España se luce y encuentra a Kepa
- La selección española mantiene el pleno de triunfos tras un buen estreno de Robert Moreno como seleccionador, en su salida más complicada ante una Rumanía luchadora, empequeñecida por un recital de juego de la Roja antes de un final polémico que salvó Kepa con dos grandes paradas.
Debutó con nota Robert Moreno en el cargo. España exhibió calidad y firmeza en una de las salidas más complicadas de la fase de clasificación, en un país donde nunca había ganado. Salió con determinación y acabó con personalidad cuando se quedó en inferioridad numérica. Exhibió poderío para frenar el ímpetu de Rumanía, verticalidad y un fútbol repleto de velocidad que desarmó las intenciones de Cosmin Contra.
Pese a jugar en su casa se protegió Rumanía. Contra incluyó por sorpresa un tercer central en una línea defensiva de cinco. Un planteamiento que históricamente se le atraganta a una España que siempre sale por la posesión y que lo derribó con determinación. Velocidad en cada posesión, aparición continua de laterales en fase ofensiva, desequilibrio de Fabián entre líneas y mucha movilidad de los puntas.
Rumanía no sabía por donde le venían, incapaz de frenar el fútbol de la Roja y en pie gracias a la exhibición de su portero. No se había cumplido el primer minuto y ya había sacado un mano a mano a Alcácer. Regresaba con hambre de gol para ganar puntos en el pulso de nueves, pero se topó con un portero que tuvo su noche.
Había salido Rumanía con ganas de marcar territorio. Alguna entrada dura y demostración de calidad de su joven perla, Puscas, que brilló con fuerza en el reciente Europeo sub'21. Lo ganaron Dani Ceballos, que recibió un pisotón en la acción del penalti que adelantaba a España, y Fabián, un futbolista que adquiere una dimensión impensable hace meses. Con un descaro sumado a su calidad técnica que le convierten en referente del juego ofensivo.
Le puso otro balón al espacio a Alcácer que se desesperó ante la estirada de Tatarusanu a su disparo cruzado y ajustado al poste. Sacó el córner que remató Ramos con todo, para que el meta rumano la sacase arriba. España cumplía la premisa de Robert Moreno. Acababa jugadas y divertía con su fútbol. Se sentía tan dominador que hasta una acción de un lateral, la culminaba Navas con un centro pasado que remataba el otro lateral. Jordi Alba se volvía a topar con el portero.
Era cuestión de tiempo que llegase el premio y lo hizo por un pisotón de Deac a Ceballos. Ramos engañó al portero y extendió su cara goleadora para superar a Míchel y entrar entre los diez máximos goleadores de la selección. El gol no provocaba que levantase el pie del acelerador España. Fabián quería más y encontraba la movilidad de Rodrigo, que caía a la derecha para poner un pase tenso, perfecto, a la llegada de Alcácer. La rompía y se encontraba con su pesadilla. Otra gran intervención de Tatarusanu salvadora.
Se esperaba reacción de orgullo de una selección que se juega la segunda plaza y el acceso a la Eurocopa ante su entregada afición pero lo que llegó fue otro golpe de España. Ceballos se disfrazó de Laudrup para dejar uno de sus pases al espacio, con vista de privilegiado a Jordi Alba que regalaba el premio que merecía Alcácer que la empujaba a puerta vacía.
Firmaba la Roja un partido completo. Fabián acariciaba el tercero buscando la escuadra, cuando de la nada llegó el tanto que resucitó a Rumanía. El primer tiro a puerta fue gol. Puscas la puso de cabeza y Andone remató con todo nada más entrar al campo.
Fueron momentos de mostrar personalidad y capacidad de sufrimiento. Con Rumanía apretando, con entradas al límite del reglamento y una decisión controvertida del colegiado Aytekin. Expulsó a Diego Llorente por interpretar falta siendo el último defensa en una acción de contragolpe. Restaban once minutos y España se defendió con todo.
Había saltado el que será muchos años ídolo local, Hagi, para poner centros con peligro. Y así pudo llegar el empate. Lo evitó Kepa con dos paradas en los últimos segundos colosales. Había perdonado Sarabia, individualista en su debut, cuando llegó un despiste defensivo en una falta ensayada que dejó a Puscas ante Kepa. Tapó espacios y la sacó a córner. Más espectacular fue su última intervención, sacando con los pies un potente testarazo de Grigore a bocajarro. España encontró un portero salvador que hace tiempo había perdido y dio un nuevo paso de gigante hacia la Eurocopa 2020.