Trabajo infantil trunca su futuro

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El Universal,  Ciudad de México, Mexico, 

Desde las cinco de la mañana David llega a la Central de Abastos para ayudar en el puesto donde trabaja: acomoda la fruta, carga cajas, oferta la mercancía, jala bultos con un diablito. Su jornada termina a las dos de la tarde, para ingresar al turno vespertino en la escuela donde cursa el tercer año de secundaria.

El joven de 15 años cuenta que falta mucho a clases, porque "se le hace tarde" o "le da flojera". David dice que "no es muy bueno para estudiar", se le dificultan las matemáticas y no ha pensado en estudiar una licenciatura o si desea ir a la preparatoria.

"No he pensado en seguir estudiando, no sé, no me llama la atención, mejor sigo aquí trabajando, desde los ocho años ayudo aquí en el local, es de mi tío, vendemos papaya, naranjas y la fruta que nos llegue".

David —el mayor de tres hermanos— es uno de los 3.2 millones de menores de edad que laboran en el país. A la semana gana 500 pesos, los cuales utiliza para comprarse ropa o para ayudar en los gastos de su casa.

Entre 2015 y 2017 la tasa de trabajo infantil disminuyó, al pasar de 12.4% a 11%. De los 3.2 millones de niños que trabajan, 6.4% realizó alguna actividad no permitida, 4% sólo se dedicó a realizar quehaceres domésticos en condiciones no adecuadas y 0.7% combinó ambas formas de trabajo. Del total de los menores de edad que trabajan, 62.7% son hombres y 37.3% mujeres, según cifras del Módulo de Trabajo Infantil realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

El estado que registra la mayor tasa en ese rubro es Nayarit, con 19.7%, en tanto que Querétaro reporta la más baja, con 5.3%. En ese mismo estado la tasa es más alta en las áreas menos urbanizadas, localidades menores de 100 mil habitantes, con 13.6%, a diferencia de las áreas más urbanizadas, aquellas de 100 mil y más habitantes, donde el fenómeno referido alcanza 7.6% de la población de cinco a 17 años.

En el marco del Día Mundial Contra el Trabajo Infantil, especialistas advierten que ese problema contribuye a la reproducción del círculo intergeneracional de la pobreza, porque los menores de edad que desempeñan una actividad económica "cortan" sus oportunidades de desarrollo al abandonar los estudios por contribuir con el ingreso familiar.

Mientras revisa su celular, David comenta que prefiere trabajar que ir a la escuela, por lo que no cree ingresar al bachillerato y mucho menos a una licenciatura. "No me gusta estudiar, se me dificulta, prefiero trabajar y sacar dinero para comprarme mis cosas, no es pesado, a veces cargo cajas, pero casi siempre estoy vendiendo", insiste.

Juan Martín Pérez García, director Ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), asegura que en el país persiste "una condición de pobreza y desigualdad hace que la existencia de niños que realizan actividades económicas sea significativamente importante".

Datos del Coneval y UNICEF señalan que 52% de la población menor de 18 años vive en condición de pobreza, es decir, casi 22 millones de niños y adolescentes, 4.7 millones de los cuales se encuentran en pobreza extrema, lo que significa que al menos una vez al día tienen dificultad para comer.

Las cifras señalan que de los niños y adolescentes entre cinco y 17 años que realizan actividades económicas, la mitad no recibe ninguna remuneración por su trabajo y ocho de cada 10 labora en pequeñas comunidades.

El director de la Redim aclara que "no todo trabajo es explotación", sino que hay varios criterios que deben cumplirse, como es que los niños no asistan a la escuela, no tengan tiempo libre para jugar, estén haciendo actividades que pongan en riesgo su vida, horarios que no son normales, estén expuestos a químicos o a maquinaria que podría afectar su vida, están ocultos y que no sean protegidos por el Estado o sus comunidades.

Pérez García comenta que tras aumentar en 2015 la edad permitida para laborar a 15 años y con la creación de una Comisión Interestatal para la Erradicación del Trabajo Infantil, lo que se ha logrado es perseguir y criminalizar a los niños y a sus familias, porque no se responde "a los tratados internacionales que México ha firmado, particularmente la Convención sobre los Derechos del Niño, que establece que cuando las familias tienen dificultades es obligación del Estado apoyarlas".

El reto para el próximo gobierno es "reconocer la profunda desigualdad que significa ser niño en el país y que necesitamos acciones contundentes para mejorar los ingresos y fortalecer con programas públicos a las familias pobres".

