Descubren zonas donde el Megalodón pudo haber tenido a sus crías
Un nuevo estudio reveló que la extinción del tiburón megalodón se debió a su incapacidad de adaptarse a distintos hábitats, pues dependía de zonas de cría específicas que desaparecieron debido a cambios climáticos hace más de cinco millones años.
Investigadores del Instituto Cavanilles de la Universidad de Valencia estudiaron los restos dentales del megalodonte extraídos de una bahía de aguas cálidas. Estos dientes fósiles se encuentran protegidos en una colección depositada en el Museo de la Guardia del Tiburón en Valencia, España.
Los resultados, publicados en la revista “Biology Letters”, apuntaron a que el megalodón se estableció en un ambiente protegido y abastecido de alimentos para la crianza y desarrollo de los tiburones más jóvenes del grupo.
Las aguas en las que habitaba este pez, considerado uno de los depredadores vertebrados más poderosos de la historia, se caracterizaban por su poca profundidad. Esta misma zona estuvo poblada por otros tiburones como el “Hemipristis serra” o “Carcharodon hastalis”.
Los autores del trabajo consideraron que estas especies habrían sido parte de la dieta del megalodonte. En consumo de estos mamíferos marinos también podría explicar algunas de la complejas estrategias reproductivas y explicar su éxito evolutivo.
Sin embargo, la existencia de este pez, considerado como uno de los más grandes por su altura oscilante entre los 15 y 18 metros, fue relativamente corta.
Eso sucedió debido a la desaparición de muchas zonas costeras de baja profundidad, que habrían podido ser áreas de crianza, durante el Plioceno, cuando la disminución del nivel del mar eliminó muchos de estos ambiente.
El hallazgo de esa nueva zona destinada para la cría fue comparada con otros drenajes naturales similares. Entre ellos, los ubicados en las cuencas Pacífica, Atlántica y del Caribe.
De acuerdo a los estudiosos españoles, las dos únicas zonas de cría reconocidas se encuentran en Panamá y Tarragona, una ciudad del noreste de España. Sin embargo, estimaron que se han ubicado cuatro zonas de cría potenciales en América del Norte y Sur.
Este hallazgo significa una nueva fuente de información geográfica para los especialistas, pues a través de estos datos podrán desentrañar el enigma alrededor de las estrategias reproductivas a las que recurrió el megalodón durante su historia evolutiva. Por ende, las posibilidades de conocer las causas de su extinción se ampliarán.