Crea la UAM dispositivo para medir calidad del agua

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Un grupo interdisciplinario de investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) elaboró un dispositivo de alta tecnología, fácil empleo, bajo costo y respuesta rápida, para medir la calidad del agua potable.

Con dicho instrumento, informó la UAM en un comunicado, el usuario puede saber si el agua que proviene de la llave en el hogar es o no bebible, por lo que ya se solicitó el registro de patente del aparato.

Eugenio Gómez Reyes, profesor del Departamento de Ingeniería de Procesos e Hidráulica de la Unidad Iztapalapa, dijo que este aparato inspecciona, a través de sensores, los parámetros que determinan las condiciones físicas —turbidez y coliformes fecales— y de satisfacción —temperatura y pH— del vital líquido.

Señaló que el fluido que distribuye el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex) es de buena calidad, pero en el proceso para llegar al grifo pasa por cisternas o tinacos en los que empieza a degradarse, contaminándose incluso de bacterias, por lo que la mayoría de los consumidores no lo ingiere.

Por ello, enfatizó, ese líquido no registra condiciones excelentes, ya que contiene manganeso, fierro y gran cantidad de sales, así como conductividad muy alta.

Como ejemplo, el especialista universitario se refirió al líquido entregado en la delegación Iztapalapa, donde “no es potable”, por lo que no puede beberse de manera directa del suministro público.

Gómez Reyes comentó que aun cuando en las otras demarcaciones es adecuada, 95 por ciento de los habitantes toma el líquido embotellado y sólo cinco por ciento utiliza el de la tubería a través de filtros.

Refirió que el dispositivo diseñado por la red de estudios del agua de la UAM no mide los 46 parámetros indicados en la norma oficial, pero sí los cinco básicos que “nos darán un cálculo de cómo está la calidad” y “si tenemos señales de que alguno de ellos no está en el reglamento correcto, es una advertencia para desarrollar una examinación completa”. 

Explicó que el prototipo posee un sistema central de procesamiento que a partir de una muestra, mide la temperatura, el pH, la conductividad eléctrica, la turbidez y la presencia de bacterias patógenas.

Con esas cuantificaciones, el microcontrolador efectúa una comparación con el rango de concentración establecido en la norma de agua potable, para avisar al usuario por medio de un led de color verde si el fluido está dentro del rango y rojo, en caso contrario, subrayó.




Con maíz rojo y azul, estudiantes crean cerveza con antioxidantes

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Con la finalidad de ofrecer una bebida que beneficie la salud de los consumidores al poseer propiedades antioxidantes, profesores y alumnos de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Unidad Iztapalapa desarrollaron un proceso para elaborar cerveza artesanal, de baja graduación alcohólica, con base en maíz rojo y azul malteado.

En un comunicado, el coordinador del Laboratorio de Enología y Alimentos Fermentados de la UAM, José Ramón Verde Calvo, detalló que desde 2011 se lleva a cabo el proyecto.

Una característica que la distingue de las que se ofrecen en venta es que “no usamos el maíz blanco para la nixtamalización, sino dos variedades que presentan colores rojo y azul”.

Esos colores están dados por pigmentos denominados antocianinas, que son compuestos fenólicos con propiedades antioxidantes, por lo que al final tiene el valor agregado de ser considerada funcional, pues protege al organismo de los efectos nocivos de los radicales libres.

Verde Calvo informó que en el laboratorio universitario se estudian todo tipo de líquidos fermentados y lo que implique la obtención de alcohol, por ello además de efectuarse la indagación microbiológica del producto, parecido a un atole, se propuso la manufactura de un artículo comercial que fuera aceptado por los consumidores.

Tras “comparar los métodos de elaboración y la similitud entre el procedimiento de preparación del sendenchó y la cerveza”, se decidió crear esta última, la cual ha tenido una buena aceptación.

El científico relató que para elaborar la cerveza “examinamos el malteado de la gramínea, que consiste en germinar los granos en agua y luego secarlos tostándolos, "esto nos ha permitido proponer una patente sobre la preparación”, la cual se encuentra en trámite en el Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual.

En el mercado existen algunas cervezas con maíz, pero el grano “es utilizado como adjunto”, es decir, se adiciona al proceso para que el producto adquiera el sabor, pero no es malteado, aclaró.

Además de elaborar una cerveza de buena aceptación, por sus propiedades antioxidantes entra en el campo de lo que se conoce como bebidas funcionales, que son aquellas que aportan un beneficio a la salud.

La idea fue obtener una cerveza que tuviera su sabor característico y el maíz posee notas que lo diferencian de la cebada, además de que durante la cocción se adicionó chile guajillo, proporcionándole otra peculiaridad, puntualizó.