Thiem desencadena su juego para sobrevivir a Djokovic
Dominic Thiem puso a prueba su solvencia y resistencia para sobrevivir al peso mental de desperdiciar cuatro puntos de partidos antes de conseguir sobrevivir al número uno, Novak Djokovic por (7-5, 6-7 (10) y 7-6 (5).
El serbio, que se queda por quinto año consecutivo sin igualar los seis títulos de Roger Federer, sucumbió ante un Thiem que, tras ganar el US Open, demuestra tener por fin la cabeza necesaria para pelear por los grandes títulos.
Aunque estuviera cerca de tirar todo por la borda cuando no convirtió cuatro puntos de partido en el ‘tie break’ de la segunda manga, un golpe mental que no le tumbó y que le preparó para un tercer set donde sí selló el triunfo en otro desempate, esta vez marcado por el naufragio de Djokovic.
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Y eso que la batalla, como prometía, era cruenta desde sus inicios, con dos jugadores guardando sus cartas y resistiendo los envites del rival, alternándose los 0-30 salvados y sin oler las bolas de ‘break’, inexistentes durante buena parte del primer set.
Mientras Carlos Moyá analizaba desde la grada al posible rival de Rafael Nadal en la grada, Thiem y Djokovic tocaban una sinfonía coral en la que la fuerza del austríaco era contrarrestada por la elasticidad del serbio.
El ‘toma y daca’ alcanzó un punto en el que hasta Djokovic aplaudió un gran globo de Thiem, que cayó en la línea y le dio el punto.
Pero la caballerosidad se esfumó de súbito cuando al juego siguiente a ese maravilloso golpe, le siguió una rotura de Thiem, entregada por una mala volea de Djokovic.
El pupilo de Nicolás Massú se puso con 6-5 a favor y remató el set con un ‘ace’.
Problemas para un Djokovic que lleva sin ganar aquí desde 2015 y que ya había dejado la oportunidad de igualar las seis coronas de Federer en cuatro ocasiones.
Pero no se puso en modo chacal el de Belgrado. Siguió a remolque de un Thiem que parecía más entero y que sobre todo aparentaba estar vivo.
Mientras este se quejaba, celebraba y rabiaba, Djokovic se paseaba inerte. En muchas ocasiones cabizbajo y mirando de reojo a su banquillo.
En una situación a favor se hablaría de una concentración legendaria, pero con el marcador en contra se podría hablar de apatía, uno de sus pecados en la primera derrota en este torneo contra Medvedev.
Necesitó de verse al borde del abismo para despertar. Salvó otra bola de rotura y se labró la primera a su favor tras una hora y 20 minutos de partido, pero un resto largo la devoró.
Como engulló Thiem los dos puntos de set de los que dispuso Djokovic en el duodécimo juego. El serbio se estaba acercando, pero se quedó sin tiempo.
Se le marcharon las oportunidades de set, Thiem forzó el desempate y mientras Djokovic se entretenía en los descansos haciendo malabarismos con su raqueta, se le fue el encuentro.
Y no sin drama. Thiem remontó un 4-2 adverso, se puso con dos puntos de partido, perdió el primero tras un gran saque de Djokovic e hizo doble falta en el segundo. Djokovic no aprovechó el punto de set a favor, con 7-8 y Thiem volvió a tener uno al saque, desperdiciado con una derecha abierta y otro al resto, también inerte.
Con cuatro oportunidades de final tiradas, Djokovic dio el giro. Se anotó el set por 12-10 y mandó la pelea al set definitivo.
Una manga que discurrió rápida. En apenas media hora se habían consumido diez juegos, sin una sola oportunidad de rotura. Cuando más cerca estuvo Djokovic, en ese undécimo juego, con 30-30 en el marcador, tiró un resto largo y gritó, como no lo había hecho en todo el partido.
No cambió el ánimo de un Thiem que llevó el encuentro otra vez al ‘tie break’, donde ya había enterrado cuatro puntos de partido. Y lo comenzó de la peor manera con una doble falta. Djokovic le metió cuatro puntos consecutivos, pero ahí llegó el naufragio del serbio.
El austríaco le devolvió la racha con seis puntos seguidos y al quinto punto de partido firmó el billete para su segunda final en Londres, después de perder el año pasado con Stefanos Tsitsipas.
Thiem se medirá en la final de este domingo (18:00 GMT) al ganador del duelo entre Daniil Medvedev y Rafael Nadal.