Un preso cuya ejecución está prevista en menos de dos semanas en una cárcel de Texas pidió que se retrase su condena para poder donar un riñón.
Está previsto que Ramiro Gonzales reciba la inyección letal el 13 de julio por disparar mortalmente a Bridget Townsend, una mujer de 18 años del suroeste de Texas cuyos restos fueron hallados casi dos años después de su desaparición en 2001.
Los abogados del reo, Thea Posel y Raoul Schonemann, enviaron una carta el pasado miércoles al gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, en la que le pidieron un aplazamiento de 30 días para que el recluso pueda ser considerado un donante vivo “para alguien que necesite urgentemente un trasplante de riñón”.
Los letrados también solicitaron por separado a la Junta de Indultos y Libertad Condicional de Texas un indulto de 180 días relacionado con la donación de riñón.
En su escrito a Abbott, los abogados de Gonzales incluyeron una carta del cantor Michael Zoosman, un clérigo judío ordenado de Maryland que ha mantenido correspondencia con el reo.
“No me cabe duda de que el deseo de Ramiro de ser un donante altruista de riñón no está motivado por un intento de última hora de detener o retrasar su ejecución. Me iré a la tumba creyendo en mi corazón que esto es algo que Ramiro quiere hacer para ayudar a que su alma esté bien con su Dios”, escribió Zoosman.
¿Puede preso ser donador?
El equipo defensor alegó que un equipo de trasplantes de la Universidad de Texas en Galveston determinó que Gonzalez es un “excelente candidato” por su tipo de sangre poco común, lo que significa que su donación podría beneficiar a alguien que podría tener dificultades para encontrar una compatibilidad.
“Prácticamente todo lo que queda es la cirugía para extraer el riñón de Ramiro”, afirmaron Posel y Schonemann a Abbott. El proceso de donación podría estar completo en un mes, según los médicos.
Las políticas del Departamento de Justicia Penal de Texas permiten a los reclusos hacer donaciones de órganos y tejidos. La portavoz de la agencia, Amanda Hernández, dijo que Gonzales fue considerado inelegible después de hacer una solicitud para ser donante a principios de este año. No dio una razón, pero los abogados de Gonzales dijeron en su carta que la agencia se opuso debido a la fecha de ejecución pendiente.
La Junta de Indultos y Libertad Condicional de Texas tiene previsto votar el 11 de julio sobre la solicitud de Gonzales a esa agencia.
Los abogados del preso hicieron una solicitud separada pidiendo a la junta que conmute su sentencia de muerte por una pena menor.
Asimismo, requirieron que no se proceda a su ejecución si no se permite a su asesor espiritual sostener su mano y colocar otra mano sobre su corazón. Está previsto que el martes comience en Houston un juicio federal de dos días sobre esta petición.
La demanda de Gonzales de retrasar su ejecución para donar órganos es poco frecuente entre los condenados a muerte en Estados Unidos, dijo el viernes Robert Dunham, director ejecutivo del Centro de Información sobre la Pena de Muerte.
En 1995, el asesino condenado Steven Shelton en Delaware donó un riñón a su madre.
En 2013, la ejecución de Ronald Phillips en Ohio se retrasó para que se pudiera revisar su solicitud de donar un riñón a su madre. La petición de Phillips fue denegada posteriormente y fue ejecutado en 2017.
“Los escépticos pensarán que esto es simplemente un intento de retrasar la ejecución. Pero si ese fuera el caso, creo que se verían muchas solicitudes”, aseguró Dunham, cuyo grupo no se posiciona sobre la pena capital pero ha criticado la forma en que los estados llevan a cabo las ejecuciones. “La historia de las ejecuciones en Estados Unidos demuestra que la gente no hace ofertas de donación de órganos con el fin de retrasar una ejecución que, de todos modos, tendrá lugar”, agregó.