Los tabúes que afloran en cuarentena
Son muchos los sentimientos que el COVID-19 y la cuarentena ha hecho que afloren. Miedo, incertidumbre, tristeza, ansiedad y un largo etcétera. Todo esto influye en el estado de ánimo y por lo tanto en la motivación a la hora de relacionarse. Al principio parece una situación ideal esto del distanciamiento social y confinamiento, pasar más tiempo en casa, poder descansar, cuidarse y ver todas las películas y series que se deseen. Pero nada más lejos de la realidad. Esta situación se está sosteniendo demasiado en el tiempo y ya se empiezan a notar los efectos.
Lo que antes eran pequeños detalles ahora se convierten en montañas. Un esfuerzo extra para cualquier cosa mientras se fantasea con la normalidad previa y lo que se hará cuando termine. Un tiempo en el que cada uno se ve obligado a convivir más consigo mismo y con las personas más cercanas, conociendo y descubriendo, en la mayoría de ocasiones otra cara.
Parejas, familias, amistades...se están viendo forzadas a pasar una especie de “prueba”. ¿Cuál es la mejor manera de mantenerlas y fortalecerlas ahora que las emociones están a flor de piel? ¿Cuánto contacto tiene que haber? ¿Cómo demostrarles amor y cariño sin poder verlos?
Muchas son las preguntas y pocas las respuestas. Y es que en ocasiones, ese es el peor enemigo de uno mismo y que se interpone entre cualquiera, pensar demasiado. En el oficio más antiguo del mundo, las escorts en Tijuana, lo saben muy bien. Esto es debido a que una de las cosas que más valoran los clientes en los foros, no es tanto físico, sino su capacidad de hablar de cualquier cosa. Un encuentro erótico y una buena charla sin tabúes para desahogarse y poder contarle cualquier cosa.
Pero, ¿cuáles son los temas que más cuesta hablar ahora durante un confinamiento?
Un claro ejemplo son las emociones. En muchos casos, ni uno mismo sabe identificar claramente qué siente, por lo que tampoco se puede expresar. Puede que sea enfado porque no se ha recibido el mensaje que se esperaba, tristeza porque se desearía estar con esa persona especial, ansiedad por no poder salir de casa, culpabilidad por no aprovechar tanto como se podría la cuarentena y ser más productivo, etcétera. Los sentimientos pueden ser muy variados e intensos.
Por otro lado, también es un tiempo en el que se piensa mucho en lo que se hace. En el trabajo que se tiene, lo que se estudia, los amigos que se tiene, la familia e incluso la escort en Mexicali que se desea . En resumen, en la vida que se lleva y si es realmente la que se quiere, si se están cumpliendo todas las metas y si se es feliz. Grandes preguntas cuya respuestas, en ocasiones, no se pueden gestionar.
Además todo esto varía según con quién se conviva durante este periodo. Por ejemplo, querer comprarse un juguete sexual y que lo traigan a casa pero se vive con la familia y no se desea que lo sepan. Otro caso puede ser, vivir solo y echar de menos a la pareja, sobre todo las relaciones físicas. O si se convive con ella pero el deseo y la atracción ya no son lo mismos.
¿Cómo solucionarlo?
El miedo a lo que puedan pensar e incluso sentir respecto a uno mismo suele ser un obstáculo. Plantearse qué es mejor, si guardar todo lo que se piensa para uno mismo o hablarlo con la persona correspondiente, esa es la cuestión.
Aunque en estos casos, influye mucho la educación recibida y la sociedad y cultura donde se viva. Alejarse de lo establecido como normal o lo que debería ser puede resultar desconcertante. En las acciones del dia a dia pero sobre todo en todo lo que tiene que ver con la sexualidad. Principalmente, porque ya supone un tema tabú de forma natural y sobre la que la mayoría tiene poca información.
Plantearse las fantasías sexuales propias y de la pareja, contactar con alguna escort de Valencia para pasar un rato divertido o reflexionar sobre el deseo y las ganas de sexo que se tienen son solo algunas de las preocupaciones que surgen.
Es por ello que lo que se recomienda es no pensarlo excesivamente y sobre todo evitar sentirse culpable de algún sentimiento o deseo. Es algo completamente natural y como tal se debe tratar con la persona correspondiente. De forma previa se puede pedir consejo a alguna amistad o incluso a otra persona más profesional y experta en estos casos.
Así que, tan solo hay que encontrar un hueco, preparar el ambiente necesario y hablarlo. Quitarse ese peso de encima, soltarlo y dejarse llevar. Quién sabe, quizá la otra persona piensa igual o al saberlo, lo comprende y ayuda a solucionarlo. Incluso puede alegrarse y recompensar la confianza y sinceridad con un final feliz y satisfactorio para todas las partes.
Fdo.: Deborah Salas