Halladas en Ruanda fosas con miles de muertos 24 años después del genocidio

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El Universal,  Ciudad de México, Mexico, 

Nueve fosas comunes se han encontrado en las dos últimas semanas a las afueras de la capital de Ruanda, Kigali, donde podrían hallarse unos 3.000 cadáveres de víctimas del genocidio contra los tutsis de 1994, según pudo constatar hoy Efe.

Esos enterramientos, localizados entre el 11 y el 25 de abril en el pueblo de Kabeza, en el distrito de Gasabo, suponen uno de los mayores descubrimientos de fosas comunes de los últimos años en Ruanda, donde el genocidio causó la muerte de unos 800.000 tutsis y hutus moderados en cerca de cien días.

El secretario ejecutivo de Ikuba (una asociación de supervivientes de la masacre) en Gasabo, Theogene Kabagambire, confirmó a Efe que dos fosas están en una carretera y el resto en el terreno de una casa donde en 1994 se alzaba un centro en el que las temibles milicias hutus Interahamwe asesinaron a tutsis.

"Las labores de exhumación comenzaron el 11 de abril en dos fosas comunes localizadas en la carretera principal. Hemos acabado con una y hemos exhumado 156 personas", explicó Kabagambire.

En una fosa de la vivienda, donde había hoy una notable presencia de policías y los servicios de inteligencia ruandeses, un total de 207 cuerpos de adultos se han extraído desde el pasado viernes.

Pero también hay niños asesinados y enterrados de forma anónima, reveló a Efe un miembro del comité de Ibuka, Rashid Rwigamba.

"Es difícil determinar el número de niños, pero la cantidad de ropa infantil que hemos encontrado hasta ahora nos indica que el número es enorme", indicó Rwigamba.

Varios voluntarios trabajan en recuperar cadáveres y, cuando los sacan, les quitan las vestimentas y las cuelgan en postes de madera para que las familias puedan identificar mejor a las víctimas.

En esos postes pueden verse pantalones, camisas o chaquetas arrugados y manchados de tierra que, pese al paso del tiempo, aún conservar colores vivos como el rojo o el azul.

Ibuka cree que hay unos 3.000 cadáveres, pues es el número de desaparecidos en el Sector de Rusororo, donde está Kabeza, que albergó el mayor destacamento de milicias hutus en el genocidio.

"Estamos seguros de que el número ronda los 3.000 porque las pruebas que hemos recogido atestiguan que este lugar acogió el mayor destacamento y cientos de tutsis eran traídos desde diferentes sitios para matarlos", subrayó Rwigamba.

Las fosas han sido descubiertas gracias a que un testigo involucró al que era entonces propietario de la casa donde se localizan las tumbas como un sospechoso de genocidio.

Ibuka había intentado desde hace 24 años conseguir que Saveri, como se conoce al sospechoso, les dijese dónde se encontraban las fosas, pero hubo que esperar a que la Policía ruandesa lo detuviese recientemente para que confesara.

"Saveri nos vio cavando en un sitio erróneo y nos dijo que quitásemos las letrinas construidas sobre las fosas" para hallar los cuerpos, algunos sepultados a "22 metros de profundidad", relató Rwigamba.

Saveri señaló cuatro fosas y, en el proceso de excavación, se han encontrado tres más.

En ese siniestro sitio, Françoise Mikantaganda, una superviviente de 56 años, lleva un mes y medio acampando para ver si aparecen los restos de su marido, su padre, su madre, su tía y tres de sus hermanas, que fueron llevadas durante el genocidio a ese lugar.

"Me quedé sola en el mundo. (...). No les volví a ver. Así que estoy aquí esperando, observando cada cuerpo que exhuman para ver si reconozco la ropa que aún recuerdo que llevaban ese día", dijo la mujer a Efe.

"¿Cómo podemos hablar de verdadera reconciliación y unidad si hay gente que vive entre nosotros y tiene información de la muerte de nuestros familiares?", se preguntó Mikantaganda.

Kigali y sus alrededores fueron algunos de los escenarios más cruentos del genocidio, pues resistieron como uno de los últimos bastiones de las milicias hutus antes de que las fuerzas del Frente Patriótico Ruandés (FPR, de mayoría tutsi) pudiesen liberarlas.

