Asociación ofrece atención médica a domicilio para pacientes covid

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El Universal,  Ciudad de México, Mexico, 

En Guadalajara, una asociación civil ofrece ayuda para atención a domicilio a pacientes de Covid-19.

Se trata de la asociación Juntos contra el Dolor A. C. que se dedica a apoyar en cuidados paliativos a enfermos en etapa terminal; sin embargo, por la pandemia del Covid-19, comenzaron también a ayudar a pacientes de coronavirus ante la falta de camas en hospitales públicos.

El pasado 2 de febrero compartieron en sus redes sociales un mensaje en el que señalaban que continuaban ayudando con atención médica y medicamento, de ser necesario, a personas con Covid-19 sin ningún costo y a domicilio.

Las personas que requieran el apoyo solo tienen que mostrar su prueba positiva de Covid-19 para recibir la atención. Al domicilio arriba personal médico capacitado y con protecciones adecuadas para atención de pacientes con coronavirus.

También, acude personal que ayuda a sanitizar los domicilios donde se realizará la consulta médica.

El servicio se otorga a personas que viven en la Zona Metropolitana de Guadalajara.

Cabe señalar que la asociación no provee de tanques de oxígeno.

Por último, la asociación hace un llamado a las personas que gusten apoyar con donativos para continuar apoyando a pacientes Covid-19.





La travesía de recibir atención médica que ha llevado a la muerte de pacientes

En muchas comunidades de México los servicios de salud son precarios o inexistentes

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Milenio,  Ciudad de México, Mexico, 

¿Qué tienen en común una mujer que está postrada en Yucatán, un representante ejidal en Tamaulipas, una indígena de Durango que dio luz en la carretera y unos pueblerinos de Coahuila? Que en sus comunidades, los servicios de salud son precarios o inexistentes. 

En el municipio yucateco de Seyé, por ejemplo, la señora Edith Alvarado lleva 21 años postrada en una cama a causa de los golpes que le propinó su ex esposo. Es diabética, tiene problemas del habla y una de sus hijas, la de 22 años, padece problemas auditivos y de movilidad. Guadalupe, otra de sus hijas, es quien las cuida. “Aquí no hay servicios de emergencia, puras consultas en farmacias”, lamentó Guadalupe. “El hospital más cercano nos queda como a media hora, pero tampoco funciona. Tenemos que ir hasta Mérida, a la clínica Juárez del IMSS. Y casi nunca nos lleva la ambulancia”. 

Guadalupe cuenta que irse en transporte público es muy incómodo, pues doña Edith sólo se mueve en silla de ruedas. Lo hacen, sin embargo, porque el costo es de 60 pesos por persona, mientras un taxi les cobra entre 350 y 700 pesos. Otra alternativa podría ser la patrulla que mandó el ayuntamiento, pero los policías les han dicho varias veces que no es su obligación.

Guadalupe relata que hace seis meses, cuando nació prematuramente su hijo, acudió al Palacio Municipal a pedir ayuda. “Se me rompió la fuente y me fui caminando una seis calles hasta el Palacio. Llegué a donde está la patrulla, y me dijeron que no me podían llevar, que me esperara hasta las 8:00 horas”. Se fue en una motocicleta que consiguió su esposo. 

Sonia es una joven indígena de El Mezquital, Durango, que tampoco alcanzó a terminar su labor de parto de sus gemelos. Sonia viajaba desde Teneraca, a unas ocho horas de camino a la capital del estado. Sus padres la trasladaban a Guajolota, donde se encuentra el hospital, pero en un tramo de la carretera nació el primer gemelo, un varón. Continuaron su camino hasta llegar al hospital. La niña no sobrevivió. 

Cuando los indígenas de las comunidades de Santa María de Ocotán o Huazamota, las más pobladas, viajan a la capital de Durango a buscar atención médica no siempre llegan. Hace apenas unos días, una mujer de cien años, proveniente de El Mezquital, perdió la vida en uno de los albergues tradicionales, Tambitos. No alcanzó a recibir la atención médica. 