A partir de datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el experto indica que el trabajo infantil perpetúa el círculo vicioso de la pobreza, puesto que impide que los niños adquieran las calificaciones y la educación necesarias para asegurarse un futuro mejor. "Las consecuencias de ese nocivo fenómeno van mucho más allá de la niñez: recaen también sobre la economía de un país, porque éste pierde competitividad, productividad e ingresos potenciales".

La escuela no me gusta

"Trabajo desde los cuatro años, llego desde las 10 de la mañana y me voy cuando acabo de vender mis dulces", narra Daniel entre el bullicio de la calle Madero, en el Centro Histórico.

Con una bolsa de paletas de sandía, Daniel cuenta que vive en la colonia La Presa, en los límites de la delegación Gustavo A. Madero con el Estado de México. Para llegar al primer cuadro de la Ciudad, su lugar de trabajo, debe tomar un camión que lo lleve a la estación del Metro Indios Verdes para después llegar a Hidalgo y ahí bajarse.

Su zona de trabajo son las calles de Madero, 16 de Septiembre y 5 de Mayo, aunque cuando hay pocas ventas camina a la Alameda. Desde los cuatro años comenzó a trabajar vendiendo dulces en las calles: paletas de sandía a tres por 10 pesos.

Renuente a mostrar su rostro, se cubre con la bolsa de las paletas que oferta a los transeúntes y clientes de restaurantes. Daniel es el menor de cinco hermanos, trabaja con su mamá, quien también es comerciante. Hace dos meses que dejó de ir a la escuela porque le "hacían bullying", cursaba el quinto grado de primaria.

"No me gustaba la escuela, los niños me hacían 'bullying' porque vendo dulces en la calle, me decían de cosas, una vez le pegué a un niño que me molestaba, por eso ya no quise ir, es más fácil trabajar, así cuando sea grande si no me quieren dar trabajo puedo vender cosas", comenta.

En promedio gana entre 100 y 200 pesos, los cuales emplea principalmente para comer; no cree regresar a la escuela y mucho menos continuar sus estudios e ir a la secundaria. "Desde chiquito empecé a trabajar, a los cuatro años me salía con mi mamá a vender cosas, no me acostumbro a ir a la escuela, aquí llego, vendo mis dulces y me voy".

Para Daniel su trabajo no es pesado, aunque reconoció que a veces es difícil que la gente le compre dulces. "Me ven feo o no me hacen caso cuando me acerco, se supone que a las seis de la tarde me tengo que ir, pero ya son más de las seis y todavía me queda la mitad de la bolsa".

Norma del Río Lugo, responsable del programa de Investigación sobre Infancia de la Universidad Autónoma Metropolitana, asegura que "la pobreza es sólo un signo del trabajo infantil", pero las causas incluyen situaciones más complejas, las cuales están relacionadas con el hecho de que se sacrifican los salarios para preservar la mano de obra barata y eso no se presenta sólo en el campo, que es en donde hay mayor porcentaje de niños laborando en condiciones peligrosas.

Destaca que ante la incertidumbre económica que viven los padres de familia, los menores de edad tienen que laborar para apoyarlos, pero las condiciones a las que se enfrentan son complejas, porque "hay un gran número de niños que trabajan más de 28 horas a la semana, que no es una situación de ayuda doméstica, sino verdaderamente están haciendo un trabajo de reproducción social que nadie les paga y que evidentemente no está regulado y está invalidado".

Para la especialista, el panorama es muy preocupante y explica que debe verse como una situación integral que no se arregla con haber elevado en 2015 la edad mínima laboral a 15 años, por lo que el siguiente gobierno debe "reforzar y fortalecer el Sistema de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes y otras instituciones que están ahora muy endebles por falta de presupuesto, de capacitación y por una desarticulación en los niveles de gobierno".

Respecto a los candidatos, comenta que casi ninguno de ellos considera el trabajo infantil como parte de su programa de labores, sólo Andrés Manuel López Obrador, pero únicamente en el caso de los jornaleros.

Víctor Inzúa Canales, académico de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS), explica que aunque México ha suscrito compromisos internacionales para combatir el trabajo infantil, "no los sigue", puesto que no hay una política pública que atienda las causas por las que los menores de edad salen a trabajar; destaca que no hay un programa enfocado a fortalecer a la familia para que los padres garanticen el acceso a la educación de los niños.

"La problemática familiar es rebasada por las necesidades económicas, tienen que trabajar y apoyar, el trabajo infantil se asume como un apoyo económico de la casa. Necesitamos atender a la familia, cuando un niño sale a la calle a trabajar es el último escalón, puesto que ante un desajuste en la economía el menor de edad debe apoyar para aportar al gasto familiar", enfatizó.

