Lakers sufre otra derrota, ahora ante Timberwolves
Que LeBron James es la pieza más importante de Los Angeles Lakers no es ninguna noticia. Pero que sea el único que factor que le consigue victorias al conjunto de Luke Walton sí lo es. Este domingo por la noche, los Lakers cayeron 108 a 86 frente a Minnesota Timberwolves en su tercera derrota consecutiva y la quinta en seis partidos sin el Rey.
Frente a Minnesota casi que no hubo resistencia: en el primer cuarto los angelinos ya perdían 22 a 3 y la diferencia jamás estuvo cerca de cerca de acortarse. A la baja de LeBron se le sumaron Rajon Rondo y Kyle Kuzma, dos piezas claves en la rotación. Y eso se demostró en los números: los Lakers tiraron apenas un 22,7% de tres y 60,7% de tiros libres.
Quien más está sufriendo la lesión de King James es Lonzo Ball:en el juego frente a Minnesota finalizó con 0 puntos (0 de 4) y promedia menos de 7 puntos en sus últimos 3 juegos con 30% de eficacia de campo, sin hablar de sus terroríficos números desde la línea de foul. Ya son tres derrotas consecutivas y un 1-5 de balance desde que LeBron se lesionara la ingle izquierda ante los Warriors el día de Navidad. Como ya ocurriera a lo largo de su segunda etapa en Cleveland, la sombra del Rey es alargada. Y su ausencia, un drama para sus equipos. Su récord cuando ha faltado a alguna cita de la regular season pasa ya a ser de 24-53 (5-28 desde que volviera a Ohio desde Miami en el verano de 2014). Cuando ha estado disponible, la marca es de 781-396. La noche y el día.
Es el séptimo partido consecutivo que Minnesota vence a Los Angeles de local. Unos Timberwolves que con Karl-Anthony Towns (28 puntos, 18 rebotes, 3 asistencias, 2 robos y 4 tapones), Andrew Wiggins (28 puntos y 5 rebotes) y Jeff Teague (15 puntos y 11 asistencias) de titulares destrozaron a sus pares angelinos. Realmente fue una de las presentaciones más pobres de la franquicia en lo que va de la temporada.
Los Lakers visitarán mañana a Dallas Mavericks y todavía no hay fecha para el retorno del Rey. Mientras tanto, continúan en caída libre.
Lo curioso es que Minnesota le dio las gracias a Tom Thibodeau tras concluir el juego, quien no solamente era su coach, sino también su presidente.