La comunidad de Ciénega de la Purísima, a hora y media de Saltillo, sabe lo que significan las distancias. Para llegar o salir de ella, es necesario adentrarse en la sierra por caminos sinuosos de terracería, junto a voladeros de 30 metros, con subidas y bajadas cuya peligrosidad aumenta en tiempos de lluvias. 

“Desde que llegué a vivir acá, hace 30 años, hemos tenido muchas urgencias y nosotros tenemos que ver cómo le hacemos para llegar a la clínica”, cuenta Antonia Fuentes, originaria del pueblo de Jamé. “Estamos muy olvidados de todo esos auxilios de emergencias. Aquí nos tomamos lo que tenemos, una paracetamol o un acetil. Siempre tenemos medicamentos o remedios caseros, por lo mismo”. 

Según Antonia, en varias ocasiones se les ha prometido que se presentará un doctor al centro de salud. “Pero primero tendrían que remodelar las instalaciones porque están muy deterioradas”, dice y enseguida habla de otro problema para los habitantes: los gastos de gasolina, medicamento y, a veces, de médicos, ya que la mayoría no cuentan con seguridad social y tienen que buscar atención en consultorios particulares. “A mi yerno se le torció la cara hace más de un mes y desde entonces mi esposo lo lleva a rehabilitación. Cada vuelta nos sale como en 600 pesos”. 

En Altamira, Tamaulipas, la situación no es muy diferente: las distancias hacia centro de salud y hospitales provoca que las familias de 32 ejidos y ocho comunidades del río Tamesí tengan una baja probabilidad de sobrevivir en el caso de enfermarse o de que sean víctimas de picadura o mordedura de un animal venenoso. “Hay gente que la ha sabido sacar provecho a la situación y cobra 40 pesos por llevarte en moto o en triciclos a las clínicas”, se queja Dimas Salazar, representante ejidal en Benito Juárez. 

El problema se acentúa en las viviendas que se ubican en los márgenes del río, pues dependen mucho de la capacidad de sus motores en las lanchas para llegar rápidamente a recibir atención médica en Altamira.Si es un motor grande,tardan 25 minutos. En el peor de los casos, el recorrido es de una hora. Una vez que llegan al muelle por la laguna Champayan, deben pagar un taxi o caminar varias cuadras hasta el DIF para que sean trasladosa un hospital. 

“Ha habido gente que se muere en el traslado por infartos o derrames”, cuenta Ricardo Demes, habitante de la comunidad Martin A. Martínez., “Yo tengo una nieta que le picó un animal, batallando la cargamos y como se pudo la llevamos al DIF. Por río es una hora con motor pequeño. También la neblina es una dificultad, hay quienes se han perdido”. 

Para los 32 ejidos alejados de la zona urbana solo hay cuatro centros regionales de salud. Los habitantes tienen prohibido enfermarse los fines de semana, pues los doctores solo acuden de lunes a viernes. 

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La travesía de recibir atención médica que ha llevado a la muerte de pacientes

En muchas comunidades de México los servicios de salud son precarios o inexistentes

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Milenio,  Ciudad de México, Mexico, 

¿Qué tienen en común una mujer que está postrada en Yucatán, un representante ejidal en Tamaulipas, una indígena de Durango que dio luz en la carretera y unos pueblerinos de Coahuila? Que en sus comunidades, los servicios de salud son precarios o inexistentes. 

En el municipio yucateco de Seyé, por ejemplo, la señora Edith Alvarado lleva 21 años postrada en una cama a causa de los golpes que le propinó su ex esposo. Es diabética, tiene problemas del habla y una de sus hijas, la de 22 años, padece problemas auditivos y de movilidad. Guadalupe, otra de sus hijas, es quien las cuida. “Aquí no hay servicios de emergencia, puras consultas en farmacias”, lamentó Guadalupe. “El hospital más cercano nos queda como a media hora, pero tampoco funciona. Tenemos que ir hasta Mérida, a la clínica Juárez del IMSS. Y casi nunca nos lleva la ambulancia”. 

Guadalupe cuenta que irse en transporte público es muy incómodo, pues doña Edith sólo se mueve en silla de ruedas. Lo hacen, sin embargo, porque el costo es de 60 pesos por persona, mientras un taxi les cobra entre 350 y 700 pesos. Otra alternativa podría ser la patrulla que mandó el ayuntamiento, pero los policías les han dicho varias veces que no es su obligación.