Destaca que las implicaciones de que un niño o niña trabaje es que se le "corta" su desarrollo, porque se atenta contra sus derechos, así como su integridad física y emocional, con lo que se reproduce la pobreza, porque no concluye su educación, y por lo tanto no accede a un mejor empleo.

La OIT ha destacado la importancia de abordar las causas profundas del fenómeno en cuestión, como el empleo familiar no remunerado en la agricultura. Señala que es necesario prestar atención no sólo a las cadenas mundiales de suministro, sino también a los mercados locales y al trabajo doméstico.





ONU teme que COVID acabe con 20 años de progresos contra el trabajo infantil

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EFE,  Ciudad de México, Mexico, 

La pandemia de COVID-19 y el aumento de la pobreza que ha provocado pueden abocar a "millones de niños" a trabajar y aumentar la cifra de menores explotados en el mundo, después de veinte años de reducción de este indicador, advierte hoy un informe de Naciones Unidas.

El estudio del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) recuerda que desde el año 2000 el número de niños explotados ha descendido en 94 millones (de 245 a 151 millones), pero alerta de que la crisis económica derivada del coronavirus podría revertir estos progresos.

"En tiempos de crisis, el trabajo infantil se convierte en un mecanismo de supervivencia para muchas familias", explicó la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore, quien subrayó que, "a medida que la pobreza aumenta, las escuelas cierran y los servicios sociales disminuyen, más niños se ven empujados a trabajar".

El informe no predice una cifra exacta de cuántos niños podrían verse forzados a trabajar en la actual crisis, aunque la OIT y UNICEF citan estudios sociológicos según los cuales un aumento de un punto porcentual del nivel de pobreza suele conllevar una subida de 0,7 puntos en la tasa de trabajo infantil.

Además, los menores que ya trabajan "podrían tener que hacerlo durante más horas o en peores condiciones", indican las dos agencias de Naciones Unidas, que recuerdan que más de 1.600 millones de niños se han visto afectados por el cierre de escuelas durante la pandemia.

Cuando las aulas reabran "es posible que algunos padres ya no puedan permitirse enviar a sus hijos a la escuela", consideran ambas organizaciones.

También temen una agudización de la desigualdad de género derivada de todo este fenómeno, ya que las niñas son especialmente vulnerables a ser explotadas en sectores informales como la agricultura o el servicio doméstico.

El informe propone varias medidas para mitigar el riesgo de mayor explotación infantil, que incluyen una ampliación de la protección social, la concesión de créditos a hogares en situación de pobreza, la promoción de trabajo digno para los adultos o iniciativas para facilitar el retorno de los niños a las clases.

"Tener en cuenta los problemas asociados al trabajo infantil en el marco de políticas de mayor alcance sobre educación, protección social, justicia, mercados de trabajo y derechos humanos y laborales a escala internacional supone una diferencia fundamental", subrayó el director general de la OIT, Guy Ryder.

Los grupos vulnerables, en particular aquellos que trabajan en el sector informal y los migrantes, podrían ser las principales víctimas de un eventual aumento de la explotación infantil, de acuerdo con Naciones Unidas.

En este sentido, Latinoamérica podría ser una de las regiones más afectadas, dados los importantes flujos migratorios en Centroamérica o desde Venezuela a otros países de la región y teniendo también en cuenta que el sector informal sostiene el 53 % de la economía en esas naciones. 



Mantiene Gobierno del Estado acciones preventivas contra el trabajo infantil

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Cadena Noticias,  Mexico, Baja California, Tijuana, 

El pasado 12 de junio se conmemoró el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, motivo por el cual, durante este mes el Gobierno del Estado a través de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), ha fortalecido protocolos de información y supervisión para evitar que menores de 15 años sean explotados laboralmente.

Al respecto, el titular de la STPS, Francisco Iribe Paniagua, explicó que Baja California es la tercera entidad del país con menor tasa de ocupación infantil permitida, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), además la tendencia va a la baja toda vez que se registra una disminución en la entidad del 20% en permisos de trabajo para menores.

Entre los ejes estratégicos laborales implementados en la entidad, uno fundamental es precisamente la prevención, erradicación y sanción del trabajo infantil, por ello se trabaja de manera cercana con empresas, trabajadores agrícolas, comerciantes, entre otros sectores productivos para supervisar que no se presenten violaciones a la Ley Federal del Trabajo.

