Cómo prepararse para el posible fallecimiento de un ser querido
Las personas deben prepararse para evitar fallecer por Covid-19, así como para despedirse de aquellos que no podrán responder al tratamiento médico, afirma el tanatólogo Ferdinand Recio Solano, con 55 años de trayectoria en la Secretaría de Salud (Ssa), IMSS, ISSSTE y en los servicios médicos de la Ciudad de México.
Miembro de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística y destacado en Duelo Colectivo, Recio Solano señala que en las condiciones de contagio del coronavirus la oportunidad de despedirse de un ser querido debe recibirla uno y hasta tres familiares.
Especialista en tratamientos de duelo, explica que los servicios tanatológicos "tienen que preparar a la gente a superar la pérdida, a que no tengan sentimiento de culpa y reciban con su familia cuidados paliativos y atención sicológica".
Sugiere a la población aislada que entable una mejor comunicación con sus seres queridos y que tenga presente que en esta pandemia familiares que no viven con ellos en casa y pueden estar expuestos a perder la vida. Recomienda que el tiempo en casa sea utilizado en reflexión, lo que no es posible en el frenesí de la vida ordinaria.
Señaló que pacientes graves, quienes eventualmente dejan de responder al tratamiento curativo, pueden aceptar que se brinden cuidados exclusivamente paliativos para el control del dolor. Quienes pierden a un ser querido pueden sentir culpa de creer que descuidaron a su familiar, de no haberlo llevado a tiempo a la unidad hospitalaria, y es mediante cuidados paliativos especializados que se ayuda al paciente y a su familia, indica.
Aceptación de la pérdida. Solano explica que "cualquier clase de pérdida, sea de la salud, un ser querido, fortuna o amor constituye un duelo y, si no es atendido de forma adecuada, tiene efecto disparador hacia diferentes cuadros depresivos. La mejor manera de superar esos duelos es tener actividades dentro del hogar: leer, ver videos, dialogar, recordar anécdotas. Puede dar felicidad darse cuenta de que se tiene la oportunidad de convivir e intercambiar ideas".
Un duelo sin atención profesional o espiritual se vuelve un mal crónico, un problema mental. Se identifica cuando, por ejemplo, después de dos años, se quiere seguir arraigado a la persona que murió, detalla. Recomienda acercarse "la filosofía religiosa, a un tanatólogo o sicólogo que oriente para superar la falta del ser querido".
Como efecto de la pandemia, los servicios funerarios son diferentes, pues se tienen que evitar los grupos en los velatorios. Unos pocos deudos podrán asistir, y el resto dar la despedida en su fuero interno y de manera espiritual, dice.