Normalmente los padecimientos respiratorios están asociados a la época invernal, comprendida entre los meses de noviembre a enero, como una consecuencia de las bajas temperaturas. Sin embargo, el calentamiento global y otros factores del planeta han alterado los sistemas climáticos, por lo que actualmente determinadas temperaturas ya no son exclusivas de una temporada. Así, en un mismo día podemos encontrarnos con una fría mañana, un calor inusual a medio día y lluvias torrenciales con vientos por la tarde.
Si bien, el frío no necesariamente es el responsable directo de padecimientos respiratorios, lo cierto es que los cambios de temperatura pueden afectar al sistema inmunológico que protege al organismo de los virus que los provocan.
Por otra parte aunque la gripe y la tos son muy comunes en cualquier época del año y generalmente son padecimientos leves, deben ser tomados en serio para prevenir complicaciones.
Muchas personas confunden estos dos términos y utilizan tanto uno como otro de manera indiscriminada, pero no son lo mismo. Aunque desde luego, ambos padecimientos son parecidos y con síntomas similares, la diferencia es que son causados por diferentes tipos de virus.
La gripe está más asociada a la Influenza, que tiene la particularidad de modificarse regularmente, lo que ocasiona que sus síntomas sean variables y por lo general intensos, incluyendo altas temperaturas. El resfriado por su parte es más habitual y puede padecerse varias veces al año, aunque con síntomas por lo general más leves, provocados por agentes como el rinovirus.
Otra diferencia es que la gripe ataca de manera súbita y sus síntomas pueden durar una o dos semanas, mientras que el resfriado aparece de forma gradual y tiene menor duración.
La gripe y el resfriado son padecimientos frecuentes que, aunque generalmente no son graves, pueden resultar muy molestos ya que se manifiestan a través de varios síntomas como: estornudos, cuerpo cortado, flujo nasal, fiebre, ojos llorosos y dolor de cabeza.
La buena noticia es que nuestro organismo es tan sabio que todos estos síntomas, además de darnos aviso de la enfermedad, son mecanismos de defensa para combatir los virus causantes de la infección. Por ejemplo, mediante la fiebre o pirexia el cuerpo impide que algunos agentes virales y bacterias sensibles a los cambios de temperatura se propaguen; los estornudos y el flujo nasal, por su parte, ayudan a expulsarlos del organismo.
El tratamiento de estos dos padecimientos es parecido y aunque en la mayoría de los casos no se requiere de un tratamiento indicado por un especialista, es importante consultar al médico en caso de que persistan los síntomas, como la presencia de fiebre durante varios días.
Para ayudar a reducir las molestias, se recomienda beber líquidos en abundancia y descansar, además de recurrir a medicamentos de libre venta con componentes para combatir el dolor y la fiebre, como el paracetamol, así como otros para descongestionar y reducir la secreción nasal, como la Clorfenamina y Fenilefrina.
Es importante tener en cuenta que, al ser enfermedades virales, no se recomienda el uso de antibióticos, que nada puede hacer en estos casos y por el contario, podrían traer consecuencias no deseables, por lo que solo pueden administrarse por indicación médica.
La tos, como tal, no es una enfermedad, sino un mecanismo de defensa de nuestro organismo que sirve para limpiar las vías respiratorias facilitando la expulsión de agentes extraños y mucosidad, por lo que no siempre es recomendable suprimir la tos por completo.
Por otro lado, cuando la tos se presenta de manera muy intensa o prolongada, puede tratarse de una señal de algún trastorno más serio.
Es posible que se presente tos sin la existencia de una enfermedad, como en el caso de aspiración de ambiente contaminado, la aspiración de cuerpos extraños, tabaquismo, cambios de temperatura y humedad o la irritación de oídos por exceso de cerumen.
En otros casos el origen de la tos puede derivarse de la inflamación de vías respiratorias debido a rinitis, laringitis, bronquitis o sinusitis u otros padecimientos.
Como medidas auxiliares para tratar la tos, se recomienda tomar medidas higiénico-sanitarias como:
- Hidratarse de manera constante
- Mantener el ambiente ligeramente húmedo, con vapor no muy caliente
- Realizarse lavados nasales con suero fisiológico
- Ventilar las habitaciones y eliminar la existencia de polvo
- Tomar infusiones herbales y miel natural
Además, es importante considerar que es conveniente suprimir la tos seca a través de medicamentos de libre venta, con componentes antitusivos como el Dextrometorfano y por otro lado facilitar la expulsión de flemas, a través de expectorantes y/o con mucolíticos como el Ambroxol.
Una buena alternativa de medicamentos de libre venta son Gentil: un antigripal completo que ayuda a disminuir las molestias de gripe y resfriado y el jarabe Plexus que ayuda a aliviar la tos seca y expulsar las flemas en un mismo producto. Los encuentras en las principales farmacias y tiendas de autoservicio.