Guadalupe relata que hace seis meses, cuando nació prematuramente su hijo, acudió al Palacio Municipal a pedir ayuda. “Se me rompió la fuente y me fui caminando una seis calles hasta el Palacio. Llegué a donde está la patrulla, y me dijeron que no me podían llevar, que me esperara hasta las 8:00 horas”. Se fue en una motocicleta que consiguió su esposo. 

Sonia es una joven indígena de El Mezquital, Durango, que tampoco alcanzó a terminar su labor de parto de sus gemelos. Sonia viajaba desde Teneraca, a unas ocho horas de camino a la capital del estado. Sus padres la trasladaban a Guajolota, donde se encuentra el hospital, pero en un tramo de la carretera nació el primer gemelo, un varón. Continuaron su camino hasta llegar al hospital. La niña no sobrevivió. 

Cuando los indígenas de las comunidades de Santa María de Ocotán o Huazamota, las más pobladas, viajan a la capital de Durango a buscar atención médica no siempre llegan. Hace apenas unos días, una mujer de cien años, proveniente de El Mezquital, perdió la vida en uno de los albergues tradicionales, Tambitos. No alcanzó a recibir la atención médica. 

La comunidad de Ciénega de la Purísima, a hora y media de Saltillo, sabe lo que significan las distancias. Para llegar o salir de ella, es necesario adentrarse en la sierra por caminos sinuosos de terracería, junto a voladeros de 30 metros, con subidas y bajadas cuya peligrosidad aumenta en tiempos de lluvias. 

“Desde que llegué a vivir acá, hace 30 años, hemos tenido muchas urgencias y nosotros tenemos que ver cómo le hacemos para llegar a la clínica”, cuenta Antonia Fuentes, originaria del pueblo de Jamé. “Estamos muy olvidados de todo esos auxilios de emergencias. Aquí nos tomamos lo que tenemos, una paracetamol o un acetil. Siempre tenemos medicamentos o remedios caseros, por lo mismo”. 

Según Antonia, en varias ocasiones se les ha prometido que se presentará un doctor al centro de salud. “Pero primero tendrían que remodelar las instalaciones porque están muy deterioradas”, dice y enseguida habla de otro problema para los habitantes: los gastos de gasolina, medicamento y, a veces, de médicos, ya que la mayoría no cuentan con seguridad social y tienen que buscar atención en consultorios particulares. “A mi yerno se le torció la cara hace más de un mes y desde entonces mi esposo lo lleva a rehabilitación. Cada vuelta nos sale como en 600 pesos”. 

En Altamira, Tamaulipas, la situación no es muy diferente: las distancias hacia centro de salud y hospitales provoca que las familias de 32 ejidos y ocho comunidades del río Tamesí tengan una baja probabilidad de sobrevivir en el caso de enfermarse o de que sean víctimas de picadura o mordedura de un animal venenoso. “Hay gente que la ha sabido sacar provecho a la situación y cobra 40 pesos por llevarte en moto o en triciclos a las clínicas”, se queja Dimas Salazar, representante ejidal en Benito Juárez. 

El problema se acentúa en las viviendas que se ubican en los márgenes del río, pues dependen mucho de la capacidad de sus motores en las lanchas para llegar rápidamente a recibir atención médica en Altamira.Si es un motor grande,tardan 25 minutos. En el peor de los casos, el recorrido es de una hora. Una vez que llegan al muelle por la laguna Champayan, deben pagar un taxi o caminar varias cuadras hasta el DIF para que sean trasladosa un hospital. 

“Ha habido gente que se muere en el traslado por infartos o derrames”, cuenta Ricardo Demes, habitante de la comunidad Martin A. Martínez., “Yo tengo una nieta que le picó un animal, batallando la cargamos y como se pudo la llevamos al DIF. Por río es una hora con motor pequeño. También la neblina es una dificultad, hay quienes se han perdido”. 

Para los 32 ejidos alejados de la zona urbana solo hay cuatro centros regionales de salud. Los habitantes tienen prohibido enfermarse los fines de semana, pues los doctores solo acuden de lunes a viernes. 

