Centroamérica sufre “epidemia” por embarazos de adolescentes
Centroamérica denunció hoy ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en Bogotá que padece una epidemia: el creciente número de embarazos de adolescentes, con una mayoría que son producto de violaciones sexuales y torturas.
Una serie de organizaciones no estatales feministas, religiosas y por la despenalización del aborto de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá describió ante el 167 periodo de sesiones de la CIDH, que se realiza en la capital colombiana, un escenario de grave violación a los derechos humanos de mujeres—mayores y menores de edad—en los seis países.
“Como consecuencia, el embarazo de niñas y adolescentes representa el 30% de los partos que se dan en la región. Los partos en niñas entre 10-14 años son una epidemia. Durante el año 2016 Costa Rica reportó 500; 900 en Honduras; mil 440 en El Salvador; mil 740 en Nicaragua; y 2 mil 500 en Guatemala. La mayoría de estos partos son producto de violación sexual”, describió el bloque de 14 agrupaciones no estatales.
“La situación de las adolescentes (en Centroamérica) no es diferente de Latinoamérica. Esta subregión concentra las tasas más altas”, recalcó.
Entre algunos datos expuestos para describir la crisis, están los siguientes:
- Más de 700 niñas con edades entre 10 y 14 años quedaron embarazadas en Honduras por violación sexual en 2016.
- El Observatorio de la Violencia de la estatal Universidad Nacional Autónoma de Honduras contabilizó que en el primer semestre de 2017 hubo mil 249 mueres víctimas de violación sexual en ese país, de las que el 60.63% tiene entre 10 y 19 años y el 22.2% es menor de 10 años.
- La Policía Nacional Civil de El Salvador reportó mil 376 niñas violadas sexualmente en 2017.
- El estatal Instituto Nacional de Ciencias Forenses de Guatemala sumó 2 mil 616 violaciones sexuales en esa nación en 2016, de los que 409 fueron contra niñas de 7 a 12 años y 230 a menores de seis.
Riesgo de muerte. Las 14 organizaciones advirtieron que “las niñas, al ser obligadas a un embarazo y maternidad, tienen cinco veces más probabilidades de morir durante el embarazo y que sus hijos/as sufran de bajo peso al nacer, con desnutrición o retraso en su desarrollo”.