Facebook intenta remontar su peor pesadilla por la filtración de datos
Las múltiples pero tardías explicaciones dadas por Facebook ante la pesadilla generada por la filtración de datos de millones de usuarios no han evitado que la firma cierre la semana con un grave deterioro de su imagen y una fuerte caída de su valor bursátil.
"A veces, y yo diría que ciertamente la semana pasada, hablamos muy despacio", afirmó la jefa de operaciones de la firma, Sheryl Sandberg, al reconocer esta semana una serie de errores que desencadenaron la peor crisis de Facebook desde su creación, en 2004.
Los hechos comenzaron al admitir la firma el 16 de marzo que estaba analizando informes de que la consultora británica Cambridge Analytica contaba con datos de 50 millones de usuarios que habían sido recopilados en 2013, antes de que en 2015 Facebook impusiera nuevas medidas para garantizar su privacidad.
Mientras los valores de Facebook caían en picado, lo que arrastraba a otras importantes firmas tecnológicas de Wall Street, el cofundador y figura más visible de la compañía, Mark Zuckerberg, guardaba silencio ante el escándalo que se estaba desarrollado.
No fue hasta este miércoles que Zuckerberg salió al paso, con un texto de 937 palabras colocado desde su plataforma de Facebook en el que anunció una serie de medidas para evitar problemas parecidos, a la vez que reconoció los errores.
"Tenemos la responsabilidad de proteger tus datos, y si no podemos, entonces no merecemos estar a tu servicio", afirmó Zuckerberg.
El máximo directivo de la firma continuó dando explicaciones en entrevistas a distintos medios, a las que se sumó Sandberg, pero ello no evitó que, al cierre de esta semana, Facebook haya caído un 13,9 % en el valor de sus acciones.
Ese descenso le ha hecho perder a Facebook unos 68.000 millones de dólares de valor de mercado, una suma equivalente al valor bursátil que tenía la compañía en 2012, cuando debutó en bolsa.
Las implicaciones económicas van más allá, porque, según informa hoy The Wall Street Journal (WSJ) citando fuentes del sector, muchas agencias publicitarias se están replanteando su relación con Facebook, una de sus principales plataformas.
Solo en Estados Unidos, Facebook es el escaparate del 20 % de la publicidad que se coloca en plataformas digitales, lo que representa un mercado de 463.000 millones de dólares. Solo es superado por Google, que acapara el 37 % de esa publicidad.
El sector teme que, a raíz de esta polémica, las autoridades fijen mayores regulaciones en un sector que va avanzando más rápido que las leyes, lo que podría limitar la capacidad de los anunciantes para dirigirse a determinadas audiencias.
"Si los anunciantes de repente son incapaces de dirigirse a determinados segmentos debido a las regulaciones (...), ello podría representar desafíos porque los anunciantes verán otras opciones" distintas a Facebook, sostiene el directivo de la firma Reprise James Douiglas.
Consciente de ello, Facebook ha intensificado en los últimos días sus gestiones con los anunciantes para calmar las aguas y ofrecer garantías de que los propios datos que las firmas publicitarias colocan en Facebook para dirigirse a su audiencia se mantienen en reserva.
Pero el daño no es solo económico, sino también de imagen hacia una marca que viene dominando ese segmento de las redes sociales desde hace más de una década, aunque las tendencias actuales, según los expertos, indican que está perdiendo audiencia entre los adolescentes, lo que ensombrece el futuro crecimiento de la compañía.
Según se conocían los problemas de Facebook comenzó a surgir una tendencia en las redes sociales para que los usuarios se borren de esa plataforma, con la etiqueta #deletefacebook, a la que se han sumado figuras como el cofundador de la aplicación de mensajería Wahatsapp Brian Acton y el máximo directivo de la firma Tesla, Elon Musk, que retiró sus marcas de esa plataforma.
Además, miembros del Congreso estadounidense hicieron llegar este viernes una carta a Zuckerberg en la que le anticipan la posibilidad de que declare ante los legisladores "en un próximo futuro".
Y es que, como anota el WSJ en el editorial de su edición de fin de semana, "Facebook no ha madurado tan rápido como ha crecido, y sus recientes problemas demuestran que necesita ejercer mayor control sobre los contenidos y su publicidad".
"Si no, lo tendrán que hacer los políticos", sostiene el diario.