El misterioso pueblo que se quedaba dormido de repente, sin importar la hora
Imagine que usted está caminando, o incluso montando bicicleta, y que de un momento a otro cae en un profundo sueño del que despierta semanas después. Lo curioso es que no le pasa solo a usted, sino a todos los habitantes de su ciudad. Aunque esta idea parezca fantasía, no está muy lejos de la realidad, pues es el caso de Kalachi, una aldea en Kazajistán.
Parece un cuento o una novela de ciencia ficción, pero no lo es. Por años, las personas que habitaban esta aldea sufrían de este extraño fenómeno, que era similar a la narcolepsia, un trastorno neurológico que causa ataques de sueño repentinos, pero que parecía ser contagiosa, pues afectó a todo el pueblo.
Por muchos años no encontraron una explicación. Algunos pensaban que estaban embrujados, otros culparon al vodka, pero este fenómeno empezó a afectar a todos: niños, adultos mayores y jóvenes, por lo que se volvía cada vez más extraño e incontrolable.
¿Qué sucedió?
Medios locales, como ‘Eurasianet’ y ‘Komsomolskaya Pravda’, reportaron los primeros casos en abril de 2010. El primer testimonio fue de Lyubov Belkova, una habitante de la aldea.
Ella afirmó que se encontraba trabajando en un supermercado, cuando de repente la invadió un absurdo agotamiento que le hizo perder el conocimiento en el instante.
Cuatro días después, la mujer despertó en el hospital desorientada, pues no recordaba nada de lo que le había sucedido. En un principio, los médicos pensaron que había sufrido un derrame cerebral, pero los exámenes no coincidían y tampoco daban un diagnóstico certero.
Las cosas empezaron a tornarse extrañas cuando, a los pocos días, a cinco personas más en el pueblo les había ocurrido lo mismo, incluyendo a un niño. Los médicos estaban cada vez más confundidos.
Otro aldeano contó su versión en ‘Euresianet’: “Iba conduciendo mi motocicleta el 28 de agosto y de repente me quedé dormido”. No fue hasta el 2 de septiembre que el sujeto despertó del coma. Sus exámenes médicos no dieron indicios de ninguna enfermedad.
Posteriormente, los síntomas fueron cambiando. Rudolf Boyarinos y Misha Plyukhin, dos niños que vivían en la aldea, relataron sus casos en ‘Komsomolskaya Pravda’, manifestando haber tenido alucinaciones.
Los pequeños aseguraron haber visto caballos atados al lado de sus camas. Además, también sentían cómo serpientes y gusanos se comían sus manos y se movían debajo de sus sábanas.
Entre el año 2013 y el 2015, más de 160 de los 810 habitantes de Kalachi habían sido afectados por este fenómeno. Varios expertos acudieron al lugar para averiguar las causas, pero nadie lograba encontrar una respuesta.
Falta de oxígeno y exceso de monóxido, la combinación fatal
El entonces viceprimer ministro de Kazajistán, Berdybeck Saparbayev, intervino en el caso y dio una rueda de prensa explicando qué había causado esta curiosa enfermedad.
“Después de haber efectuado un examen médico a todos los habitantes, hemos recibido la confirmación de los laboratorios (…). La causa principal es el monóxido de carbono”, afirmó el mandatario.
“Cuando el monóxido de carbono (CO) y los niveles de hidrocarburos (CH) aumentan, el oxígeno baja y produce estos desmayos”, añadió.
La respuesta estaba en Krasnogorsk, un pueblo fantasma que limita con Kalachi y había sido abandonado después de la caída de la Unión Soviética. Allí se encuentran unas minas de uranio que liberan monóxido de carbono en el aire.
Por mucho tiempo, los científicos no lograron encontrar una explicación, pues las minas estaban inactivas. Además, los niveles de hidrocarburos y monóxido de carbono, por separado, estaban en niveles normales.
Según explicó Sergey Lukashenko, uno de los investigadores del caso, al medio local The Astana Times, “la enfermedad del sueño se manifiesta solo con la combinación de falta de oxígeno y un exceso de CO y CH”.
Esto quiere decir que ni el uranio ni el monóxido de carbono son los responsables directos de este fenómeno, sino que las reacciones químicas que produce el monóxido de carbono con el oxígeno, en determinadas condiciones atmosféricas, son las que generan los desmayos.
Pero, ¿cómo se emite el monóxido de carbono con tanta fuerza si las plantas habían sido abandonadas? “El uranio no tiene nada que ver con eso. Se utilizaron un montón de estructuras de madera cuando la mina estaba en funcionamiento. Después la mina se cerró y se llenó de agua. Cuando la madera entra en contacto con el agua se produce monóxido de carbono”, explicó Lukashenko.
De esta manera, el monóxido de carbono se filtró en la atmósfera poco a poco y causó el extraño fenómeno.
Al entender la causa de la enfermedad, los habitantes de Kalachi fueron evacuados inmediatamente para que el gobierno pudiera hacer el respectivo mantenimiento de esa zona.