El funcionario estatal agregó que la participación ciudadana en la prevención de este problema social es fundamental y por ello recordó que la denuncia anónima al 089 es una herramienta prioritaria que ha permitido detectar casos de este tipo, aunque afirmó que en Baja California son poco frecuentes.

Añadió que una de las líneas de acción será fortalecer y estructurar acuerdos con organismos de la sociedad civil y autoridades de los diversos órdenes de Gobierno para prevenir y sancionar el trabajo infantil, lo anterior con la intención de crear un frente común entre autoridades y ciudadanos.




Casi 800.000 menores de edad trabajaban en Colombia en 2017

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EFE,  Ciudad de México, Mexico, 

Un total de 796.000 menores de edad trabajaban en Colombia en 2017, de los cuales el 30 % no asistió a ninguna institución educativa, colegio o universidad, informaron hoy fuentes oficiales.

"Debemos continuar aunando esfuerzos (...) para evitar que un solo niño trabaje en Colombia, pero lo importante es que la cifra sigue descendiendo de manera clave", dijo la ministra de Trabajo, Griselda Restrepo, citada en un comunicado de su despacho.

Por ello, se mostró satisfecha de que, durante 2017, 73.000 niños hayan dejado de trabajar frente a los 869.000 que lo hacían en 2016.

Según los datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), citados en el comunicado, la tasa de trabajo infantil que tiene hoy Colombia es la más baja en los últimos seis años.

En este caso fue "0,5 puntos porcentuales menor a la registrada en 2016, cuando se ubicaba en 7,8 %", agregó la información.

Estos resultados, según Restrepo, se dieron gracias a las campañas de sensibilización lideradas por su cartera y al trabajo conjunto entre el Gobierno, la Policía de infancia y adolescencia, los empresarios y la ciudadanía.

La ministra indicó además que su despacho está trabajando en la formulación de una política pública para el periodo 2017-2027 que se centrará en la reducción del trabajo infantil en el sector de la agricultura, donde se han identificado mayor cantidad de niños trabajando.



Con apenas 5 años, trabaja 12 horas al día para ayudar a su mamá

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La pobreza es una situación muy complicada en México. Prácticamente les arranca la inocencia a cientos de niños que se ven obligados a trabajar, muchos por órdenes de terribles padres, otros por ser un increíble ejemplo para los demás.

Ese es el caso de José, un niño de 5 años de Chiquihuitlán de Benito Juárez, Oaxaca, quien trabaja 12 horas al día como bolero para ayudar a sus hermanitos y a su mamá.

José es el mayor de 3 hermanos y su mamá sufre de artritis reumatoide, por lo que no puede trabajar. Después de que su padre los abandonara, José se tuvo que convertir en el proveedor de la familia. Ya es conocido entre las personas del pueblo que pasean por la plaza principal y le piden una boleada, para ayudarlo.

 

 



El trabajo infantil en el día del niño

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De acuerdo al último estudio, “Estadísticas a propósito del día del niño (30 de abril)”, en 2016, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en México, la designación del 30 de abril como “Día del Niño” data desde el año 1959, cuando se llevó a cabo la ratificación de la primera medida jurídica acerca de los Derechos del Niño, en la Declaración Universal de Derechos Humanos y en organizaciones internacionales interesadas en su bienestar.

 

En México residen más de 39 millones de niñas, niños y adolescentes de 0 a 17 años, lo que representa más del 30 por ciento de la población en el país y su inscripción de nacimiento en el registro civil, es un elemento del derecho a su identidad jurídica que les otorga identidad, nombre y una nacionalidad.

 

En la declaración del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), este registro les otorga su incorporación como sujetos de derechos humanos dentro del Estado, reconocidos a nivel internacional.

 

La Declaración de los Derechos del Niño, especifica que la humanidad debe a la niñez “lo mejor que puede darle”, a fin de que tenga una infancia feliz, para lo que es necesario que los gobiernos de cada país garanticen su bienestar.

 

Cinco de cada 10 niños que trabajan (45.9%), no reciben ingresos y más del 29% labora 35 y más horas a la semana.

 

No solo los temas de salud, educación y no discriminación son importantes, en la información a la que tuvo acceso My Press, además, la garantía de protección y la disposición a oportunidades y servicios a través de los que pueda desarrollarse física, mental, moral, espiritual y socialmente de manera saludable en condiciones de libertad y dignidad.

 

UNICEF señala que el trabajo infantil, constituye una violación a estos derechos porque impide su sano crecimiento y trunca su desarrollo escolar. En datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en 2012 a nivel mundial, 168 millones de niños de 5 a 17 años trabajaban.

 

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