OMS pide no festejar Navidad y Año Nuevo ante amenaza de Ómicron
La variante ómicron es ahora la cepa de coronavirus dominante en Estados Unidos, mientras la OMS pide más esfuerzos para garantizar el fin de la pandemia el año próximo.
La nueva variante, de rápida propagación, llevó a algunos países a tomar nuevamente duras medidas de restricción. Pero en Estados Unidos, el presidente Joe Biden no planea "confinar el país", dijo su vocera, Jen Psaki.
La semana pasada, ómicron fue responsable del 73.2% de los nuevos casos detectados en Estados Unidos, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades. Biden tiene previsto dar un discurso el martes sobre los planes de su gobierno para enfrentar la nueva ola de la pandemia que enfrenta el país.
Datos preliminares sugieren que ómicron, detectada en decenas de países tras su aparición en Sudáfrica en noviembre, podría ser más infecciosa y tener posiblemente mayor resistencia a las vacunas, pese a las indicaciones de que no es más severa que la variante delta.
El director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, pidió el lunes a los países redoblar esfuerzos para poner fin a la pandemia, y pidió cancelar las celebraciones de Año Nuevo porque es mejor "celebrar tarde que celebrar ahora y lamentarse después".
"2022 debe ser el año en el que acabemos con la pandemia", dijo.
El miedo a la propagación del virus golpeó fuertemente los mercados y el petróleo cayó un 5% mientras las principales bolsas europeas operaban con pérdidas, en sintonía con la tendencia en Asia.
Ante el avance de la variante, Holanda entró en un nuevo confinamiento, París y Londres cancelaron las celebraciones de Año Nuevo, y Alemania prevé endurecer las restricciones sanitarias para esas mismas fechas, según un proyecto consultado por la AFP.
De acuerdo con las autoridades, ómicron podría convertirse en la variante dominante a mediados de enero en la Unión Europea.
Por su parte, el gobierno de Israel prohibió los viajes a varios países europeos por el riesgo de contagio y Estados Unidos podría también ser vetado como destino.
El Foro Económico Mundial, previsto del 17 al 21 de enero en Davos, Suiza, fue "postergado", informaron sus organizadores.
En América Latina, Colombia anunció haber detectado tres primeros casos de ómicron en viajeros provenientes de Estados Unidos y España.
Y el Ministerio de Salud de Argentina informó que se quintuplicaron los casos de Covid-19 en un mes hasta alcanzar el lunes los 5 mil 337 contagios, coincidiendo con la detección de la nueva cepa en el país a principios de diciembre.
Ante los temores que despierta la propagación de ómicron, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) aprobó el lunes la vacuna anticovid del laboratorio estadounidense Novavax, que utiliza una tecnología más clásica respecto de las empleadas por otros fármacos ya autorizados.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo en Bruselas esperar que el fármaco "sea un fuerte incentivo para los no vacunados o los que aún no se vacunaron".
Eso debido a que las vacunas Pfizer/BioNTech y Moderna, que dominan la respuesta global al Covid-19, utilizan una tecnología de ARN mensajero pionera, que hasta ahora no había sido probada a gran escala.
La vacuna de Novavax se convierte así en la quinta "recomendada en la UE para prevenir el Covid-19 entre las personas de más de 18 años", subrayó la EMA en un comunicado. Las otras son de BioNTech/Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Johnson&Johnson.
La Unión Europea ya firmó un contrato para la compra de hasta 200 millones de dosis de la vacuna de dos inyecciones.
Novavax asegura que su inmunizante mostró una eficacia del 90.4% en una vasta prueba en Norteamérica, pero reconoció que aún está "probando" su eficacia contra la variante ómicron.
Todas las vacunas buscan que el sistema inmunológico del cuerpo ataque al coronavirus, pero de formas diferentes.
La llamada tecnología de subunidades de proteínas de Novavax ha sido probada y utilizada durante décadas para combatir enfermedades como la hepatitis B y la tos ferina. También tiene la ventaja de no requerir almacenarse a temperaturas muy bajas, como otras vacunas.
Hasta el domingo, la pandemia dejaba 5.34 millones de muertos en todo el mundo desde que la OMS detectó en China la aparición del Covid-19 a finales de diciembre de 2019, según un balance de la AFP hecho a partir de fuentes oficiales.