Razones por las qué el alzhéimer afecta más a las mujeres
En algunos países, más de dos tercios de las personas que sufren mal de Alzheimer son mujeres. Sin embargo, las causas (y las implicaciones en el tratamiento) de esta diferencia de género apenas se empiezan a estudiar.
Las diferencias de género en las enfermedades relacionadas con la demencia solo se ven reconocidas ahora, pero las consecuencias pueden cambiar la forma como luchamos contra la enfermedad.
Globalmente, los expertos calculan que 75 millones de personas vivirán con demencia para 2030 y 131,5 millones para 2050.
Factores de riesgo
Gran parte de la brecha de género se reduce a uno de los mayores factores de riesgo de la demencia: la edad. Cuanto mayor seas, más probabilidades tendrás de desarrollar alzhéimer de inicio tardío. Las mujeres viven normalmente más años que los hombres, por lo que más mujeres tienen demencia.
Cuanto más viejo eres, más probabilidades tienes de desarrollar demencia.
Pero investigaciones recientes indican que podemos equivocarnos al asumir que el envejecimiento significa que el alzhéimer es inevitable.
Los resultados de dos grandes estudios de Envejecimiento y Función Cognitiva (CFAS, por sus siglas en inglés) sugieren que en los últimos 20 años, la cantidad de nuevos casos de demencia cayó un 20%, especialmente por la reducción en la incidencia entre hombres mayores de 65 años de edad.
Los expertos dicen que esto puede ser por campañas de salud pública que abordan el tema de las enfermedades cardiovasculares y el tabaquismo. Los dos son factores de riesgo para el alzhéimer.
Como los hombres tienden a tener enfermedades del corazón más jóvenes y fuman más que las mujeres, estas campañas también pueden haber ayudado a mantener a raya estos factores de riesgo más en los hombres que en las mujeres.
Mientras tanto, hay otros factores de riesgo para el desarrollo de alzhéimer que afectan más a las mujeres que a los hombres.
Por ejemplo, más mujeres desarrollan depresión, y el ánimo depresivo se ha vinculado con la aparición del mal de Alzheimer. Otros factores de riesgo afectan solo a las mujeres, como la menopausia quirúrgica y complicaciones del embarazo como la preclamsia, los cuales se han relacionado con el declive cognitivo más adelante en la vida.
Los roles sociales, como dar cuidados, también pueden incrementar la posibilidad de desarrollar demencia.
Hay investigación sobre si ser un cuidador es en sí mismo un factor de riesgo para la enfermedad de Alzheimer, explica Annemarie Schumacher, psicóloga sanitaria. En Reino Unido, entre el 60-70% de los cuidadores no asalariados que cuidan de alguien con demencia son mujeres.
El grupo Proyecto del Cerebro de Mujeres (WPB, por sus siglas en inglés), cofinanciado por Santuccione-Chadha, Ferretti y Schumacher así como por el químico Gautam Maitra, acaba de publicar un informe en el que analiza la literatura científica de una década sobre el alzhéimer.
Para la elaboración del estudio se revisaron datos existentes y se les pidió a los científicos que los estratificaran por sexos por primera vez.
"Las diferencias más obvias que surgen en la literatura radican en la exhibición y progresión de síntomas cognitivos y psiquiátricos entre hombres y mujeres con la enfermedad de Alzheimer. Con base en estos nuevos estudios podemos diseñar nuevas hipótesis y averiguar nuevas formas de mejorar el tratamiento de los pacientes", sostiene Ferretti.
Los científicos esperan que la nueva investigación discriminada por sexo ayude a desarrollar tratamientos más efectivos para los pacientes.
Actualmente, por ejemplo, el alzhéimer se detecta buscando dos proteínas tóxicas que se acumulan en el cerebro. Las pruebas sugieren que no hay diferencia en los niveles de estas proteínas, o biomarcadores, en hombres y mujeres con la enfermedad de Alzheimer. Pero las mujeres muestran un deterioro cognitivo mayor.
¿Desde qué edad te puede dar alzhéimer?
Otra pregunta para los investigadores es por qué la enfermedad progresa más rápidamente en mujeres que en hombres después del diagnóstico. Una escuela de pensamiento sugiere que el estrógeno protege el cerebro de la mujer cuando es más joven, pero que esos beneficios decaen, al igual que el estrógeno, después de cierta edad.
Otra investigación sugiere que las mujeres se desempeñan mejor en los tests iniciales, lo que puede conducir a diagnósticos perdidos en una primera etapa lo que también puede llevar a que los médicos subestimen la severidad de la enfermedad.
Las mujeres pueden obtener mejores resultados en las pruebas de demencia tempranas en comparación a los hombres, lo que significa un retraso en el diagnóstico.
El reto de los ensayos clínicos
Otro reto se relaciona con cómo se diseñan los ensayos clínicos para la medicación para el Alzheimer. Caros y largos, tienden a tener una división casi par entre géneros, pese a que más mujeres lidian con la enfermedad.
Para otros males, como la depresión o la esclerosis múltiple, "la prevalencia se refleja a menudo en los ensayos", explica Santuccione-Chadha.
"Si más mujeres se ven afectadas por esas enfermedades, más mujeres se incluyen habitualmente en los ensayos", añade.
Ese enfoque parece haber funcionado: "En estas enfermedades, hemos sido testigos de medicaciones exitosas", dice. Por el contrario, la mayoría de los ensayos clínicos con medicaciones para el Alzheimer en la última década fracasaron.