Carmelo Anthony vuelve a enfrentar a New York Knicks
A fines de septiembre de 2017 se acabó la historia de Carmelo Anthony en New York Knicks. Tras poco más de seis años juntos, los Knicks y Melo decidieron cortar su vínculo, traspasando al alero a Oklahoma City Thunder con la esperanza de que sea mejor para ambos: que Anthony pueda destacarse en un equipo candidato a llegar lejos y que New York pueda construir una buena reconstrucción alrededor de Kristaps Porzingis.
Casi 27 meses después, Melo enfrentará con la camiseta de Portland Trail Blazers a unos Knicks que hace menos de una semana despidieron al entrenador David Fizdale. La situación no resultó de la forma esperada para ambas partes: Anthony duró poco en Oklahoma y Houston y estuvo prácticamente todo un año sin jugar, mientras que New York perdió a Porzingis, terminó la temporada 2018-2019 con el peor récord de su historia y ahora se encuentra buscando un rumbo, ubicado en el último puesto de la liga.
El traspaso de Anthony lo envió a Oklahoma a cambio de Enes Kanter, Doug McDermott y una segunda ronda del Draft 2018 (Mitchell Robinson). Ni Kanter ni McDermott dejaron huella en New York: el pivote jugó 115 partidos, casi todos como titular, y promedió un doble-doble en puntos y rebotes, pero era uno de los apuntados principales por su mal rendimiento, sobre todo en defensa, y terminó siendo cortado en febrero de 2019. En tanto, McDermott sólo disputó 55 partidos con la camiseta de los Knicks y fue enviado a Dallas Mavericks por Emmanuel Mudiay antes de terminar la 2017-2018.Fue poco lo que sacó New York por lo que fue su goleador entre las temporadas 2010-2011 y 2016-2017, promediando 25 puntos por juego, pero lógico pensando que en ese momento lo que querian las dos partes era un cambio.
Melo esperaba tener una oportunidad en un equipo protagonista y New York enfocar la reconstrucción alrededor de Porzingis, quién asomaba como la próxima gran estrella de la franquicia. Steve Mills y Scott Perry, que pasaban a estar a cargo de las operaciones de los Knicks en ese mercado de la 2016-2017 luego del despido de Phil Jackson, querían aires frescos y pasar página tras varias temporadas liderados por Carmelo, con quién clasificaron a Playoffs en sus primeras tres campañas pero luego atravesaron cuatro años con menos de 40 victorias.
Todo esto no cambió sin Anthony. New York no empezó mal en la 2017-2018, con Porzingis llegando a ser elegido para su primer All-Star Game, pero el letón se rompió el ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda en febrero de 2018 y todo lo hecho se fue por la borda. Los Knicks terminaron con balance de 29-53 y la gerencia decidió despedir al director técnico Jeff Hornacek después del último partido de la temporada.
En la 2018-2019 nada cambió, más allá de la llegada de David Fizdale como nuevo entrenador. Porzingis, peleado con la directiva, pidió ser traspasado y fue canjeado a Dallas Mavericks en una campaña que New York cerró con 17-65, igualando el peor récord de su historia, el de la 2014-2015, en la que Carmelo había estado lesionado y se perdió más de la mitad de los partidos.
Mientras tanto, Melo no se logró asentar en el Oeste: ni en Oklahoma City Thunder ni en Houston Rockets. En OKC tomó un rol menos preponderante al de toda su carrera, al lado de Russell Westbrook y Paul George, pero su porcentaje de tiros de campo casi bajo del 40% por primera vez en su carrera y fueron eliminados en primera ronda por Utah Jazz.
En Houston la historia es bien conocida: Anthony fue extremadamente irregular y tras un mal comienzo del equipo fue descartado después de disputar 10 partidos.Hoy, un año después de ese mal paso, Melo volvió a encontrar un lugar en la NBA siendo el ala-pivote titular de Portland Trail Blazers, misma posición en la que se destacó en su mejor temporada en New York, en la temporada 2012-2013, cuando fue el máximo goleador de la liga. El básquetbol lo vuelve a enfrentar a New York, que se encuentra en peor posición aún que la que tenía cuando Carmelo se marchó. Corrieron vientos de cambio y fueron como un tornado. Pero siempre hay tiempo para más.