La pastilla que cambió al mundo
Cuando Luis Miramontes trabajaba para encontrar una sustancia que evitara los abortos y ayudara a la fijación del embrión en el útero, descubrió algo completamente diferente: sin querer sintetizó el compuesto activo de la píldora anticonceptiva, cuenta en entrevista para El Gran Diario de México su hijo Octavio Miramontes, doctor en Física de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El próximo 15 de octubre se cumplirán 58 años de la invención de este fármaco; dicho descubrimiento se dio cuando Luis Ernesto Miramontes Cárdenas, de 26 años, trabajaba como investigador en los laboratorios Syntex, el 15 de octubre de 1951. En ese entonces, el ingeniero químico Miramontes realizaba su tesis de doctorado en el Instituto de Química de la UNAM, bajo la tutela de Alberto Sandoval.
Según Octavio, su padre compartió el crédito de la patente con George Rosenkrantz, director de la compañía, y con Carl Djerassi, director de investigación de este laboratorio, pero quien realmente había hecho el trabajo de investigación había sido Luis, a quien sólo dieron 10 dólares; mientras que sus compañeros de patente se volvieron millonarios y trasladaron la compañía a Estados Unidos.
Descubrimiento transformador para la mujer
El ingeniero Luis no hubiera llegado a ser lo que fue, si no hubiera estado al cuidado de su tía, Dolores Cárdenas Aréchiga, quien también fue la única mujer comandante del ejército de Pancho Villa y además fue maestra rural, considera su hijo Octavio.
Un libro motivó a Luis a ser inventor: "Cazadores de microbios", de Paul Kruif, pues había crecido en un ambiente rodeado de ellos. De acuerdo con Octavio, su padre había sido una persona informada y con sensibilidad hacia las mujeres, por lo que estaba orgulloso de su contribución a la sociedad, se alegraba de que ellas pudieran desarrollarse y ocupar diversos puestos como lo había hecho su tía.
Octavio Miramontes recordó cuando su padre falleció. Una de sus hermanas notificó a un diario la muerte de su padre y la respuesta no fue la que esperaban, pues quien contestó dijo que no era del interés de ese periódico y que si querían podían publicar una esquela la cual tenía un costo; tal vez, ante la negativa de aquel rotativo, probablemente su hermana no quiso comunicarse con otro medio.
Al parecer de Octavio, el ingeniero químico tuvo más reconocimiento a nivel internacional que en su propio país, sobre todo después de su fallecimiento.
Investigador incansable
A pesar de las variadas voces que provocó la invención de la píldora, según Octavio, su padre siempre estuvo orgulloso de su aportación a la salud de las mujeres y al desarrollo del planeta; no obstante la pastilla no fue el único invento que aportó, también trabajó en el estudio de los convertidores catalíticos para evitar la emisión de contaminantes de los automotores.
Mientras estudiaba ese tema, su padre utilizaba su propio carro como plataforma de experimentación. Octavio recordó una ocasión en la que un mecánico revisó el auto y se sorprendió al abrirlo, ya que parecía un automóvil del futuro.
Octavio recuerda que su casa estaba llena de plantas extrañas y que su padre utilizaba para el estudio de esteroides, también tenían un plantío de uvas en su patio, porque su padre intentó producir vinos y cervezas, pero no lo logró porque el clima no era adecuado.
La vida del ingeniero Miramontes siempre giró en torno a ser inventor, pues logró obtener 64 patentes en diversos ámbitos, como "el procedimiento para producir un nuevo tipo de vino de mesa a partir de aguamiel de maguey", entre otras, Octavio asegura que su padre es el inventor mexicano que más patentes tiene, tanto nacionales como internacionales.
Este diario documentó que la pastilla anticonceptiva recorrió el mundo. El 7 de febrero de 1970, la píldora llegó hasta China a través de viajeros; en 1974 la señora Michelle Ahearn ganó una indemnización por perder la vista aparentemente a causa del uso de este anticonceptivo; mientras que en el año de 1979 se publicó que alrededor de 54 millones de mujeres en el mundo tomaban la píldora al menos hasta 1977.
Casi 10 años después de su descubrimiento, inició su comercialización. En 1960, en Estados Unidos la FDA, U. S. Food and Drug Administration (Administración de Medicamentos y Alimentos) aprobó el primer anticonceptivo oral, debido a la preocupación por frenar el crecimiento descontrolado de la población en aquella nación; según un artículo del Conacyt primero se empezó a distribuir "Norlutin" e inmediatamente después "Envoid".
Algunos métodos antes de la píldora
Los métodos anticonceptivos han existido desde antes de la invención de la píldora anticonceptiva, según Planned Parenthood, organismo presente a nivel global con su principal sede en Estados Unidos, muchos de ellos no eran eficaces o seguros; en China las mujeres bebían mercurio o plomo para controlar la fertilidad, un método muy peligroso, ya que podía provocar esterilidad o hasta la muerte.
