Alemania prohíbe los "smartwatches" para niños
El Gobierno alemán prohibió la venta de algunos relojes inteligentes para niños e incluso pidió a los padres que los destruyan, porque se descubrió que se puede activar remotamente el micrófono con el que van provistos.
De acuerdo con el portal "Mashable", la Federal Network Agency, organismo que ha prohibido estos smartwatches, anunció que varios de estos dispositivos, diseñados para edades entre 5 y 12 años, permiten que alguien manipule el micrófono del reloj y así espiar no sólo a los niños, sino para espiar a cualquier persona cercana a ellos.
Asimismo, en Alemania es ilegal grabar conversaciones privadas sin permiso. "De acuerdo con nuestras investigaciones, los padres usaban los relojes, por ejemplo, para escuchar a los maestros durante las clases", dijo el presidente de la Agencia Federal de Redes, Jochen Homann, en un comunicado.
Estos dispositivos están equipados con una tarjeta SIM, por lo que por medio de una app, los padres pueden controlar el reloj y pueden hacer que llame a un número de teléfono arbitrario, sin que el niño lo advierta. Esto permite a los padres escuchar las conversaciones de sus hijos y de su entorno sin que nadie se dé cuenta.
El gobierno indicó que estos gadgets pueden ser susceptibles de ser "hackeados" y así espiar a los niños y hacerse con información personal.
El regulador alemán es tan serio acerca de la destrucción de estos dispositivos, que pidió a sus ciudadanos que literalmente documenten la destrucción de los relojes y que presenten pruebas en línea. Una vez que se destruyan los relojes, el regulador proporcionará un "certificado de destrucción", confirmando que se realizó la escritura.
Esta no es la primera vez que la Agencia Federal de la Red le dice a los ciudadanos alemanes que destruyan un dispositivo de consumo. En febrero, el regulador prohibió la muñeca "My Friend Cayla" y la etiquetó como un "dispositivo de espionaje". Aparentemente, las muñecas fueron equipadas con tecnología de transmisión de radio que podría permitir que los niños sean espiados.