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Más de 17 millones de personas al año pierden seguridad social: López-Gatell

Lamentó que en México la perspectiva de la salud pública es precaria

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Milenio,  Ciudad de México, Mexico, 

Año con año más de 17 millones de personas pierden su seguridad social, por ello el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, establece que tiene como objetivo la transformación sanitaria en el país para proveer servicios de salud para quienes no cuenten con la seguridad social.

Al participar en la inauguración de la II Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Pensamiento Crítico en Salud, que se realizó en la Ciudad de México, destacó que el proceso de transformación del sistema de salud en México avanza con la clara idea de que es un bien público y un derecho humano social que debe garantizar el Estado. 

Resaltó que este nuevo sistema pone a las personas y a las comunidades en el centro de la acción y no a los aparatos de administración de los servicios de salud. 

Dijo que uno de los retos dentro de este proceso es desmedicalizar los sistemas de salud; es decir, eliminar las inercias que durante décadas han prevalecido no solamente en cuanto a la provisión de servicios y su base financiera, administrativa, laboral y de información, sino también en cuanto a la idiosincrasia. De esta forma, se podrá avanzar en la movilización y el empoderamiento comunitario. 

Indicó que hoy en México la idiosincrasia estimulada en los últimos 40 años, incluso cimentada desde la época de la Colonia, ha resultado en que un segmento amplio de la población no percibe la salud como un derecho, sino como una dádiva, prestación o concesión de los gobiernos. 

En el auditorio Benito Croquet de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social (CISS), López-Gatell Ramírez advirtió que no se puede emprender una transformación profunda si no existe consenso, conciencia pública y suficiente fuerza de movilización política local y regional para aspirar a la satisfacción del derecho a la salud. 

“De ahí la necesidad imperiosa de que los pueblos se movilicen. La sociedad organizada de forma gremial, social, territorial, cultural, etcétera, pero que se movilice de manera cada vez más organizada con la idea clara de que la salud es un derecho humano, y que los Estados y naciones tienen la obligación de garantizarlo”, subrayó. 

Además, señaló, en México la perspectiva de la salud pública es precaria, al visualizarse sólo como un elemento auxiliar, compensatorio, de aquello que no brinda el personal médico; es decir, limitada a la prevención y control de enfermedades, y modelo básico de promoción de la salud. 

Aclaró que, si bien no existe una fórmula única para transformar los sistemas y solucionar las problemáticas de cada uno de los países latinoamericanos en esta materia, se pueden aprender, incorporar y compartir las experiencias para avanzar en esta tarea. 

La región latinoamericana y caribeña tiene raíces y orígenes comunes, y el denominador común también es la aspiración de una sociedad más justa e incluyente, con mayor capacidad del Estado de proveer los servicios necesarios para garantizar los derechos; sin embargo, las oportunidades se han abierto de forma asincrónica. 

En la inauguración de la II conferencia latinoamericana, la secretaria de Salud de la Ciudad de México, Oliva López Arellano, destacó que es necesario construir con las personas las tramas de bienestar que permitirían reducir la desigualdad e ir en el camino hacia la transformación del sistema de salud y llegar a sistemas universales y de base pública más allá del hospital. 

Sostuvo que en la Ciudad de México se aborda la salud como un sistema unificado que promueve la participación de las personas en sus territorios, su comunidad y su domicilio para procurar su bienestar; esto significa que va más allá de la atención médica y sanitaria. 

Además, coincidió con el subsecretario López-Gatell Ramírez en el sentido de seguir fortalecimiento la narrativa de desmedicalizar la salud porque ésta se produce de forma colectiva y no individual. 

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Repartidor entrega pedido en vivienda pero el lugar estaba abandonando

Un repartidor de Rappi contó experiencia paranormal durante una entrega

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Milenio,  Mexico, Yucatán, Mérida, 

Para los amantes de los relatos paranormales, hoy les tenemos una nueva historia: un repartidor de Rappi contó a través de TikTok una extraña experiencia, en la que terminó metiéndose en una hacienda que posteriormente se enteraría que está abandonada, volviéndose viral. 

