La atleta Marie-José Perec y el judoca Teddy Riner encendieron el pebetero de los Juegos de París, que se elevó en globo desde el jardín de las Tullerías, como colofón a una ceremonia inaugural excepcional, pese a la lluvia.
Mientras la canadiense Céline Dion, reaparecida para la ocasión, cantaba de manera vibrante el ‘Himno al Amor’ de Édith Piaf desde lo alto de la Torre Eiffel, el fuego olímpico tomó aire, tras un último tramo del relevo memorable, en el que participaron Zinedine Zidane, Rafael Nadal, Serena Williams, Carl Lewis y Nadia Comaneci, entre otras leyendas.
El pebetero es un anillo de siete metros, pendiente de un globo aerostático de 30 metros de diámetro situado en los jardines de las Tullerías.
Fue la última sorpresa de una secuencia memorable, historia viva del deporte y del olimpismo.
🤩 @celinedion is spectacular and Paris sparkles with the Olympic spirit! ✨
— The Olympic Games (@Olympics) July 26, 2024
Paris 2024 is here!!! 🎉#Paris2024 #OpeningCeremony pic.twitter.com/es3KmnGD2k
Zidane apareció en el estadio del Trocadero, avanzó con la antorcha por la pasarela entre gritos de ‘Zizou’, ‘Zizou’, y se aceró a un Nadal aparecido por arte de magia en el escenario ante el asombro de los asistentes.
El campeón español se dirigió hacia el río Sena, donde le esperaban en una barca la también tenista estadounidense Serena Williams, la gimnasta rumana Nadia Comaneci y el atleta norteamericano Carl Lewis. ¡25 medallas olímpicas en un mismo bote!
Nadal, el mejor tenista de la historia sobre la tierra parisina de Roland Garros, donde ha triunfado en 14 ocasiones, había sido visto al principio de la ceremonia en un balcón de París siguiendo el espectáculo con su familia. Pero el homenaje al tenis no había terminado.
Cuando el barco llegó enfrente del Louvre, Amelie Mauresmo, plata olímpica en Atenas 2004, tomó la llama y corrió con ella hacia el museo. Allí se la pasó al exbaloncestista Tony Paker y juntos corrieron por la explanada emblemática en busca de tres deportistas paralímpicos, Nantenin Keita, Alexis Hanquinquant y Marie-Amélie Le Fur.
Céline Dion interprète l'Hymne à l’amour d'Édith Piaf#Paris2024 pic.twitter.com/BvvCm6kfXj
— Info France 2 (@infofrance2) July 26, 2024
El grupo fue creciendo con nombres notables de la historia del deporte francés hasta que llegó a las manos de Perec y de Riner, dos triples campeones olímpicos.
Se acercaron al globo. El anillo de fuego prendió al instante. Desde la Torre Eiffel, Céline Dion inundó la noche de París con su voz.
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La de Celine Dion no es la primera gran voz que se quiebra, pero el documental en el que ha registrado su actual lucha contra la extraña enfermedad que padece por recuperarla sí es una pieza nada habitual en el "star system" por su honestidad, sin ocultar momentos de gran vulnerabilidad.
"Ya no puedo con más mentiras", afirma en esa producción que está disponible en Prime Video bajo el título de 'I am: Celine Dion' y en la que reconoce por ejemplo que, a causa del síndrome de persona rígida que comenzó a sufrir hace 17 años, la medicación necesaria para paliar el dolor y subir a actuar hubo de ir igualmente en aumento.
Así cuenta que llegó a tomar "entre 80 y 90 miligramos de Valium diarios". "Y eso solo de Valium", subraya la canadiense, que revela también cómo cada vez fue más necesario apelar a trucos diferentes para ocultar su dolencia al público a medida que iba perdiendo el control de la voz.
"Hacía trampas, como darle golpes al micrófono como si fuese culpa del sonido. A veces teníamos que parar el show para cambiarme de ropa, pero ya no volvía", rememora sobre noches en las que la medicación dejaban de hacer efecto en plena actuación.
El documental, de aproximadamente 90 minutos, es el colofón a una serie de revelaciones que Dion ha ido ofreciendo a sus seguidores durante los últimos años para explicar su ausencia de los escenarios.
Se ve a la cantante canadiense jadeando mientras los profesionales médicos intentan desesperadamente aliviar sus dolorosos espasmos musculares mientras un equipo de cámara filma en silencio la terrible experiencia.
Aunque se mantiene estoica, las lágrimas fluyen sin poder evitarlo durante gran parte del metraje y muestra con desesperación cómo le repercute en su otrora virtuosismo vocal ese síndrome. "Yo creo que era buenísima, hice cosas espectaculares", solloza al recordar el mayor agudo de su carrera con 'All By Myself'.
'I am: Celine Dion' está lejos de ser un recorrido pormenorizado de los logros y canciones de la artista ganadora de cinco premios Grammy, pero se incluyen varias actuaciones memorables que, por contraste, hacen más angustiosa su situación actual.
El documental arranca fuerte, con una intervención médica en una habitación de hotel, una escena grabada mientras la cantante yace en el suelo, incapaz de responder siquiera a preguntas por el dolor. Inmediatamente se pone contexto: sufre un síndrome que solo afecta a una o dos personas entre un millón.
"El año pasado me puse tan mal que no podía ni caminar. Perdía el equilibrio y me dolía mucho. Sigo sin poder usar la voz. Echo mucho de menos la música, pero también a la gente", afirma.
Dion abre las puertas de su casa, donde escucha a menudo grabaciones de María Callas, de la que guarda un collar que le regaló su difunto marido, René. "Espero que la Callas me dé fuerzas", se le oye decir.
