los autobuses y el metro, los tubos, asientos y ventanillas son superficies en las que pueden alojarse microorganismos potencialmente peligrosos.

3.- ¡Ay, qué ternura! En la calle o en los centros comerciales es prácticamente inevitable encontrar perritos que, en la mayoría de las ocasiones, suelen ser lindos. Especialmente para los niños, quienes no dudan un instante en arrodillarse para acariciarlos… y dejarse lamer. El tema es que la saliva de estos animales contiene virus, bacterias y parásitos que pueden causar enfermedades en los humanos.

4. Provecho y con permiso. Las escuelas y los lugares de trabajo suelen tener al menos dos áreas comunes de las que nadie puede escapar: la cocina y el sanitario. Independientemente de las medidas de limpieza que se tengan, el solo hecho de ser usados por varias personas los convierte en un peligro latente.

5. Solidaridad valiente. Visitar a un familiar o amigo enfermo es un gesto que siempre se agradece. Sin embargo, hay que reconocer que también representa cierto riesgo, pues los hospitales son lugares donde inevitablemente existe la posibilidad de un contagio. Los niños y adultos de la tercera edad son los más vulnerables y a quienes convendría evitarles una situación complicada innecesaria.

Además del refuerzo de medidas de higiene tan sencillas como el lavado de manos puedes protegerte con un microbiota intestinal que entre otras cosas ayuda a combatir las agresiones de otros microorganismos. 




¿Es amor o son las mariposas que sientes por los microbios en tu intestino?

Descubre qué es el eje intestino cerebro

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El Universal,  Ciudad de México, Mexico, 

Seguramente has sentido un “nudo” en el estómago frente a alguna emoción fuerte, indigestión ante un enojo o el famoso revolotear de mariposas cuando se está enamorado. Todo esto tiene una explicación. Los microbios que viven en nuestro intestino interactúan directamente con el sistema nervioso central.

La Federación Mundial de Neurología (WFN por sus siglas en inglés) proclama desde 2014 cada 22 de julio, el Día Mundial del Cerebro con el fin de crear conciencia sobre su potencial, riesgos y enfermedades.

Tanto el cerebro como el intestino, son los dos órganos más complejos de nuestro cuerpo y entre ellos existe una conexión bidireccional, según explica el destacado gastroenterólogo e investigador Emeran Mayer durante su ponencia en el Nutrition Forum 2022.

El segundo cerebro

Hasta hace no mucho tiempo se creía que el intestino solo era un órgano con funciones digestivas sin embargo, hoy es considerado como el segundo cerebro ya que en él se alojan:

● más de 500 millones de neuronas, esto es más de las que hay en la médula ósea o todo el sistema nervioso periférico.

● el 70 % de las células inmunitarias del cuerpo, es decir, aquellas encargadas de protegernos frente a agentes patógenos.

● la mayoría de las células productoras de hormonas.

● más del 80 % de la serotonina, importante neurotransmisor conocido como “la hormona de la felicidad”.

El eje intestino cerebro intercomunica mecanismos neuronales, hormonales e inmunológicos.

Un dato: Tenemos más serotonina en el aparato gastrointestinal que en el cerebro. Este neurotransmisor regula el movimiento intestinal, ayuda a contrarrestar el estrés y a controlar el reloj biológico.

Haz de tripas corazón

Las emociones pueden provocar malestar gastrointestinal y por el contrario, problemas intestinales pueden afectar el estado de ánimo, por lo tanto, una mala salud digestiva puede ser causa de ansiedad, estrés, memoria, e incluso depresión.

Existe evidencia que muestra que la microbiota puede activar las vías neuronales y el sistema nervioso central, esto proporciona nuevas herramientas para la prevención y el tratamiento de enfermedades mentales como Alzheimer o incluso autismo.

10 para una salud digestiva de 10

1. Incluir más vegetales y menos animales en la dieta.

2. Procurar -al menos- 30 distintos alimentos de origen vegetal por semana. Estos incluyen cereales de grano entero, tubérculos, leguminosas, verduras, frutas y semillas. 

3. Incorporar fermentados -preferentemente- con microorganismos vivos (probióticos) como: kéfir o leche de búlgaros, yogurt, kimchi tradicional y chucrut crudo.

4. Optar por lácteos fermentados que incluyan distintas cepas de probióticos.

5. Evitar alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas.

6. Preferir agua simple en lugar de refrescos, bebidas azucaradas o jugos. 

7. Realizar actividad física diaria.

8. Dormir de 7 a 8 horas diarias.

9. Involucrar prácticas de relajación como la meditación, el yoga o el taichí.

​​​​​​​10. La terapia cognitivo conductual ha mostrado ser efectiva tanto en trastornos mentales como digestivos.

Un dato: Estudios muestran que alimentos como el nopal, la cúrcuma, la soya y la chía, además de alimentar a los microbios “buenos” de nuestro organismo, han mostrado mejoras en la memoria y el deterioro cognitivo en ratones.