El usuario Marcelo González contó en la plataforma china que trabajaba con la aplicación en Mérida, Yucatán, y que recibió el pedido de un cupcake, la cual estaba aparentemente muy cerca de su ubicación. Eran las 9 de la noche, pero aún así decidió hacer la entrega. 

"Ésta es la historia de cómo estoy casi seguro (de que) estuve en un mundo paralelo siendo repartidor", abrió su historia. 

Relata que puso la dirección en Google Maps y comenzó el viaje. Él iba manejando mientras navegaba con el GPS, pero su teléfono comenzó a 'parpadear' y la dirección cambió, alargándose por varios kilómetros más, sin que se diera cuenta de ello. 

"De repente, ya no me encontraba en la ciudad, ya estaba en la carretera (...) ¿Quién pidió un cupcake tan lejos y tan tarde? Pero como ya estaba más cerca del lugar de la entrega que de regresar, decidí terminar el viaje", relata. Tras ello, pasó por un arco, el cual es común en Mérida, pues es un lugar en el que hay ex haciendas henequeneras, por lo que no lo tomó por algo extraño. 

Tras ello, le marcó haber llegado al destino pero nada lucía normal. 

"Al bajar, me di cuenta de que la hacienda estaba iluminada con antorchas, la hacienda estaba en muy buenas condiciones, había un establo con caballos y yo pensé que estaba en una boda. Bajé de mi carro e intenté mandarle un mensaje a la persona del pedido... no tuve ninguna respuesta", cuenta asorado. 

Esperó unos minutos, pero comenzó a volver a pensar qué estaba pasando, donde consideró que se podría tratar de una broma o fuera a robarle o secuestrarlo. Ya eran las 11 de la noche, relata. Fue así como decidió regresar. 

De regreso, su mapa le indicó que estaba muy lejos del destino, y que no iba a llegar a tiempo para entregar el pedido. Llegó, le explicó al cliente lo sucedido, y por el tiempo, tuvo que pagar el envío, pero nunca olvidó ese día en su vida. 

Sin embargo, meses más tarde, platicó lo ocurrido a unos carpinteros, a quienes relató que esto había pasado en un lugar llamado Cholul, el cual terminó por descubrir que es un lugar del que se cuenta y presume que está embrujado, además de abandonado desde hace muchos años. 

Desde luego, no se pudo quedar con la duda, por lo que decidió ir con su hermano, pero el camino estaba lleno de plantas... desde entonces, no ha vuelto por la zona y dejó de ser repartidor; pero ahora tendrá algo que aportar en el listado de testimonios de actividad paranormal. 


@marcellogonz Sigo pensando que fue lo que pasó! #miedo #3mintiktok #storytime ♬ Mystery / Mystic Field Song (Loop) - Saki Momiyama Saki_MS

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Así fue como un hombre murió en un hospital cuando era atendido en el piso

Después de que la imagen se viralizara en redes sociales

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El Universal,  Ciudad de México, Mexico, 

El pasado 6 de enero del 2021 se divulgó en redes sociales una imagen en la que se observa a una persona que es atendida en el piso de un hospital, la Secretaría de Salud de la Ciudad de México informó que la fotografía corresponde al interior del Hospital General Enrique Cabrera, y que este hecho ocurrió para realizarle al hombre maniobras de resucitación de manera inmediata, es decir, se trató de una emergencia.

La dependencia detalló que este suceso ocurrió durante esa madrugada, cuando el enfermo ingresó a la unidad médica por sus propios medios y enseguida perdió el conocimiento. No detalla si padecía o no de Covid-19

El paciente sufrió un paro cardiorespiratorio, por lo que, para acelerar su atención, los médicos tomaron la decisión de hacer las maniobras de resucitación de manera inmediata estando en el piso, las cuales fueron insuficientes y lamentablemente falleció.

La Secretaría de Salud capitalina indicó que la familia del fallecido recibió la atención integral necesaria de manos de las instituciones del Gobierno de la Ciudad.

"Los trabajadores y trabajadoras de la salud que están en la primera línea de atención a la Covid, minuto a minuto, hacen todo lo necesario para salvar vidas y su labor es plenamente reconocida", destacó.

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