De súper modelo de Hollywood a comer basura y vivir en las calles
La historia de Loni Willison se ha hecho viral en las redes sociales luego de que la modelo reconocida en Hollywood pasara a ser una de las mujeres más cotizadas de las pasarelas a vivir en la calle y comer basura.
De acuerdo con 'CelebMagazine’, Willison, de 37 años, fue fotografiada deambulando por un sector de Santa Mónica, Estados Unidos mientras recolectaba basura.
Fue en octubre del 2020, donde se le vio a la exmodelo en la ciudad de Venice, en California deambulando por la vía pública. Loni, muestró una apriencia, evidentemente, descuidada y no tiene dientes.
''No tengo teléfono celular. Tengo comida y un lugar para dormir. Recibo dinero aquí y allá, hay comida en los contenedores y cerca de las tiendas. Hay mucho aquí'', comentó Loni Willison a un periodista que se acercó a preguntar sobre cómo estaba.
Willison tuvo su momento de éxito personal y profesional en los medios de Hollywood hace un tiempo, cuando protagonizó varias producciones como modelo y fue esposa del galán de la serie Baywatch, Jeremy Jackson. Hoy en día vive lejos de ese glamour, pues su vida es todo lo opuesto, sin embargo trasciende que no se deja ayudar.
DE MODELO A INDIGENTE
De acuerdo a otros medios, la 'derrota' llegó a la vida de la modelo tras el consumo de drogas; primero marihuana y luego las más pesadas.
La reconocida modelo entró en ese 'oscuro mundo' en el 2015, y coincidió con el final de la relación de pareja que tuvo con Jackson, que fue entre 2012 y 2014. El divorcio fue un escándalo en los medios, y ella acusó al actor de haber intentado estrangularla. Hacia 2016, Loni fue desalojada del departamento en el que vivía, con su vida sumergida en la adicción las drogas y además al alcohol, así como algunos problemas de salud mental.
Aunque fue ella misma quien confesó a "The Sun" la terrible situación en la que vive, también afirmó que no deseaba ser ayudada. Poco después se le perdió la pista, hasta inicios de pandemia que se hizo viral su caso.
Amigos y allegados de Loni ya habían intentado internarla en una clínica de rehabilitación en 2018, pero la resistencia fue total. Hoy, su discurso es más crudo: “Nadie se preocupa realmente por mi”, afirma.