Por otra parte, se hacían infusiones con plantas para la anticoncepción, una de ellas era originaria de Veracruz, México: el barbasco tipo "cabeza de negro" por ser la que mayor utilidad tenía, según la Biblioteca de Medicina Tradicional de la UNAM y que fue utilizada para crear anticonceptivos, según la Revista Ciencias de la UNAM.
Otro método utilizado fue el del Ritmo, también conocido como método del Calendario, consistía en saber los días fértiles de cada mujer para evitar las relaciones sexuales y para identificarlos se debía hacer un registro exacto de sus ciclos menstruales durante un año. En términos generales eran 5 días, a la mitad del ciclo, que debían abstenerse.
De acuerdo con doña Irene de 77 años, quien dedicó su vida al hogar y a su familia, recordó en entrevista para este diario que en los sesentas ella era recién casada y tenía a su primer hijo; sin embargo, no tenía conocimiento del uso de las píldoras, ya que anteriormente se utilizaba la abstinencia durante el periodo de lactancia.
Una nueva forma de mirar la sexualidad
Según el Inegi, en el 2014, en México había 2 millones 225 mil 048 mujeres de 15 a 49 años que habían sido usuarias de algún método anticonceptivo hormonal, incluyendo en esta estimación pastillas o píldoras, inyectables, implantes subdérmicos, parches corporales, píldora de emergencia, dispositivo intrauterino con hormonas o anillo vaginal.
Para el catedrático de feminismo y crítica de la modernidad de la facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, el Maestro Leonardo Olivos, la píldora fue un descubrimiento transformador para la vida de la mujer, pues logró deslindar la reproducción con el disfrute de su sexualidad, además de que le proporcionó una sensación de mayor reconocimiento y control sobre su cuerpo.
Aunque las píldoras anticonceptivas han marcado un cambio en la historia de las mujeres, aún falta mucho por hacer para que sean reconocidas como iguales ante los hombres, pero en opinión del investigador Olivos, en la actualidad se ha avanzado mucho en materia de derechos.
El 8 de agosto de 2018, durante la Marcha del Pañuelo Verde, cuyas consignas fueron Educación sexual para decidir, Anticonceptivos para no abortar, Aborto legal para no morir, se consultaron a varias mujeres para saber su punto de vista acerca de la píldora anticonceptiva:
Lucía Núñez de 40 años, investigadora del Centro de Investigaciones de Estudio de Género de la UNAM, comentó que las píldoras anticonceptivas ayudan a que las mujeres puedan evitar los embarazos no deseados y ha desligado al matrimonio de la sexualidad.
Cloe Di Constanzo de 35 años, profesora, mencionó que es necesario la repartición gratuita de esta píldora, aunque se tiene que informar a las mujeres porque es un método químico que atraviesa los cuerpos y tiene muchos efectos.
De forma contraria, Adriana de 30 años y Nikte de 25 contaron que nunca han utilizado este método; sin embargo, para Adriana la píldora marcó un cambio en la historia de la liberación sexual y a las mujeres les ha permitido abrir otras puertas, aunque ahora se les ha cargado la responsabilidad de la reproducción a ellas. Nikte consideró que aún hacía falta estudiar los efectos secundarios que pueden causar a la mujer.
El "no" de la Iglesia
El inventor recibió muchas críticas en contra luego de la píldora, entre ellas la voz de un sacerdote. Luis Miramontes, junto con su esposa Lilia Vidal fueron amenazados con ser excomulgados por un párroco de la iglesia a la que asistían frecuentemente, cuando se enteró que Luis era el autor de aquella polémica invención, así lo recuerda su hijo. Comentó que toda la Iglesia Católica estuvo en contra de su padre, incluso hasta el día de hoy, además de muchas personas más.
Sin embargo, el sacerdote Víctor González de la Capilla de Nuestra Señora de Fátima en San Clemente, California, EU, también en plática telefónica con este diario, afirma que la Iglesia Católica nunca ha aprobado ni ha sancionado el uso de las píldoras anticonceptivas, debido a que es una cuestión de conciencia.
De acuerdo con el sacerdote Víctor, la Iglesia Católica sugiere utilizar métodos naturales como el método de Billing, el cual se basa en las características de cada mujer para identificar los días fértiles de los no fértiles.
El sacerdote Víctor comentó que este método favorece el conocimiento de la mujer sobre sus propios ciclos, fomenta la comunicación de las parejas y respeta la decisión de los padres para poder tener una familia de acuerdo a lo que quieren y al plan de Dios.
Desde su invención y con el paso del tiempo se han estudiado los efectos secundarios que causaba la píldora y se han ido disminuyendo; si bien en un principio se le atribuían trombosis, cáncer, coágulos de sangre, diabetes y hasta ceguera; en la actualidad su consumo tiene consecuencias menores como dolor de cabeza, náuseas o vómito.
De acuerdo con doña Irene, antes las decisiones las tomaba el esposo, ellos decidían cuántos hijos tendrían o bien, tenían los que "Dios les mandara". Irene no tuvo la oportunidad de decidir sobre la planificación familiar, pero dijo "las cosas han cambiado, mis hijas son más independientes".