Manu Ginóbili sobre el retiro de su camiseta: "Posiblemente llore"
Manu Ginóbili será el último 20 de la historia de San Antonio Spurs: el próximo 28 de marzo, en la previa del duelo frente a Cleveland Cavaliers, la franquicia texana retirará su camiseta y la colgará del techo del AT&T Center junto al 00 de Johnny Morre, el 6 de Avery Johnson, el 12 de Bruce Bowen, el 13 de James Silas, el 32 de Sean Elliott, el 44 de George Gervin, el 50 de David Robinson y el 21 de Tim Duncan.
Después de 16 temporadas en la liga y tras haber conseguido cuatro anillos como parte fundamental del elenco de Gregg Popovich, Manu será homenajeado en una ceremonia en la que se transformará definitivamente en una leyenda de la liga.
Ya retirado, Ginóbili protagonizó un encuentro en primera persona el último viernes en el Teatro Maipo, un evento organizado por el diario La Nación de Argentina, periódico del cual Manu es columnista desde su ingreso a la NBA.
Sobre el próximo 28 de marzo, el bahiense reflexionó: "Muy posiblemente llore. Es algo rarísimo, me siento incomodísimo de tener que vivir ese día y tengo que aprender a dejarme llevar por esa situación y tratar de disfrutarlo. Se que es más para el resto que para mí, yo no creo que la vaya a pasar bien por los nervios y la verguenza. Es un enorme honor pero ya me sudan las manos cuando pienso en qué decir".
Además bromeó con su relación actual con los Spurs: "Soy parte del mobiliario. Estamos con Tim (Duncan) para lo que gusten mandar". Ginóbili repasó su carrera en la liga y su futuro como ex jugador. Sus mejores frases:
Su nueva vida: "Valoro mucho la flexibilidad que tengo ahora porque no la tuve nunca. Deseaba muchísimo tener tiempo. No veía la hora de tener tiempo. Soñaba con acostarme a las 10 de la noche y que a las 7 de la mañana me iba a despertar fresco. Quería tiempo, quería tranquilidad, no toda la locura de la NBA".
Su futuro: "Hoy por hoy no me interesa ser político, pero uno en el futuro nunca sabe. Somos muy malos prediciendo el futuro, qué nos va a poner contentos, qué nos va a hacer feliz. Vivo la vida de la mejor manera que me sale. No se que voy a hacer, voy a vivir".
Sueños cumplidos: "Me acuerdo de estar con la pelota en las Finales de 2005, esperando que pase el tiempo para atacar una de las últimas pelotas, no puedo creerlo. Yo, que diez años antes iba dormido al colegio viendo las finales de Jordan, estaba ahí. Desde 2005 en adelante fue todo irreal, imposible, más si lo miro ahora".
ADN Spurs: "La filosofía surge de Popovich, de cómo cree que es mejor el básquet. Decía que la mejor forma era mover la defensa y desestabilizarla. Durante los primeros ocho años de Tim Duncan no lo necesitábamos, era darle la pelota a él. Si en 2014 no hacíamos lo que terminamos haciendo, no había chances. Es cuestión de supervivencia".
Su relación con Gregg Popovich:"Nos encontramos en 1999 por primera vez pero ninguno tenía muchas expectativas, ni él de tenerme ni yo de jugar. En Indianápolis 2002 me invitan a cenar y ahí tenemos la primera charla. Fue bastante duro los primeros dos años, especialmente en el segundo. En el primero, por el tema de la lesión y por conocerme, medio que me dejó más cancha. En el segundo año, ahora mirando para atrás, vio algo en mí que quería que fuera parte del proyecto de San Antonio a largo plazo y me empezó a moldear a su manera, lo que para mí era excesivamente. Chocamos más. No me daba tregua. Yo lo desafiaba en la cancha, todavía con un vestigio adolescente. No me animaba a decirle nada porque sabía que podía pasar si iba en contra de la autoridad. En 2004 la pasé mal, no veía chances de que eso pasara. En los playoffs de ese segundo año perdemos con los Lakers y me llama para que vaya a su asiento. Tuvimos una conversación en cuanto a mi juego y mi futuro, lo miré como diciendo si era el mismo que me estaba matando hace un mes. Me di cuenta que me estaba moldeando. Yo no sabía qué pasaba, por qué me trataban así. Me dijo que veíamos el juego similar, la forma de competir, y me dijo que quería tenerme en su equipo para siempre".