Green Bay y Minnesota se enfrentan en un juego clave hacia playoffs
En la semana dos de la temporada, cuando los Packers y los Vikings se enfrentaron, el resultado fue un inusual empate, en el que ambos equipos fallaron intentos de gol de campo que les hubieran permitido ganar el partido.
Dos meses y medio después, ninguno de los dos conjuntos puede dilapidar más oportunidades.
La recta final de temporada está a la vista, y tanto Green Bay como Minnesota lucen rezagados respecto de los Chicago Bears (8-3), que este jueves derrotaron 23-16 a los Detroit Lions para llegar a cinco triunfos en fila e instalarse cómodamente en la punta divisional en la NFC Norte.
Los Packers (4-5-1) y los Vikings (5-4-1) requieren algo así como una victoria con urgencia que les permita mantenerse a una distancia accesible y dentro el panorama de postemporada en una apretada Conferencia Nacional.
Después de finalizar la campaña de 2017 como la mejor defensiva de la NFL, los Vikings han tenido problemas en ese aspecto durante el presente año. Han permitido 29 puntos en promedio en sus cuatro derrotas y el empate de 29-29 ante los Packers. En contraste, solo han aceptado 16 unidades por encuentro en sus cinco triunfos.
Para esta temporada, Minnesota firmó con el quarterback Kirk Cousins un contrato por tres años y 84 millones de dólares, todos garantizados. Cuenta además con la explosiva dupla de receptores formada por Adam Thielen (85 recepciones, 1,013 yardas y siete anotaciones) y por Stefon Diggs (71 recepciones, 713 yardas y cinco touchdowns).
No obstante, el éxito y las esperanzas de Minnesota empiezan con su defensiva. En especial en contra de Aaron Rodgers, quien se lesionó ahí mismo en el US Bank al comenzar la campaña 2017.
El quarterback de los Packers llega al duelo con 26 pases de touchdown y sin intercepciones en sus últimos 10 compromisos ante rivales divisionales. Sin embargo, Green Bay solo tiene un triunfo en sus últimos seis enfrentamientos ante los Vikings.
Y la sola presencia de Rodgers no ha sido suficiente para darle consistencia ni contundencia a un ataque que solo tiene dos encuentros de más de 30 puntos en la temporada y que ha perdido tres de sus últimos cuatro juegos para quedarse con un margen mínimo de error en su intento por volver a los playoffs luego de dos años de ausencia.