¿Los alimentos de hoy son menos saludables?
La atmósfera está cambiando los alimentos que consumimos a diario. No es una novedad que los estudios revelen el incremento del CO2 y su relación con el cambio climático. Pero quién se ha puesto a pensar cómo afecta el cambio atmosférico a los alimentos.
Irakli Loladze, matemático de la Universidad Estatal de Arizona, encontró en una investigación relacionada con el zooplancton (organismo que se alimenta de algas) que la exposición de las algas a niveles elevados de CO2 las hacía crecer más rápido. Sin embargo, su nivel nutricional decaía.
De esta manera el zooplancton tenía mucho alimento, pero pocos nutrientes lo que lo estaba llevando a morir de hambre. Lo mismo ocurrió con dos grupos de plantas, uno expuesto a altas concentraciones de CO2 y otras con una cantidad normal. El resultado arrojó que aquellas expuestas a altos niveles de dióxido de carbono perdieron un 8 por ciento la calidad de sus minerales.
El pequeño deterioro nutricional de los alimentos entonces se debe a la liberación excesiva de CO2 en el ambiente, pues la tierra contiene carbono que al tener un mal uso del suelo o una práctica de cultivos agrícolas insostenibles se libera a la atmósfera en forma de dióxido de carbono. Sin embargo, esto no quiere decir que no sean nutritivos, sólo que han perdido parte de sus nutrientes y de seguir con los problemas ambientales, los alimentos se verán más afectados en su valor nutrimental.
Otro punto que causa controversia es el uso de los pesticidas, sin embargo, la CODEX ALIMENTARIUS señala que la limitación de los niveles máximos de estos residuos garantiza la sanidad de los alimentos.
"No es que la alimentación sea mala, sino que como seres humanos evolucionamos y también nuestros hábitos de consumo. Por lo tanto, en vez de preocuparse por la toxicidad hay que consumir los alimentos en lugares seguros", comenta la experta en nutrición Fernanda Alvarado.
Un estudio realizado por la FAO, Revisión del Desarrollo Avícola, señala los principales ingredientes utilizados en las formulaciones de alimentos para aves de corral. Entre los que se menciona el uso de aditivos no nutritivos como los antibióticos. Lo anterior no parecería un problema, si no fuera por su relación con el desarrollo de bacterias más resistentes, según el libro Big Chiken de la aclamada periodista de salud y colaboradora de National Geographic, Maryn McKenna.
"La recomendación es aumentar el consumo local, es decir, comprar el pollo de mercado, dándole más oportunidad a los pequeños productores que no usan este tipo de aditivos así como aumentar el consumo de alimentos orgánicos", comenta Fernanda Alvarado.