Tecnología elimina errores y berrinches en el tenis
Descartar los jueces de línea, eliminando de paso el elemento humano, fue tal vez una medida necesaria para reducir la cantidad de gente que hay en una cancha de tenis en medio de una pandemia.
Pero también puede haber sido algo positivo para la integridad del deporte, en el que cada decisión acerca de si una pelota picó afuera o adentro es importante, si no clave.
Una cosa es segura: La proliferación del uso de la tecnología elimina los berrinches, que a menudo le dan sabor al espectáculo. No tiene sentido discutir la evidencia incontrastable que muestran las cámaras en el Melbourne Park.
“Eso es lo único negativo de esto. No hay nadie con quien discutir un fallo”, expresó Tommy Paul, un estadounidense que figura 53ro en el ránking mundial, durante una videollamada con The Associated Press. “No le puedes echar la culpa a nadie si crees que la bola fue buena pero en realidad picó afuera”.
Jennifer Brady, semifinalista del US Open en octubre y 22da cabeza de serie en Australia, cree que eso es positivo. “Prefiero no tener que discutir con una persona. Si picó afuera, picó afuera. Si picó adentro, picó adentro”.
Tanto Paul como Brady, igual que la mayoría de los jugadores, ven con buenos ojos el empleo de la tecnología y el fin de las fallas humanas.
“Es algo neutral”, manifestó la canadiense Rebecca Marino.
Pero no todos están convencidos de la infalibilidad de la tecnología.
Frances Tiafoe, quien llegó a los cuartos de final en Australia hace dos años, considera que esta innovación es “horrible”.
“La detesto”, afirmó el miércoles, tras cuestionar fallos en el partido de la segunda ronda que perdió ante Novak Djokovic. “No la soporto”.
Por su parte Francesca Jones, quien perdió en la primera ronda ante una jugadora surgida de la etapa clasificatoria, sostuvo que el sistema es “muy cuestionable”. Dijo que hubo un tiro de su rival que fue declarado adentro cuando la televisión demostró que había picado afuera.
“Prefiero mucho más el error humano al error tecnológico”, expresó Jones, quien pidió que se reconsidere el asunto.
Reilly Opelka no estuvo de acuerdo con una serie de fallos en su contra por pisar la raya en el partido de la primera ronda que ganó, pero de todos modos acepta la tecnología.
“Algunas de las decisiones de los árbitros son absurdas. Frustran a los jugadores. Te preparas mucho para un torneo y pasan estas cosas en los puntos importantes”, declaró Opelka. un estadounidense que figura 38vo en el ránking.
Dejar que las cámaras y las computadoras tomen las decisiones “elimina las confrontaciones”, dijo Opelka. “Estoy a favor de eso. Ojalá la usen en todos los torneos grandes”.
Serena Williams tiene amplia experiencia con fallos discutidos, incluido uno por pisar la raya al final del partido que perdió con Kim Clijsters en las semifinales del US Open del 2009 y otras decisiones en su contra cuando cayó ante Jennifer Capriati en los cuartos de final de Flushing Meadows en el 2004.
Williams dijo que se sintió “raro” cuando jugó por primera vez sin jueces de línea, solo con el árbitro principal.
“Ahora me gusta. Elimina buena parte de los errores humanos, que ciertamente no necesito”, manifestó. “Yo soy tal vez quien más aprecia eso”.
Hasta Tiafoe, un estadounidense de 23 años que aparece 64to en el escalafón mundial, admite que la tecnología seguramente llegó para quedarse.
“Sé que la tecnología tiene un nivel muy alto, pero no creo en ella”, insistió. “No importa lo que diga. No van a cambiar nada porque lo dijo Frances Tiafoe, pero nunca estaré a favor”.
Dejemos la última palabra a John McEnroe, famoso por sus peleas con los jueces durante una carrera en la que ganó siete torneos de Grand Slam.
McEnroe está de acuerdo en que se use la tecnología y se elimine el error humano.
“Si te gusta el elemento humano, tengo una idea mejor todavía: Que los jugadores decidan”, expresó McEnroe, hoy comentarista de ESPN. “Ahí sí que se va a poner interesante”.