Jugadores entusiasmados de jugar con público en Australia
Novak Djokovic estaba a punto de responder una pregunta sobre los espectadores para el Abierto de Australia cuando hizo una pausa, meditó por un momento y después le preguntó al moderador de su rueda de prensa si se admitiría el ingreso de aficionados en el Melbourne Park para el primer Grand Slam de la temporada.
Ese era aún el plan la noche previa al inicio del torneo: 30.000 espectadores diarios — el 50% de capacidad.
Pero han sido unos alocados 12 meses desde que Djokovic ganó su octavo título de Australia. También el susto de la semana previa, al suspenderse por 24 horas la actividades de los torneos previos por el temor de un brote de coronavirus y que sólo fue prudente cerciorar.
“¿Aún hay permiso de tener espectadores? No lo sé, las cosas están cambiando cada día”, admitió mientras le preguntaba a un moderador en la conferencia del domingo. Después de que asintió en respuesta, continuó. “Es bueno que al menos tendremos, aunque sea un porcentaje pequeño de asistencia, es algo. Aún así se siente como que estás, no quiero decir solo, pero... cuando juegas frente a un estadio vacío, se siente extraño”.
Hasta el mes pasado no había certeza de que se realizaría el torneo. No fue hasta hace unas semanas que se comunicó que se permitiría el ingreso de aficionados. Todas estas decisiones dependen del gobierno del estado de Victoria y las autoridades sanitarias y pueden cambiar rápidamente.
Los jugadores ya están familiarizados con las llamadas burbujas de bioseguridad de otros torneos, y tuvieron que soportar una más estricta cuarentena de 14 días al llegar a Australia en 17 vuelos fletados.
La recompensa por la cuarentena, es la relativa libertad de poder salir a restaurantes, cafés y de compras. Las mascarillas son de uso obligatorio en espacios cerrados.
Australia cerró sus fronteras internacionales y los relativamente pocos casos de COVID-19 significan que la vida puede seguir con cierta normalidad en gran parte del país.
Las tres semanas de retraso para el inicio del Abierto de Australia de este año significará que tendrá un ambiente distinto —las vacaciones de verano terminaron— pero esto posiblemente no molestará a los organizadores y jugadores.
Con pocos visitantes internacionales, los jugadores australianos posiblemente recibirán más apoyo de la afición, pero también otros que han sido adoptados por los locales.
Maria Sakkari, por ejemplo, contó con el aliento de una importante comunidad de griegos en Melbourne, durante uno de los torneos previos.
“Aquí tengo a mis griegos y eso es tremendo”, dijo Sakkari. “Es lo que más me entusiasma de venir a Australia. No tengo un torneo de la gira profesional en mi país, así que cada vez que estoy en Australia, pues me siento como en mi casa”.