¿Comerías caldo de rata de campo?
Tan sólo mencionar su nombre puede escucharse como una comida repugnante, pero desde hace siglos en Zacatecas y en la zona rural del altiplano mexicano, la rata de campo ha sido considerada como un alimento muy saludable y, por su alto valor nutrimental, se le conoce como "levantamuertos", porque cura al enfermo, engorda al anémico y hasta quita "la cruda".
Antonio Estrada Rodríguez, de 62 años de edad, quien desde los 10 años se convirtió en cazador de ratas, conejos, víboras y zorrillos, asegura que en cuanto al sabor la rata silvestre "es de las carnes más sabrosas que ha comido en su vida".
En los pueblos, pero sobre todo en las ciudades, aún hay mucha gente que se espanta y se horroriza al saber que se puede consumir el caldo de rata y otros platillos que se hacen con esta carne blanca, porque de inmediato se asimila con las ratas de las cañerías.
Sin embargo, don Antonio, mejor conocido como "El Güero" Estrada, hace una diferencia contundente: "La rata de campo da salud y la de las alcantarillas enferman".
Las características físicas entre una y otra son visibles, explica, pues la de campo tiene un pelaje suave similar al del conejo con tonos grises claros y pecho blanco, mientras que las del caño son "pelonas" y negras. Las primeras viven en madrigueras cerca de nopales o magueyes y se alimentan de plantas y semillas; las segundas comen desechos.
Actualmente, en algunas cantinas urbanas del municipio de Fresnillo se le ha querido dar una promoción al consumo de caldo de rata como un platillo exótico o botana que se oferta meramente los fines de semana para "la cruda", situación que ha generado mayor demanda para los cazadores.
Esto ha preocupado a los pobladores rurales, así como historiadores y biólogos de la región, porque los efectos del cambio climático, sequías y urbanismo han provocado una disminución de estos ejemplares.
Los cazadores ahora tienen que caminar más kilómetros para encontrar las madrigueras, incluso, en el pequeño municipio de Trancoso, ubicado a 15 kilómetros de la capital, dicha actividad casi ha desaparecido para varias familias y tienen que trasladarse a otros lugares semidesérticos alejados para atraparlas.
Los especialistas alertan que si sólo se promueve su consumo meramente con fines comerciales y no se hace nada para la protección de la rata cambalachera mexicana (nombre que se le asigna en el catálogo de Mamíferos de América del Norte), a corto plazo esta especie puede caer en peligro de extinción.