La masacre de 1994 supuso el exterminio de entre el 20 y el 40 por ciento de la población de Ruanda, entonces el país más densamente poblado de África, con siete millones de personas.

El 70 por ciento de los muertos fueron tutsis, asesinados por extremistas hutus tras la muerte del presidente ruandés, Juvenal Habyarimana, cuando el avión en el que viajaba fue derribado el 6 de abril de 1994 poco antes de aterrizar en el aeropuerto de Kigali.

El asesinato de Habyarimana (de la etnia hutu, mayoritaria en Ruanda), muerto junto al presidente de Burundi, Cyprien Ntaryamira, que lo acompañaba, fue el detonante de la matanza colectiva iniciada por hutus radicales.





Hallan 215 cadáveres de niños era la fosa clandestina de un internado en Canadá

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Multimedios,  Canada, British Columbia, Vancouver, 

Se ha descubierto una fosa común que contiene los restos de 215 niños indígenas en los terrenos de una antigua escuela residencial en el interior del sur de la Columbia Británica en Canadá.

El sombrío descubrimiento en la antigua escuela cerca de la ciudad de Kamloops fue anunciado a última hora del jueves por la gente de Tk'emlups te Secwepemc después de que el sitio fuera examinado por un equipo que utilizó un radar de penetración terrestre.

“Teníamos un conocimiento en nuestra comunidad que pudimos verificar. Hasta donde sabemos, estos niños desaparecidos son muertes indocumentadas”, dijo Rosanne Casimir, jefa de Tk’emlups te Secwepemc, en un comunicado.

Algunos de los restos pertenecen a niños de hasta tres años, pero aún se desconocen las causas y el momento de su muerte. “En este momento tenemos más preguntas que respuestas”, dijo la Sra. Casimir.

La escuela residencial india de Kamloops se estableció en 1890 bajo el liderazgo de la iglesia católica romana y se cerró en 1978.

Formaba parte de una red de escuelas residenciales en todo Canadá creada para asimilar por la fuerza a los niños indígenas sacándolos de sus hogares y comunidades y prohibiéndoles hablar sus idiomas nativos o realizar prácticas culturales. El abuso físico, emocional y sexual fue desenfrenado dentro de estas instituciones, al igual que el trabajo forzoso.

Al menos 150.000 niños asistieron a esas escuelas en lo que una histórica Comisión de la Verdad y la Reconciliación de 2015 describió como una "cultura de genocidio" dirigida a los pueblos indígenas de Canadá.

En documentos presentados a la comisión, los ex asistentes de Kamloops describieron las duras condiciones de la escuela, que no recibió suficientes fondos per cápita del gobierno para pagar sus costos.

George Manuel, quien asistió en la década de 1920, dijo: "Todos los estudiantes indios olían a hambre". La escuela fue descrita como fría en invierno e insalubre.

Los mismos documentos mencionan que los estudiantes estuvieron expuestos a brotes de sarampión, tuberculosis, influenza y otras enfermedades contagiosas, y muchos murieron.

En un informe de 1935 sobre una muerte por sarampión en la escuela, un agente señaló que “el lugar para dormir de 285 alumnos en la escuela consta de cinco dormitorios, que están abarrotados. Durante una epidemia es imposible aislar adecuadamente a los pacientes y contactos ".

La violencia contra los estudiantes de la escuela residencial de Kamloops continuó hasta su cierre. La TRC relató que en la década de 1960, el director de la escuela de Kamloops abogó por poner a los niños mayores que se metían en peleas en un ring de boxeo. "Póngalos en el ring con guantes y supervise un combate de boxeo hasta que ambos niños estén demasiado cansados ​​para preocuparse más".

Las comunidades indígenas han creído durante mucho tiempo que existían fosas comunes de estudiantes de escuelas residenciales, y demostrarlo ha sido un proceso que ha durado décadas. "Es importante porque la historia de las fosas comunes secretas en escuelas residenciales es una leyenda urbana", dijo una columna en el medio de noticias de Columbia Británica TheTyee.ca.

La TRC ha calculado al menos 3.201 muertes en escuelas residenciales, aunque es posible que nunca se sepa el total real debido a muertes no contabilizadas y archivos destruidos.