Apuestan por uso del éxtasis y alucinógenos para tratar la depresión
La comunidad psiquiátrica propuso un nuevo método para revertir la depresión, el trastorno de estrés postraumático y otras afecciones mentales basado en la administración de psicoactivos como el éxtasis y la psilocibina, fármacos capaces de canalizar el dolor positivamente.
De acuerdo con el Hospital Hammersmith, localizado en el oeste de Londres, la psicoterapia asistida por psicodélicos ayudaría a combatir los trastornos que debilitan la estabilidad mental de las personas.
Estos padecimientos significan un problema de salud grave, ya que los trastornos de estrés postraumático, así como de depresión mayor, consumo de alcohol y los efectos de la anorexia nerviosa -por mencionar algunos- matan cada año a miles de dolientes.
Por ello, los investigadores del centro londinense se han dedicado a estudiar las reacciones producidas por sustancias psicodélicas ilegales. Para exponer su funcionalidad, una publicación de "Nature" narró la experiencia de Kirk Rutter, uno de sus pacientes que padecía depresión, de forma intermitente, desde hace más de una década.
Rutter acudió a las instalaciones de Hammersmith con motivo de tratarse. Esto sucedió durante el verano del 2015; sin embargo, la condición del paciente se agudizó años antes, cuando en 2011 enfrentó la muerte de su madre, aunado a un rompimiento sentimental y la recuperación de un accidente automovilístico.
El afectado describió que sentía como si su cerebro se encontrara en una especie de bloqueo, ya que constantemente se repetía los mismos pensamientos: "Todo lo que hago se convierte en una mierda. De hecho, lo creía", recordó. Todo ello como una respuesta de "circuito automático".
Durante años, Rutter atravesó la depresión mediante terapias de conversación y el consumo de distintos medicamentos para la ansiedad, con resultados poco deseables. Por ello, Robin Carhart-Harris, psicólogo y neurocientífico de la Escuela Imperial de Londres, expuso que fue contemplado para participar en el estudio.
En la primera sesión, los expertos le proporcionaron al voluntario un alucinógeno. Posteriormente, Carhart-Harris lo colocó en una habitación en la que Rutter tuvo que observar una serie de imágenes controladas por una máquina de resonancia magnética (IRM), la cual monitoreaba su actividad cerebral.
Más tarde, el paciente fue recostado en un espacio provisto de música que acompañaría la sesión. Ante la posibilidad de una reacción secundaria al psicoactivo, el investigador le proporcionó un fármaco, que debería ingerir para neutralizar el alucinógeno. En aquella ocasión, el participante experimentó una especie de agobio que desencadenó su llanto. "Creo que sabía que esto iba a ser desempaquetar mucho; llevaba un poco de carga en ese momento", explicó.
Al día siguiente, los especialistas le entregaron dos pastillas del fármaco "psilocibina", un ingrediente psicoactivo sustraído de hongos alucinógenos comestibles. En esta ocasión, el paciente se acostó en la cama y le fueron proporcionados unos audífonos y una máscara con la que le cubrieron los ojos.
Cuando la sustancia hizo efecto, Rutter mencionó que podía ver una serie de textos, escritos en sánscrito, acompañados por estructuras con joyas de oro. "Fue entonces que su mente se puso a trabajar en su dolor", declararon los expertos.
Este estudio, se unió a otra serie de ensayos clínicos que se concentran, principalmente, en experimentar con drogas ilícitas con el objetivo de tratar enfermedades mentales. Entre ellas, los psiquiatras y psicoterapeutas han recurrido al uso de la psilocibina, dietilamida de ácido lisérgico (LSD) y MDMA o éxtasis.
Los estudiosos del Hospital Hammersmith declararon que este método no es nuevo, en cambio, "ha existido durante décadas, o siglos en algunas culturas, pero el impulso se ha recuperado drásticamente en los últimos años a medida que los inversores y los científicos han comenzado a defender el enfoque nuevamente".
Además, agregaron que pese a que estas drogas ya son aceptadas, en generalidad, esta propuesta aún es denominada como una "alianza de la contracultura", pues tan sólo algunos estados de EU están en proceso de legalizar o despenalizar la psilocibina con fines terapéuticos o recreativos.
Su uso -revelaron los expertos- ya no es una novedad, sino más bien una tendencia, ya que algunas otras instituciones, de relevancia científica, como las universidades de Johns Hopkins y la de California, Berkeley, así como la Escuela de Medicina Icahn han abierto centros dedicados al estudio de dichos psicodélicos.
En este contexto, los autores del estudio esperan que los ensayos en torno a estas sustancias aumenten aún más, ya que podrían beneficiar a las personas con "depresión intratable y otros problemas psicológicos", siempre y cuando sean administradas de manera segura y autorizadas por un especialista, ya que no se trata de un fármaco que se encuentra con facilidad en las farmacias, sino de un activo poderoso.
Por ello, los especialistas esperan contar con el apoyo de los reguladores y proveedores, en cuanto a la implementación de las drogas de manera segura, ya que si bien han sido estudiadas, su administración continúa como un camino inexplorado.