Comparte escenas íntimas con dos de sus hijos, visita un depósito donde guarda buena parte de los modelos más espectaculares que ha vestido en las alfombras rojas y acude regularmente a su fisioterapeuta, que sigue de cerca todos sus avances.
En ese punto, la artista lleva dos años sin cantar, pero decide volver a exponerse ante el micrófono de un estudio de grabación. "No sé si voy a poder hacerlo, pero no puedo vivir con la duda", argumenta, mientras pelea con su garganta. No canta tan fluido como antes, pero sale airosa.
Y entonces, otra crisis. Es probablemente el momento más crudo de todo el documental, con la artista completamente rígida, incapaz de controlar su propio cuerpo, hasta que con ayuda de su equipo vuelve a ser ella misma.
"El viaje no ha terminado. Hay que seguir dando pasos", le consuela su médico, ante una Celine Dion a la que hacer lo que adora, cantar, le puede provocar esas crisis por la sobrestimulación cerebral.
Suena entonces 'Who I Am' de Wyn Starks y la intérprete de 'My Love Will Go On' vuelve a levantarse. Con resolución, afirma: "Si no puedo correr, caminaré. Si no puedo caminar, me arrastraré. No voy a parar".
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¿Cuáles serían las razones para que de forma contundente se rompa una relación amorosa? Puede haber múltiples respuestas que quizá no sean afines a lo que uno cree.
Ejemplo de ello es una mujer de Estados Unidos, Claire Dalton que decidió terminar su relación amorosa y cancelar su boda al descubrir que su novio se la pasaba viendo pornografía. Era un adicto al contenido para adultos.
El suceso causó que las opiniones se dividieran, pues mientras hay quienes no vieron nada malo en ser un consumidor de este tipo de contenidos, para muchos es motivo suficiente para terminar. La historia de Claire no es nueva, pues desde 2018 se hizo visible. Sin embargo, de nuevo en redes sociales se retomó con el fin de recordar todo lo que vivió la joven, quien recibió comentarios de odio y críticas por supuestamente exagerar.
Fue criticada por presuntamente ser una “una persona conservadora”. Y es que la noticia de la joven causó revuelo porque para algunos está bien consumir este tipo de contenido, como para otros sí hay un problema más de fondo, por ejemplo: la explotación sexual de las mujeres.
¿Cuál fue el argumento por el que Claire no se casó?
La joven – a quien describieron como muy religiosa– contó al medio Love What Matters que se dio cuenta de que su novio veía mucho contenido para adultos al levantar su teléfono por equivocación. “Estaba sentada en el sofá con mi prometido y todo parecía maravilloso. Me casaría en una semana y amaba mucho a este hombre.
Habíamos pasado cuatro años construyendo una amistad y casi un año cultivando una relación de amor que era paciente y amable. Una relación que pensé que estaba por encima de cualquier otra relación que encontraría. Y por alguna razón, me levanté y tomé su teléfono en lugar del mío para ver cuándo cerraría la tienda. Fue entonces cuando lo encontré”, contó al medio Love What Matters.
Ante la sorpresa, decidió seguir indagando y descubrió que su entonces pareja se la pasaba viendo este tipo de contenido. Además de que tenía parafilias.
En ese momento, la pareja de la mujer confesó que tenía un problema con este tipo de contenidos. “Quería gritar, llorar, patear y golpear la pared, pero en ese momento, me sentí paralizada”, reveló la joven al medio citado.
En ese momento, como ahora, las críticas hacia la joven llegaron por montón. Sin embargo, pese al debate que se armó en redes sociales, la joven explicó sentirse feliz de haber tomado aquella decisión: “Soy esa chica que pasó 6 meses con un anillo en el dedo planeando una boda completa solo para descubrir una semana antes que todo era mentira”, contó.
Un hombre inglés de 30 años de edad, llamado Thomas Dodd, aunque sin arrepentimiento alguno, fue víctima de una noche de borrachera y de una admiración inexplicable por Céline Dion.
Y es que el sujeto, quien es tan fanático de la artista canadiense, durante un laps en el que se encontraba pasado de copas durante la noche de Navidad, decidió iniciar los trámites para cambiar tu nombre por el de la cantante, trámite por el cual pagó 89 libras esterlinas (cerca de 86 mil pesos) para ello.
Claro que su embriaguez fue tal que nunca se acordó que había hecho este trámite hasta el día en que le llegó una notificación para confirmar el cambio de identidad.
Medios locales informaron que Dodd pasó gran parte de la cuarentena por la pandemia escuchando y viendo videos en YouTube de Celine Dion. “Ella es la persona a la que recurro cuando necesito animarme“, aseguró, lo que seguramente lo animó a tomar la decisión de cambiar su nombre por el de ella.
“Honestamente, con la mano en el corazón, ¡no recuerdo haberlo hecho!… recuerdo haber visto el concierto y recuerdo haberme emborrachado un poco“, sinceró.
Fue entonces que un día recibió un documento con la solicitud del cambio de nombre, la que debía firmar para confirmar su decisión. “Inicialmente, tuve que sentarme porque no podía creerlo, entonces revisé mi banco y lo confirmó todo“, comentó.
Y aunque lo pensó, no se arrepintió. “Una vez que me di cuenta, ¡lo firmé de inmediato porque la amo!“, aseguró.
Así, el nombre Thomas Dodd irá poco a poco quedando en el pasado para darle el paso a Céline Dion, nombre que incluso ya cambió en redes sociales.